Amina Ramadan y su marido Mohamed huyeron de Alepo, Siria, para buscar una vida mejor en Europa.

Después de tres intentos fallidos, lograron subirse a un bote de goma para cruzar el Mediterráneo.

Mohamed, en silla de ruedas, viajaba en un extremo de la embarcación, separado de esposa.

Al llegar a las costas de Grecia, el bote se rompió. Amina sobrevivió, pero su marido se ahogó y no pudieron salvarlo.

Sin familia ni amigos, Amina hoy está sola en la isla de Lesbos.