SANTO DOMINGO, República Dominicana.-El escritor y erudito Mario Vargas Llosa, Premio Nobel de Literatura (2010), criticó la sentencia 168 del Tribunal Constitucional de la República Dominicana, porque a su juicio tiene una motivación racista y es un desatino que convertirá en apátridas a más de 200 mil dominicanos de origen haitiano.

En su columna Piedra de toque, que se publica originalmente en el periódico El País, de España, en su entrega titulada Los parias del Caribe, el laureado escritor peruano habla de su amor por República Dominicana, país que conoció en 1974 y desde entonces lo ha visitado en muchas ocasiones.

Mario Vargas Llosa advierte que si prevaleciera la sentencia TC 168, decenas de miles de familias dominicanas de origen haitiano (próximo o remoto) quedarían convertidas en zombies, en no personas, seres incapacitados para obtener un trabajo legal, inscribirse en una escuela o universidad pública, recibir un seguro de salud, una jubilación, salir del país, y víctimas potenciales por lo tanto de todos los abusos y atropellos.

“¿Por qué delito? Por el mismo de los judíos a los que Hitler privó de existencia legal antes de mandarlos a los campos de exterminio: por pertenecer a una raza despreciada”, expresa el autor de Pantaleón y las visitadoras.

Y a seguidas argumenta:

“Sé muy bien que el racismo es una enfermedad muy extendida y que no hay sociedad ni país, por civilizado y democrático que sea, que esté totalmente vacunado contra él. Siempre aparece, sobre todo cuando hacen falta chivos expiatorios que distraigan a la gente de los verdaderos problemas y de los verdaderos culpables de que los problemas no se resuelvan, pero, hemos vivido ya demasiados horrores a consecuencias del nacionalismo cerril (siempre máscara del racismo) como para que no salgamos a enfrentarnos a él apenas asoma, a fin de evitar las tragedias que causa a la corta o a la larga”.

El autor de El sueño del celta no es un advenedizo en la defensa de los derechos humanos, en particular de las minorías y migrantes.

Cuando el 13 de noviembre de 1992 fue asesinada en España la dominicana Lucrecia Pérez Matos, a manos de un nacionalista y racista español, Mario Vargas Llosa y su hijo Álvaro fueron de las voces más importantes que se pronunciaron condenando el crimen y en defensa de la comunidad dominicana residente en territorio español.

A juicio de Mario Vargas Llosa, “la sentencia del Tribunal Constitucional dominicano es una aberración jurídica y parece directamente inspirada en las famosas leyes hitlerianas de los años treinta dictadas por los jueces alemanes nazis para privar de la nacionalidad alemana a los judíos que llevaban muchos años (muchos siglos) avecindados en ese país y eran parte constitutiva de su sociedad”.

El Premio Nobel de Literatura 2010 y Premio Cervantes 1994, autor de La fiesta del chivo, argumenta que afortunadamente hay en la sociedad civil dominicana muchas voces valientes y democráticas.

Señala en esa posición a intelectuales, asociaciones de derechos humanos y periodistas que, al igual que los dos jueces disidentes del Tribunal Constitucional (Katia Miguelina Jiménez e Isabel Bonilla), han denunciado la sentencia y se movilizan contra ella.

“Es penoso, eso sí, el silencio cómplice de tantos partidos políticos o líderes de opinión que callan ante la iniquidad o, como el prehistórico cardenal arzobispo de Santo Domingo, Nicolás de Jesús López Rodríguez, que la apoya, sazonándola de insultos contra quienes la condenan. Yo creía que los peruanos teníamos, con el Cardenal Juan Luis Cipriani, el triste privilegio de contar con el arzobispo más reaccionario y antidemocrático de América Latina, pero veo que su colega dominicano le disputa el cetro”, subraya.

Señala, asintiendo con lo publicado por The New York Times el 24 de Octubre, que dos jueces del Tribunal Constitucional dominicano (Katia Miguelina Jiménez e Isabel Bonilla) dieron un voto disidente y salvaron el honor de la institución y de su país oponiéndose a una medida claramente racista y discriminatoria.

“El argumento utilizado por los miembros del Tribunal para negar la nacionalidad a personas como Juliana Deguis Pierre es que sus padres tienen una " situación irregular". Es decir, hay que hacer pagar a los hijos (o a los nietos y bisnietos) un supuesto delito que habrían cometido sus antepasados. Como en la Edad Media y en los tribunales de la Inquisición, según esta sentencia, los delitos son hereditarios y se transmiten de padres a hijos con la sangre”, precisa.

(http://elpais.com/elpais/2013/10/31/opinion/1383233998_965346.html)

Información relacionada