Estambul, 20 jul (EFE).- El atentado que causó hoy al menos 30 muertos en un ataque suicida perpetrado en Suruç, una ciudad turca a 10 kilómetros de la frontera siria, supone el trasladado a territorio de Turquía del enfrentamiento entre yihadistas y kurdos en Siria.
Aparte de los 30 fallecidos confirmados hasta el momento, hay 76 personas heridas, según los últimos datos facilitados por las autoridades locales.
El gobernador de la provincia de Sanliurfa, Izzettin Küçük, aseguró a la cadena NTV que se trató de un atentado suicida, pero no confirmó ni desmintió las informaciones de fuentes municipales citadas por los medios de que la autora fue una joven de 18 ó 19 años simpatizante del grupo yihadista Estado Islámico (EI).
"Fue un "bomba humana" pero ¿tenía 18 años? Es muy pronto para saberlo. Todavía no tenemos información sobre su identidad", señaló Küçük.
"Según las primeras investigaciones, todas las víctimas son ciudadanos de otras provincias que se habían reunido en Suruç para cruzar a Kobani", la vecina ciudad kurda en el norte de Siria, aclaró Küçük en un comunicado.
La deflagración, tan fuerte que hizo saltar los cristales de los edificios vecinos, tuvo lugar sobre las 8.45 GMT en el jardín de una asociación cultural de Suruç, ciudad de unos 100.000 habitantes situada a 10 kilómetros de la frontera siria.
Unos 300 activistas de toda Turquía se habían reunido en este lugar para cruzar a Kobani, donde pensaban ayudar en la reconstrucción de la urbe, medio destruida tras el asedio yihadista que sufrió entre octubre y enero pasados.
El grupo, en su mayoría jóvenes, realizaba una declaración de prensa cuando la bomba causó una masacre.
El viaje estaba coordinado por la Federación de asociaciones de juventudes socialistas (SGDF), que apoya actividades de reconstrucción en Kobani.
"Éramos jóvenes de todo tipo, turcos, kurdos, alevíes…" señaló a Efe en una conversación por teléfono un activista que pasó diez días en la ciudad kurda y acaba de regresar a Estambul.
"Intentábamos establecer una biblioteca en Kobani, así como un espacio para hacer música. También iban arquitectos para ayudar a reconstruir las casas", resumió las actividades del grupo.
"Estoy llamando a mis amigos, a la chica que coordinaba el centro en Suruç, y no me cogen el teléfono. Temo que hayan muerto", agregó.
Aunque las autoridades todavía no se han pronunciado sobre la autoría del atentado, un comunicado de la SDGF atribuye la responsabilidad a "la banda fascista del Estado Islámico" y "al Gobierno del AKP (el partido islamista que Gobierna en Turquía) que colabora con ella".
También el Partido Democrático de los Pueblos (HDP), izquierdista y prokurdo y cuarta fuerza del Parlamento turco, responsabilizó en un comunicado no sólo al EI y a "los países que lo apoyan" sino también a "los dirigentes en Ankara que le dan palmaditas en la espalda".
Colectivos kurdos acusan al Gobierno turco de facilitar el tráfico de armas a favor del EI para debilitar a las milicias kurdas del norte de Siria.
Oficialmente, Ankara define como "terrorista" tanto el EI como estas milicias, a las que considera el brazo sirio de la guerrilla kurda de Turquía, el PKK.
El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, condenó el atentado en una alocución durante su viaje a la República turca del Norte de Chipre.
"Condeno, tanto personalmente como en nombre de la nación, a quienes han cometido esta salvajada. Condenamos el terrorismo venga de donde venga. El terrorismo no tiene religión ni patria", dijo Erdogan.
El primer ministro en funciones, Ahmet Davutoglu, por su parte, envió a tres ministros a Suruç para dirigir la investigación del atentado.
Esta tarde hay convocada en Estambul una manifestación de condena al ataque.
Sezgin Tanrikulu, vicepresidente del socialdemócrata CHP, el mayor partido de la oposición, también cargó contra el Gobierno al preguntar "quién ha llevado Turquía hasta este punto".
Tanrikulu acusó a las autoridades de no haber hecho lo suficiente para desmantelar las redes yihadistas en Turquía, ni siquiera tras el atentado del 5 de junio que causó tres muertos en un mitin del partido HDP.
Previsiblemente, las tensiones exacerbadas por el atentado afectarán las ya difíciles negociaciones entre los partidos para formar Gobierno, algo sólo posible mediante una coalición.
Quedan 34 días para hallar un acuerdo o bien convocar nuevas elecciones en Turquía. EFE