NUEVA YORK, Estados Unidos.-El periódico The Washington Post publicó un artículo de opinión sobre la opinión de los cubanos opositores al gobierno de Raúl Castro, que califican de “traición” la postura asumida por el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, para poner fin al embargo a Cuba y para restablecer las relaciones diplomáticas y comerciales plenas con la isla caribeña.

El texto, escrito por Marc A. Thiessen, expone que el presidente Obama está disfrutando la adulación mundial por su decisión de normalizar las relaciones con Cuba, pero que hay un grupo que no está impresionado con el acercamiento  al régimen totalitario de La Habana: los disidentes en la isla que están arriesgando sus vidas por la democracia y los derechos humanos.

Resalta que Yoani Sánchez, la bloguera disidente más influyente de Cuba, declaró que con el movimiento de Obama el “castrismo ha ganado”.

Asimismo, Guillermo Fariñas, un periodista disidente y premio Sajarov de la Unión Europea en 2010 para la Libertad de Pensamiento, dijo al diario The Guardian que la jugada de Obama es “un desastre”.

Fariñas, quien ha realizado 23 huelgas de hambre para protestar por la represión cubana, agregó: “Vivimos con el temor diario de que seremos asesinados por el gobierno fascista. Y ahora, EE.UU., nuestro aliado, nos da la espalda a nosotros y prefiere sentarse con nuestros asesinos”.

Por su lado, Ángel Moya, quien fue liberado recientemente de una pena de prisión de ocho años, dijo a The New York Times que Obama “traicionó a los que estamos luchando contra el gobierno cubano. Habrá más represión, sólo que esta vez con la bendición de los Estados Unidos”. Moya declaró, además, que los disidentes están “totalmente en contra de la flexibilización del embargo”, porque “el gobierno tendrá más acceso a la tecnología y el dinero que pueden ser utilizados en contra nuestra”.

“Moya tiene razón. El turismo y la inversión estadounidense en Cuba no ayudarán a los cubanos corrientes en absoluto; ayudarán al régimen a reprimirlos. He aquí por qué: Los hermanos Castro son el único empleador de la nación. Prácticamente, todo el mundo en Cuba trabaja para el Estado. El monopolio del régimen sobre el empleo es una fuente de control político. Los cubanos son dependientes de los Castro para todo -el trabajo, la vivienda, la educación, la alimentación- y pueden ver cómo le arrebatan todo eso por la más mínima expresión de sentimiento contrarrevolucionario”, subraya.

Sostiene que esto significa que si las empresas estadounidenses inviertan en Cuba tendrían que asociarse con los hermanos Castro. A esas empresas no se les permitiría contratar a trabajadores cubanos directamente ni pagarlas en dólares estadounidenses. “Estos empresarios tendrían que pagarle al régimen de Castro hasta US$10,000 por trabajador. El régimen entonces daría al trabajador unos cientos de pesos cubanos, sin valor, y se embolsaría el resto. Así que en lugar de ayudar a los cubanos comunes a hacerse independientes del Estado, las empresas estadounidenses subsidiarían directamente al estado policial castrista, mientras hacen uso de lo que equivale, en la práctica, a la mano de obra esclava cubana”, afirma.

A juicio del autor, esa es una razón suficiente para impedir la inversión de Estados Unidos en Cuba. Pero la otra razón por la cual los disidentes cubanos se oponen a la decisión de Obama es que él ha renunciado al potencial de Estados Unidos para influir en una transición democrática post-Castro.

“Como expresó Rebecca Rojas, una disidente que dijo a The Guardian que la policía secreta le sacó dos de sus dientes durante golpeaduras: “Los Castro consiguieron lo que querían de EE.UU. Ahora no tienen ningún incentivo para hacer cambios”.

El autor afirma que después de cinco décadas, es evidente que los Castro nunca iban a seguir los pasos del régimen en Birmania (también conocida como Myanmar), que negoció un aflojamiento de la represión (interna) a cambio de un levantamiento de las sanciones y la normalización de las relaciones.

“Pero los que vengan después de los Castro probablemente sí lo hagan, una vez que los hermanos se hayan marchado. Prácticamente, todo el mundo en la isla -tanto dentro como fuera del régimen- estaba esperando que los Castro finalmente murieran para poder comenzar el proceso de normalización de los vínculos económicos y políticos”, precisa.

Detalla que ahora el régimen no tiene que esperar ni dar nada a cambio, porque Obama le ha dado de manera unilateral al régimen cubano el reconocimiento político que buscaba desesperadamente. Obama ha legitimado a los Castro y espera desatar pronto una avalancha de turistas e inversión empresarial que sólo ayudará al régimen a mantener su sistema totalitario. El presidente, aparentemente, ni siquiera busca algún tipo de liberalización por parte de La Habana a cambio; no hay ningún acuerdo para permitir una prensa libre, partidos políticos independientes, reformas de libre mercado o elecciones libres, y mucho menos para poner fin a la represión contra la disidencia.

Considera que, afortunadamente, Obama se vio limitado para levantar el embargo en su totalidad porque el Congreso lo codificó en 1996 como parte de la Ley Helms-Burton.

Recuerda que el levantamiento completo de las sanciones económicas a los Castro está condicionado por la ley a un régimen post-Castro que tomaría medidas significativas para desmantelar el estado policial y avanzar hacia la democracia y hacia una economía de libre mercado.

Insiste en que las restricciones legales restantes al comercio con Cuba son la última pieza de apalancamiento que Estados Unidos tiene para presionar a favor de un cambio democrático en la isla cuando los Castro se hayan ido. El Congreso debe escuchar a los disidentes en la isla y negarse a continuar con cualquier relajamiento adicional de las sanciones económicas, a menos que en Cuba se produzca un verdadero cambio democrático.

“Estados Unidos no debe regalar su último pedacito donde puede ejercer presión, mientras el tiempo se dispone a hacer lo que el embargo no ha logrado: provocar el fin del régimen de Castro”.

Fuente: http://www.washingtonpost.com/opinions/marc-thiessen-cuban-dissidents-blast-obamas-betrayal/2014/12/29/cc68ffcc-8f5b-11e4-ba53-a477d66580ed_story.html