SANTO DOMINGO, República Dominicana (EFE).- Un haitiano indocumentado y un dominicano fueron linchados a golpes y por heridas de armas blancas en hechos separados ocurridos en las provincias dominicanas de Santiago y Puerto Plata (norte), según informaron fuentes oficiales.
La Policía identificó a las víctimas como el haitiano Onil Michel, de 26 años, y el dominicano Juan José Ureña Toribio, de 35, quienes fallecieron en el hospital público José María Cabral y Báez de Santiago.
Máxima Ureña, madre de Ureña Toribio, dijo que su hijo trabajaba en construcción y que fue atacado con piedras, palos y armas blancas por una turba que lo confundió con un ladrón mientras conversaba con una mujer en el parque de la localidad de Villa González, de la provincia de Santiago.
Subrayó que los responsables de la muerte de su vástago perseguían a un supuesto ladrón de bocinas de radio y que lo confundieron y lo lincharon.
Por su parte, el haitiano Michel murió de múltiples heridas de armas blancas y golpes contusos que se los provocó una multitud que lo acusó de intentar agredir sexualmente a Marleny Martínez, de 20 años, en la ciudad de Puerto Plata.
Jimmy Andrés y Onel Michel, hermanos del occiso, pidieron a las autoridades dominicanas que profundicen las investigaciones sobre el linchamiento de su pariente.
Dijeron que su hermano se dedicaba a la construcción y que los tres emigraron clandestinamente a territorio dominicano aprovechando la facilidad de tránsito que existía en la frontera dominicano-haitiana, luego del devastador terremoto que afectó a Puerto Príncipe y otros pueblos en el sur del país, la tarde del 12 de enero de 2010.
Por otra parte, el pastor de la Iglesia Evangélica de Puerto Plata, Freddy Casilla, dijo a periodistas locales que las violaciones sexuales que ocurren en sectores de esa ciudad mantienen preocupados a diversos sectores.
El religioso advirtió que si las autoridades no prestan mayor atención a los ataques sexuales en contra de niñas y mujeres, muchas personas alarmadas podrían tomar justicia con sus propias manos como sucedió con el inmigrante haitiano, algo que, dijo, es "peligroso". EFE