WASHINGTON, EEUU.- A poco de terminar su mandato de la peor manera y amenazado con un juicio parlamentario que podría cerrarle las puertas de la Casa Blanca para siempre, Donald Trump ha descargado su ira con varios entre ellos con su abogado, el exalcalde de Nueva York Rudy Giuliani, a quien se niega a pagarle sus honorarios.

Así lo afirma hoy The Washington Post, en un texto titulado “Trump está aislado y enojado con sus ayudantes por no defenderlo mientras es nuevamente acusado”.

"El presidente está bastante agitado", dijo al The Washinsgton Post un alto funcionario que el diario no identifica, versión corroborada por The New York Times.

Además de bloquear los pagos adeudados a Giuliani, también se ordenó a los asistentes de la Casa Blanca que no recibieran llamadas del exalcalde de Nueva York, quien ha pedido que se le pague 20 mil dólares diarios por sus intentos fallidos de anular los resultados electorales en estados clave.

Según los informes de ambos diarios, Trump también está molesto con su yerno Jared Kushner, el vicepresidente Mike Pence y la secretaria de prensa de la Casa Blanca Kayleigh McEnany, además de algunos otros miembros del personal de alto nivel de la Casa Blanca, “por razones no identificadas”.

La decisión de Trump de pedir calma y prometer una transición pacífica, en un video difundido en las últimas horas, se produjo a instancias de asesores de alto nivel que le argumentaron las implicaciones de no hacerlo, lo que acató, pero ahondó su furia.

No obstante el trato a Giuliani, este podría encabezar la defensa de Trump en el juicio político, pese a que intentó sin éxito revertir la derrota electoral de Trump. No pudo presentar ninguna evidencia de fraude significativo y perdió docenas de casos judiciales en estados clave y en la misma Corte Suprema.

Además, en una conferencia de prensa se le vio gotear sudor entintado mientras presentaba afirmaciones falsas de fraude electoral y también fue ridiculizado por otro evento político celebrado en el estacionamiento de una empresa de jardinería de Pensilvania adjunto a un sex shop.

Se le vio gotear sudor entintado mientras presentaba afirmaciones falsas de fraude electoral

Esos pasajes de su abogado también habrán enojado a Trump, quien ha visto cómo varios representantes republicanos votaron a favor de ser sometido a un juicio político o al menos han expresado felicidad por ello, entre ellos el mismo líder de la mayoría republicana en el senado, Mitch McConnell.

Otros periódicos se han hecho eco rápidamente de la versión

The Washinsgton Post sintetizó: Cuando Donald Trump se convirtió el miércoles en el primer presidente acusado dos veces, lo hizo como un líder cada vez más aislado, hosco y vengativo.

Con menos de siete días restantes en su presidencia, el círculo íntimo de Trump se está reduciendo, las oficinas en su Casa Blanca se están vaciando y el presidente está atacando a algunos de los que quedan.

Está enojado porque sus aliados no han montado una defensa más contundente de su incitación a la mafia que irrumpió en el Capitolio la semana pasada, dijeron asesores y asociados.

Aunque Trump ha estado excepcionalmente furioso con su vicepresidente Pence, su relación con el abogado Rudolph W. Giuliani, uno de sus defensores más firmes, también se está fracturando, según personas con conocimiento de la dinámica entre los hombres.

Rudolph W. Giuliani

Trump ha ordenado a sus asistentes que no paguen los honorarios legales de Giuliani, dijeron dos funcionarios, y ha exigido que él personalmente apruebe cualquier reembolso por los gastos en los que Giuliani incurrió mientras viajaba en nombre del presidente para impugnar los resultados electorales en estados clave.

Mientras observaba cómo el juicio político ganaba fuerza rápidamente, Trump estaba molesto en general porque prácticamente nadie lo defendía, incluida la secretaria de prensa Kayleigh McEnany, el asesor principal y yerno Jared Kushner, el asesor económico Larry Kudlow, el asesor de seguridad nacional Robert C. O’Brien y el jefe de gabinete Mark Meadows, según un alto funcionario de la administración.

“El presidente está bastante alterado”, dijo el alto funcionario de la administración, quien, como algunos otros entrevistados, habló bajo condición de anonimato para ser sincero.

La secretaria de prensa Kayleigh McEnany