Washington, 15 mar (EFE).- El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se reunió hoy en las cercanías de Detroit con los líderes de los principales fabricantes de automóviles del país para tratar la situación del sector, y declaró que "se ha acabado el asalto al sector automotriz estadounidense".

La visita de Trump al corazón del sector del automóvil estadounidense coincidió con el anuncio de la Agencia de Protección Ambiental (EPA) de que revisará su decisión de mantener estrictos estándares de emisiones y consumo de combustible, una de las principales demandas de los fabricantes.

La medida, que fue adelantada a los medios de comunicación por altos funcionarios de la Casa Blanca, supone cancelar una de las últimas decisiones del anterior presidente, Barack Obama (2009-2017).

El pasado 12 de enero, la Administración de Obama decidió mantener exigentes estándares de emisiones y consumo para los vehículos que se producirán entre 2022 y 2025.

La decisión rompió el compromiso acordado entre Washington y los fabricantes de automóviles de revisar en 2018 los estándares.

Las compañías de automóviles han protestado que los estándares son demasiado exigentes y suponen la necesidad de invertir miles de millones de dólares para cumplir las regulaciones, por lo que quieren que Washington relaje la normativa.

Aunque la decisión anunciada hoy por EPA y el Departamento de Transporte solo supone volver al compromiso de revisar los estándares en 2018, y la Casa Blanca ha señalado que todavía no ha tomado la decisión de aceptar la petición de los fabricantes, la revisión abre la puerta para rebajar los estándares.

En ese sentido, Trump dejó hoy claro en Detroit que su intención es facilitar al máximo la vida a los fabricantes de automóviles para que generen más empleos en el país.

En la localidad de Ypsilanti, en las cercanías de Detroit, y ante decenas de empleados y directivos del sector del automóvil en un ambiente similar a los mítines de su campaña presidencial, Trump declaró que "se ha acabado el asalto al sector automotriz estadounidense".

Trump, quien antes de su discurso participó en una reunión con los líderes de los principales fabricantes de automóviles (General Motors, Fiat Chrysler, Ford, Hyundai, Mercedes-Benz, Volvo, Toyota, Nissan, Honda, Kia y Volkswagen), anunció que eliminará todas las normativas que dificultan la producción de vehículos.

El presidente dijo que está estableciendo grupos de trabajo "en cada agencia" del Gobierno federal para eliminar "regulaciones que socavan la producción de automóviles".

Trump añadió que ha sido el primer presidente que ha invitado a la Casa Blanca a los directivos de los tres grandes fabricantes estadounidenses de automóviles y que todos le solicitaron la revisión de los estándares de consumo de combustible.

Entre los aplausos del público, incluidos los consejeros delegados de General Motors (GM), Mary Barra; Fiat Chrysler (FCA), Sergio Marchione, y Ford, Mark Fields, Trump dijo que "no hay una vista más bonita que la de un automóvil hecho en Estados Unidos".

Y a continuación solicitó a los fabricantes de automóviles que se unan a su "nueva revolución industrial" basada en el principio de "eliminar cargas a las compañías" a cambio de que "contraten y crezcan" en Estados Unidos.

Trump también aprovechó para criticar los acuerdos comerciales firmados por anteriores presidentes y que, dijo, han "robado" puestos de trabajo al país.

El presidente afirmó que los acuerdos de libre comercio han permitido que compañías extranjeras exporten a Estados Unidos cantidades masivas de automóviles sin pagar impuestos a la vez que otros países cierran sus puertas a los vehículos producidos en Norteamérica.

"Se va a acabar", aseguró Trump, quien añadió que los políticos estadounidenses han defendido los déficit creados por los acuerdos de libre comercio con la excusa de que "nos han dado amigos en el extranjero".

"No quiero amigos en el extranjero si eso es lo que nos va a costar. No necesitamos amigos en el extranjero para eso", dijo. EFE