WASHINGTON, EEUU.- Donald Trump acusó al Congreso de “obstruir” su competencia de nombrar jueces y otros cargos y amenazó con suspender las dos Cámaras del Capitolio para poder llenar esas vacantes.

”Si no podemos actuar para nombrar a esa gente que necesitamos, y que necesitamos especialmente por la pandemia, voy a hacer algo que preferiría no hacer”, advirtió y recordó que para ello existe un mecanismo constitucional que ningún presidente ha utilizado nunca.

“En ocasiones extraordinarias”, el presidente puede “suspender las dos cámaras, o alguna de ellas, en caso de desacuerdo entre ellas con respecto al momento de la suspensión” dice la sección 3 del artículo II de la carta magna.

Para poder aplicar la norma, el Senado, de mayoría republicana, y la Cámara de Representantes, demócrata, deben estar en desacuerdo sobre los plazos de la suspensión.

El Senado permanece formalmente abierto (a través de sesiones pro forma), lo que obliga a que los nombramientos que hace Trump deban ser evaluados por los legisladores.

“La práctica actual de irse [los senadores] de la ciudad mientas llevan a cabo impostadas sesiones pro forma es una negligencia en el cumplimiento de su deber que el público estadounidense no se puede permitir durante esta crisis. Es un fraude, un timo”, manifestó.

Las sesiones pro forma son breves reuniones en las que un legislador abre la sesión y la cierra apenas un minuto después. Mientras se celebren al menos formalmente, el presidente no puede proceder con sus nombramientos eludiendo el visto bueno de los legisladores.

Los legisladores de las dos cámaras del Congreso, que llevan fuera de la ciudad desde mediados de marzo debido a la pandemia, planean volver a Washington el 4 de mayo.

Para Trump, el nombramiento de jueces conservadores es una baza electoral importante de cara a los votantes republicanos en las elecciones de noviembre.

Trump ha reconocido que, de cumplir su amenaza de suspender el Congreso, desataría con toda seguridad una batalla judicial, que podría demorarse durante meses y “probablemente seremos desafiados en los tribunales” y ahí “veremos quién gana”, advirtió.

Suman 165 vacantes en cargos del Gobierno federal que requieren la confirmación parlamentaria y solo 15 están pendientes de confirmación por parte del Senado, ya en las otras 150 Trump no ha designado a nadie.

Para algunos analistas, esto no es más que otra vuelta de tuerca en su intento de desviar la atención del país de la grave situación que está ocasionando la pandemia en EEUU, con más de 600 mil casos y 27 mil muertos.

La última muestra de esta postura de desviar la atención antes de irse contra el Capitolio fue la congelación de los fondos que EEUU aporta a la Organización Mundial de la Salud (OMS), organismo que lidera la respuesta contra el COVID-19, una decisión muy criticada por lo inoportuno en plena pandemia global.

Análisis de EFE sobre la ausencia de EEUU en el plano internacional

"Una crisis global requiere una respuesta global (…) Pero, políticamente, Estados Unidos no está, cuando debería ser quien convoca reuniones de emergencia para impulsar una respuesta conjunta, instar a la coordinación de los suministros y la colaboración científica" o ayudar a los países necesitados, declaró a la Agencia Efe Max Bergmann, analista del Center for American Progress.

Trump justifica su medida en un supuesto favoritismo y connivencia de la OMS con las autoridades chinas en su respuesta al surgir el COVID-19, pero otros lo ven como

"Esto no es más que un esfuerzo para desviar la culpa", aseguró por su parte Neera Tanden, presidenta del citado centro, quien agregó que "tratar de recortar los fondos a la OMS durante una pandemia mundial es el último ejemplo del presidente Trump empeorando un problema que ya es horroroso".

"Nos ha estado estafando todo el mundo (….) a este país lo han estado timando todos durante años, ya sea la Mundial de la Salud o la Mundial del Comercio", había dicho Trump un par de días antes.

El gobernante aludía así a otra de sus "bestias negras", el comercio, un área en la que nada más comenzar su mandato ha aplicado su política de "EE.UU. primero" con la imposición de aranceles a diestra y siniestra y sin importar si se trata de un aliado o no.

"NOSOTROS PRIMERO" APLICADO A LA CRISIS DEL CORONAVIRUS

En la crisis del coronavirus, el "nosotros primero" se manifestó de manera muy temprana, cuando apenas se vislumbraba la gravedad de la pandemia, con un oscuro episodio de intento de compra de una vacuna "sólo para EE.UU."

A mediados de marzo, el diario Welt am Sonntag dio cuenta de un supuesto intento de Trump de atraer a una empresa alemana que desarrollaba una vacuna contra el coronavirus, con la intención de que esta fuese "solo para Estados Unidos".

El embajador en Alemania, Richard Grenell, que es también el nuevo director interino de Inteligencia Nacional de Trump, desmintió entonces esa información, pero el ministro alemán de Salud, Jens Spahn, la confirmó.

FRICCIONES CON PAÍSES ALIADOS

Sea o no cierta la versión, la actitud de Trump en otras situaciones permite pensar en la posibilidad de que haya podido intentar controlar un medicamento a espaldas de un país aliado, sobre todo porque las acciones sin consultar son uno de los reproches más comunes que le hacen.

Más allá de reproches de este tipo, a comienzos de abril Trump protagonizó un agrio roce con el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, al entorpecer la importación por parte de Canadá de material médico para combatir el coronavurus fabricado en EE.UU.

En esa ocasión Trump llegó a prohibir a la compañía 3M enviar a Canadá medio millón de mascarillas N95 adquiridas por el vecino del norte, aunque tuvo que dar marcha atrás ante las protestas de Ottawa y de la propia compañía 3M.

GIRO EN POLÍTICA MIGRATORIA

En esta línea está el giro dado por Trump en su férrea política migratoria cuando la pandemia del COVID-19 entró en escena.

A finales de marzo, el Gobierno de Trump publicó un aviso de que ofrecía facilidades a médicos extranjeros, especialmente a aquellos especializados en el tratamiento del COVID-19, para obtener un visado, en un intento de atraer personal sanitario extranjero, pese a las necesidades que pudieran tener sus propios países.

Y esto a pesar de las restricciones a la inmigración legal y al combate a los indocumentados que ha caracterizado a este Gobierno, y a que desde hacía días había suspendido los servicios de trámite de visados en sus consulados de todo el mundo.

"El enfoque aislacionista original de Trump no está poniendo a Estados Unidos primero, porque al obstaculizar la respuesta global (al coronavirus) está perjudicando a los propios estadounidenses", declaró Bergmann, del Center for American Progress.

"Crisis tras crisis, el mundo se ha volteado hacia Estados Unidos en busca de liderazgo. A veces EE.UU. lideró, a veces decepcionó, pero siempre estaba presente. Ahora simplemente no está. El resultado es un vacío a nivel global", agregó Bergmann. EFE