Estrasburgo (Francia) (EFE).- El Tribunal Europeo de Derechos Humanos dictó cinco condenas contra Francia por haber encerrado en centros de retención a niños con sus familias inmigrantes entre 2011 y 2014, que estaban en proceso de ser expulsadas por estar en situación irregular.
Los jueces de Estrasburgo consideraron que Francia había violado en los cinco casos el artículo 3 de la Convención Europea de Derechos Humanos que prohíbe la tortura o los tratamientos inhumanos o degradantes, y en algunos que tampoco había garantizado el derecho a la libertad, a la seguridad o al respeto de la vida familiar.
De acuerdo con las sentencias, las familias afectadas deberán recibir indemnizaciones de hasta 19.000 euros en el caso de una de ellas, si se suman las debidas por perjuicio moral y por costas judiciales.
Todas ellas estuvieron en los centros de retención de Toulouse (sur) y de Metz (noreste).
El primer dictamen se refiere a una pareja de armenios y a su hijo que habían llegado a Francia en 2009 y cuya demanda de asilo fue rechazada.
El padre fue detenido por un robo en febrero de 2012 y tanto la mujer como el niño fueron arrestados inmediatamente e internados en el centro de retención de Toulouse hasta que un mes después fueron liberados al comprometerse a volver a su país de origen, algo que no hicieron por el estado de salud del hijo.
El tribunal estimó que teniendo en cuenta la edad del menor (cuatro años en el momento de los hechos), la duración y las condiciones de su encierro, las autoridades lo sometieron a un tratamiento que infringe el convenio europeo.
En concreto, hicieron notar que no está convencido de que las autoridades francesas se preocuparan de si ese encierro de la familia era un último recurso sin alternativa.
Además, tampoco hicieron lo oportuno para que la expulsión se llevara a cabo de la forma más rápida para limitar el tiempo de la retención: "a falta de un riesgo particular de fuga, la retención de 18 días aparece desproporcionada respecto al fin buscado".
Los otros casos se refieren a familias rusas de origen checheno, una rumana y otra lituana. EFE