SANTO DOMINGO, República Dominicana-. No es extraño escuchar que, en estado crítico por COVID-19, algunos pacientes tienen también, que lidiar con males de la mente: tristezas y depresiones que cuando son descuidadas pueden deteriorar aún más al enfermo.

La psicóloga Bianca Melo, directora del Centro de Salud Mental Resiliencia, advierte sobre las necesidades de estos hospitalizados, que en República Dominicana ya supera el millar de personas, con más de 300 en unidades de cuidados intensivos por el coronavirus. “¿Qué necesita una persona que está hospitalizada por COVID-19? Que, de alguna manera, incluso cuando llega al punto donde se requiere intubación, que puedan por lo menos escuchar en algún momento del día a su familia”.

El protocolo seguido para los pacientes hospitalizados con el virus no permite visitas. Existen clínicas que han establecido horarios para que el personal médico converse la evolución del paciente de Unidades de Cuidados Intensivos (UCI) con los familiares, mientras que en UCI intermedio, se prefiere que una persona acompañe al enfermo. En el hospital militar Ramón de Lara, por poner un ejemplo, a los enfermos se les entrega tabletas para comunicarse con sus familiares, mantienen sus teléfonos, y los parientes pueden ir de 11:00 a 12:00 de la mañana a recibir noticias.

El doctor José Miguel Stefan, médico intensivista y director del Departamento de Medicina Crítica de Cedimat, explica que los pacientes aislados en habitaciones mantienen contacto con familiares por los medios digitales. “En unidades críticas, el protocolo es de toda unidad crítica con excepción de que no hay visitas dentro de la unidad. Pero el paciente intubado está sedado, no está consciente de su ambiente. La carga emocional en este caso es para el familiar sano, que no puede visitar al familiar enfermo”, explica.

Aclara Melo que, "escuchar a todas estas personas que están apostando por ti, que están orando, que están tratando de enviarte su apoyo y cariño, eso es muy importante para una persona hospitalizada, y para la familia que está fuera”, y consecuentemente apuesta  a la sensibilidad de las enfermeras y los médicos para que esto se haga posible.  La psicóloga Vanessa Espaillat, agrega que este gesto también ayuda a que los familiares puedan vivir el proceso de duelo, con despedida.

Los males mentales más comunes que se han detectado a raíz en estos últimos meses son la ansiedad, el trastorno de sueño y la depresión. Así lo establecen las estadísticas oficiales recogidas desde la red de apoyo de asistencia psicológica y psiquiátrica creada a propósito de la pandemia y que ha atendido más de 9,000 personas en estos meses. La incertidumbre del futuro, duelo por pérdida del empleo, de un familiar, los proyectos, la inestabilidad económica, han desembocado en estos trastornos, que se incentivan en los ya diagnosticado o pueden haber debutado en esta etapa, según especialistas.

El adiós en medio de la pandemia

La pandemia ha quebrado los rituales de despedida, e impuesto la distancia corporal como suprema regla de supervivencia. “Antes contaba con una red de apoyo que te abrazaba. Ahora la gente está muriendo sola… ¿Qué estamos recomendando? Que incluso por video conferencia se hagan eventos para honrar la vida de esa persona, donde puedas tener espacio de cierre de lo que fue la relación”, agrega Melo.

La red de asistencia psicológica y psiquiátrica de la Dirección de Salud Mental del Ministerio de Salud Pública se mantiene disponible a través del teléfono *462 y tiene más de 600 profesionales voluntarios para dar respuesta psicológica y psiquiátrica, de forma gratuita.