Sao Paulo, 5 ago (EFE).- El presidente de Brasil, Michel Temer, consideró que la nueva procuradora general de la República, Raquel Dodge, quien asumirá el cargo el 17 de septiembre, le dará el "rumbo correcto" a la operación "Lava Jato", que investiga la monumental red de corrupción de la petrolera estatal Petrobras.
Los cambios en la Fiscalía, en el Supremo Tribunal Federal (STF) y probablemente en la Policía Federal, como el que se está "estudiando", según admitió el mandatario, "le darán el rumbo correcto a la 'Lava Jato'. Nunca nadie pretendió destruir la 'Lava Jato'", señaló Temer en una entrevista que publica hoy el diario "O Estado de Sao Paulo".
"No escuché a ningún agente público diciendo que vamos a paralizar la 'Lava Jato'. Mucho menos magistrados del Supremo o miembros del Ministerio Público (fiscalía) o del Gobierno. Nadie ha dicho eso", apuntó.
Esta semana, en el marco de la "Lava Jato", Temer consiguió una importante victoria en el Congreso después de que el plenario de la Cámara de Diputados votara a favor de archivar la denuncia por corrupción en su contra presentada por el procurador general de la República, Rodrigo Janot, quien dejará el cargo en septiembre.
La sustituta de Janot, Dodge, "por lo que conozco de ella, va a cumplir rigurosamente lo que la ley establece. Donde hubo delito ella va a continuar. No tengo duda de eso. Por el histórico de ella y su conocimiento jurídico, ella va a cumplir rigurosamente las funciones que le competen a un procurador general".
En la entrevista, el presidente reconoció la división interna en el Partido de la Social Democracia Brasileña, la principal fuerza aliada de su Gobierno, que esta semana no votó como un bloque unido sobre la denuncia.
Descartó, sin embargo, cambios ministeriales tras la votación en la Cámara de Diputados, pero admitió que los miembros del Gobierno que votaron en su contra deberán sentirse "incómodos" en el Ejecutivo y sugirió su salida.
"Los propios que no votan con el Gobierno no van a sentirse a gusto de participar con un Gobierno que no apoyan, y tengo la impresión que van a terminar saliendo", afirmó.
El presidente se mostró confiado en sacar adelante las reformas pendientes, en especial la del sistema de pensiones, aunque atribuyó a la "impopularidad" de estas iniciativas su bajo índice de aprobación, apenas un 5 por ciento, dos puntos menos del que tenía su antecesora Dilma Rousseff cuando fue destituida en 2016 por irregularidades fiscales.
Temer insistió en que la "prioridad" en su gestión es sacar adelante las reformas y rechazó pronunciarse sobre una eventual candidatura por el Partido del Movimiento Democrático Brasileño para las elecciones de 2018.
"Mi preocupación es 2017. Estoy fijado en 2017 y en las reformas estructurales. 2018 tendrá su vez y allá veremos qué hacer", concluyó. EFE