BEIRUT, Líbano.- Decenas de personas profirieron este jueves gritos contra la clase dirigente libanesa durante una visita del presidente francés, Emmanuel Macron, a una zona de Beirut afectada por la deflagración ocurrida el martes en el puerto de la ciudad y que ha causado 137 muertos y más de 5 mil heridos.
Una multitud arremolinada alrededor de Macron gritó consignas en francés pidiendo la salida de todos los políticos libaneses y calificando de "terrorista" al presidente libanés, Michel Aoun, quien este jueves recibió a su homólogo en el aeropuerto de la capital libanesa y le acompañó durante una visita al puerto.
"Estoy aquí y propondré un nuevo pacto político esta tarde y volveré el 1 de septiembre para hacerle un seguimiento", respondió Macron ante las protestas espontáneas en las inmediaciones de donde se encontraba inspeccionando los daños causados por la deflagración.
El pasado octubre estallaron en el Líbano protestas contra los dirigentes políticos y el sistema sectario que rige en el país, lo que llevó a la dimisión del entonces primer ministro, Saad Hariri, y a la llegada al poder del nuevo Gobierno de Hasan Diab.
Sin embargo, y aunque las manifestaciones perdieron fuelle durante la pandemia del coronavirus, han continuado de forma esporádica en medio de un empeoramiento de la grave crisis económica, que podría profundizarse todavía más tras una explosión que ha dejado a miles de personas sin hogar e innumerables daños materiales.
La detonación del pasado martes generó una enorme onda expansiva que afectó a miles de viviendas y edificios destruyendo cristales y muros, lo que ha llevado a gran parte de la población de esa parte de la ciudad a buscar un techo en otros lugares.
Las autoridades de la Gobernación de Beirut han informado de que los daños podrían rondar los 3.000 o 5.000 millones de dólares y que aún hay alrededor de un centenar de desaparecidos.
El país está de luto oficial de tres días desde ayer y la capital libanesa se encuentra en estado de emergencia bajo la supervisión de las Fuerzas Armadas, encargadas del mantenimiento del orden.
HRW pide investigación independiente con expertos internacionales en Beirut
La organización de derechos humanos Human Rights Watch (HRW) pidió el jueves una investigación independiente con expertos internacionales sobre la explosión ocurrida en el puerto de Beirut el pasado martes que ha causado al menos 137 muertos y 5.000 heridos.
“Dados los repetidos fracasos de las autoridades libanesas para investigar errores serios del Gobierno y la falta de confianza de la población en las instituciones de gobierno, se debería garantizar una investigación independiente con expertos internacionales", señala la organización en un comunicado.
“El nivel de devastación en Beirut es incomprensible y las autoridades responsables deberían responder", indicó la investigadora para el Líbano de la organización Aya Majzoub.
El pasado martes la deflagración de cerca de 3.000 toneladas de nitrato de amonio almacenadas desde hacía años en el puerto, según el Gobierno, provocó una devastación de enormes proporciones.
La onda expansiva afectó a edificios y viviendas en varios kilómetros a la redonda, y ha causado daños que autoridades locales calculan de entre 3.000 y 5.000 millones de dólares.
La investigación debería determinar las causas y responsabilidades por la explosión y recomendar medidas para asegurar que algo así no vuelve a suceder, dice HRW.
Además, HRW considera que los expertos internacionales y la financiación internacional son "esenciales para garantizar que la investigación no sufre injerencia política y las víctimas reciben el apoyo que necesitan".
Señala que la decisión del Gabinete de Gobierno de poner bajo arresto domiciliario a los funcionarios del puerto encargados de vigilar y custodiar el cargamento que explotó desde 2014 no deja claro los cargos que afrontan o si se dará un debido proceso a los investigados.
Por otra parte, la organización llama a las autoridades a garantizar a los afectados por el suceso una vivienda adecuada, alimentación, agua y atención de salud, con una distribución "justa e imparcial" de la ayuda. EFE