BANI, provincia Peravia.- A las 11:00 de la mañana de este miércoles el equipo de Baní News se trasladó hasta la comunidad de Santana, en el municipio de Nizao (Sureste de Peravia), bastó con preguntar en un colmado sobre la ubicación del joven Jorge Luis Martínez Rosario para que nos indicaran dónde reside. En la galería de su casa, una señora mayor, muy humilde, miraba en soledad las horas pasar.

Preguntamos por su hijo, ella dijo que no estaba, pero cuando le informamos que éramos periodistas, empezó a titubear y dio a entender que él estaba en la casa o sabía dónde estaba, entonces nos indicó cómo llegar al lugar en que se encontraba, no sabemos si con la intención de ocultarse ante un eventual arresto o simplemente matando las horas de la ansiedad.

Llegamos al lugar, a unas cuadras de su casa, la señora de la casa (que nos reservaremos el nombre) nos dijo que Jorge luis había estado allí hacía cinco minutos, pero que se había ido, y mientras caminábamos detrás de ella, lo alcanzamos a ver en una casa cercana hablando con dos hombres, uno de ellos le hablaba con gestos un tanto exaltados.

Lo saludamos y nos presentamos. Al fin estábamos frente a frente: La periodista que había denunciado y el hombre denunciado e investigado por las autoridades judiciales. Una situación no muy agradable, pero el trabajo no admite peros.

Nos presentamos y de inmediato reconoció a la periodista que hizo la primera denuncia sobre corrupción en la Dirección Provincial de Salud de Peravia, aquella sobre el supuesto faltante de vacunas que la entidad negó a finales de marzo, en una rueda de prensa que precisamente encabezó Jorge Luis Martínez, porque el director no dio la cara.

Los dos hombres le recomendaron que hablara conmigo, nos buscaron sillas y nos dejaron solos para que habláramos en la galería de la casa, a la luz de un sol radiante que parecía aclarar el escándalo que ha puesto a Peravia en la mira de las autoridades nacionales de salud y de persecución de la corrupción administrativa.

PBM: “Venimos a escuchar tu versión. Los demás han dado las suyas, y te culpan a ti; ahora queremos escuchar tu campana”, le dijimos para romper el hielo y lograr que se abriera a nosotros.

Sabe que está en el medio de una gran tormenta, sus ojos se nublaron y su voz entrecortada expuso como antesala a la conversación que su mayor preocupación es madre, que sufre de Alzheimer. Lloró un poco, pero volvió a componerse ante la realidad: Su necesidad de hacer sentir su voz y defenderse.

Sus palabras iniciaron por desmentir que fue allanado y apresado el lunes, como le había comunicado una fuente de la DPS a Baní News. “No me han allanado, no me han apresado ni me han notificado nada”. Dice que desde el jueves pasado (20 de mayo) no ha tenido más contacto con los investigadores de la Procuraduría General de la República ni con el ex director de la DPS, doctor Guillermo Castillo, ni con el nuevo director interino, José de los Santos Mateo.

PBM: ¿Qué era lo que estaba pasando en la DPS Peravia?

JLM: “Allá no se falsificaban pruebas (de Covid-19) como se ha dicho. Las pruebas (antigénicas)  pueden dar un falso positivo o un falso negativo… nosotros vimos el caso de un hombre que dio positivo en una prueba que le hicieron en el Centro Médico (Regional Dr. Aguasvivas) y cuando le hicimos la PCR normal en la DPS, salió negativo”.

PBM: Pero hay denuncias de que se vendían pruebas falsas

JLM: “Eso es mentira. Me tocó hacerle muchos favores a mucha gente, pero no cobré dinero”.

PBM: Tenemos entendido que fuiste desvinculado y que por recomendación del doctor Castillo te volvieron a reponer, con mejor sueldo y hasta un vehículo (camioneta) asignado.

JLM: “Sí. No fui desvinculado exactamente porque no estaba nombrado”.

PBM: ¿Estabas contratado?

JLM: “No, yo era honorífico. Yo estuve cinco años de manera honorífica en la DPS (siendo parte de ese tiempo encargado del Programa Ampliado de Inmunizaciones (PAI), lo que hicieron fue separarme del puesto, y el doctor Castillo recomendó mi nombramiento”.

PBM: ¿Con qué sueldo?

JLM: “30 mil pesos, pero no los llegué a cobrar, porque ahí vino la cancelación”.

PBM: ¿Y es cierto que te asignaron un vehículo?

JLM: “Esa es una declaración falsa. Ese vehículo no se me asignó a mi como tal, sino que se me dio para que yo trasladara a las mujeres que trabajan en la DPS y viven en El Carretón, Pizarrete, Las Barías y Don Gregorio”.

PBM: ¿Y cómo una persona trabaja 5 años en una institución sin cobrar?

JLM: “Así es mi forma de ser, así es que yo trabajo”.

Jorge Luis Martínez es una persona involucrada en los temas comunitarios de su entorno, forma parte de Fundeasa, Fundación para el Desarrollo de Santana.

PBM: Estuve viendo en tu perfil de FB que eras del PLD. ¿Sigues siendo el PLD, ahora eres del PRM o te consideras independiente?

JLM: “Ahora mismo no estoy con nadie”.

PBM: “Sin embargo, tengo entendido que trabajabas en la Fiscalía de Baní, ví en tu FB que publicabas muchas noticias sobre el anterior Procurador General , Jean Alain Rodríguez, ¿Tienes algún tipo de relación especial con él?

JLM: “No, ninguna. Simplemente estaba nombrado en la Procuraduría”.

PBM: ¿Cómo qué?

JLM: “Enlace comunitario, yo daba charlas y conferencias en las comunidades”.

PBM: Pero aunque tú niegas la corrupción, el doctor Castillo en su rueda de prensa del lunes admitió que había una mafia en la DPS con las pruebas de Covid, aunque se desvincula de ella, inclusive, dijo que allá se trabaja de noche en esa mafia y que hasta los serenos lo sabían.

JLM: “Eso es falso. Allá se trabaja de noche en acciones propias de los operativos de vacunación contra el Covid y en el trabajo de oficina”.

PBM: ¿Quién más hacía pruebas Covid además de ti?

JLM: “Entre enero y finales de marzo-abril, la mayoría del as pruebas las hacía yo. Eso sí, yo firmo lo que yo hago; las pruebas que hacían otras personas yo no las firmaba”.

PBM: ¿Quiénes son esas personas que firmaban?

JLM: “El equipo Covid, ellos hacían sus pruebas en los operativos”.

PBM: Dame los nombres de esas personas del equipo Covid.

JLM: “Usted va allá a la DPS y se lo dan”.

PBM: ¿Y la hija del doctor Castillo, Paula Castillo, qué rol jugaba en esto, porque ella es la digitadora?

JLM: “Ella es la encargada de Cómputos. Ella… (se encoge lo piensa y sigue diciendo) mejor no digo nada sobre eso porque no quiero entorpecer la investigación, todo eso está en proceso de investigación”.

PBM: ¿Y el doctor Castillo, firmaba pruebas?

“No. Él solo firmaba las autorizaciones solicitando al Ministerio de Salud Pública que le diera las pruebas”.

PBM: Según tu punto de vista, ¿El doctor Castillo es una persona honesta?

JLM: “Esa parte yo se la voy a dejar al tiempo y a los tribunales que lo juzgue. Dios y el tiempo dirán”.

En su pecho cuelga un crucifijo de madera engarzado en un cordón de un material textil, al parecer es un hombre de la iglesia y temeroso de Dios.

PBM: ¿Qué esperas que pase con este proceso de investigación que se ha abierto en la DPS Peravia?

JLM: “Que esto se esclarezca y pase pronto; y lo que más me molesta es que la gente más que una preocupación por el caso en sí, lo que muestra es morbo político”.

Esto lo dice porque él estaba identificado como peledeísta y fue protegido por un alto funcionario perremeísta, en el marco de un proceso de vacunación al que se le señalan irregularidades que hoy están investigando la Procuraduría General de la República.

Nos despedimos, y volvió a posarse en su rostro esa sombra negra de la preocupación, el miedo y la ansiedad. Sabe que es la parte más débil del proceso: pobre, residente en una zona rural y alejada de los puntos de decisión política de la provincia y el municipio cabecera, y sin ascendencia ni relación con el partido en el Poder.

Retornamos a Baní ya pasado el mediodía con un sol candente que amenazaba incendiar hasta los cañaverales del CAEI, pero la brisa fresca de este valle costero y el verdor de los cañaverales nos hacía creer en la esperanza.