Miami, Florida (Rose Mary Santana/Acento.com.do).- La Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) consideró que una decisión de la Suprema Corte de Justicia de Estados Unidos, en la cual “declinó”  mediar en un caso que obliga a un periodista del The New York Times a revelar una fuente confidencial de información, “tiene un efecto intimidatorio sobre la actividad periodística investigativa, afecta su credibilidad y la misión fiscalizadora de la prensa sobre los asuntos de Estado y de interés público”.

El 2 de junio la alta Corte estadounidense rechazó revisar la solicitud de apelación de James Risen, del The New York Times, por un fallo de una corte de Richmond, Virginia, emitido el 19 de julio de 2013, que dispuso que el periodista debe prestar declaración en un juicio penal contra el ex oficial de la CIA, Jeffrey Sterling, procesado por presuntas filtraciones de secretos de Estado. Risen, quien ha expresado su compromiso profesional de proteger a sus fuentes, podría enfrentar una pena de cárcel.

Conforme cita la SIP, el ex oficial de la CIA está acusado de filtrar información que formaría parte de un capítulo de un libro escrito por Risen en 2006, “Estado de guerra: La historia secreta de la CIA y el gobierno de Bush” (State of War: The Secret History of the CIA and the Bush Administration), en el que se revela una operación encubierta destinada a sabotear el programa nuclear de Irán.

En este sentido, el presidente de la Comisión de Libertad de Prensa e Información de la SIP, Claudio Paolillo, expresó que “la decisión de la Suprema Corte avala la solicitud del Departamento de Justicia de citar al periodista para testificar e identificar a su fuente de información y tiene un efecto intimidatorio sobre la actividad periodística investigativa, afecta su credibilidad y la misión fiscalizadora de la prensa sobre los asuntos de Estado y de interés público”.

Paolillo, director del semanario Búsqueda de Uruguay, destacó que “en el ejercicio del periodismo la información de las fuentes juega un papel fundamental que quienes ejercemos esta profesión tenemos la obligación de resguardar” y lamentó “profundamente el continuo retroceso que se observa en Estados Unidos para el ejercicio de la libertad de prensa desde que los gobiernos, los congresistas y los jueces norteamericanos pusieron por encima de todo el argumento de la 'seguridad nacional', después de los atentados terroristas contra Nueva York y Washington ocurridos en setiembre de 2001”.

“Es evidente que la Primer Enmienda de la Constitución, aprobada por los padres fundadores de esa nación precisamente para impedir que el poder político restringiera de algún modo la libertad de expresión del pueblo, no está atravesando su mejor momento desde hace ya más de una década”, dijo Paolillo.

“Eso es muy preocupante por Estados Unidos y por el mal ejemplo que eso deja en manos de dictadores o gobernantes autoritarios en América Latina y en otras partes del mundo”, añadió.

La Declaración de Chapultepec y la Declaración de Principios sobre Libertad de Expresión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, establecen el “derecho a la reserva de las fuentes de información como principio básico del respeto a la libertad de expresión y a la libertad de prensa”.