SANTO DOMINGO, República Dominicana.-Pese a su alto precio, al endeudamiento por US$92 millones y al escándalo de posible pago de millones de dólares en soborno, los aviones Tucano han servido para poca cosa al Estado dominicano, porque no se han instalado los radares que se contemplaban en el proyecto de vigilancia aérea concebido con las aeronaves compradas a Brasil.

Las Fuerzas Armadas carecen de los  recursos  necesarios para terminal la instalación de una plataforma de radares militares en la Base Aérea de San Isidro.

Estos radares permitirían localizar aeronaves sospechosas en el espacio aéreo nacional y facilitar que los aviones Súper Tucano pudieran seguirlas e interceptarlas obligándolas a identificarse para investigar si se trata de vuelos controlados por el narcotráfico u otro crimen organizado.

Una fuente del alto mando militar del Ministerio de Defensa confió a este reporteros de Acento.com.do  que en estos momentos la institución no está en capacidad de cubrir los gastos pendientes con el proyecto, y que  la instalación de los radares dependerá de la aprobación de una solicitud  de financiamiento con la banca de Israel, proyecto que reposa en el Congreso Nacional desde el año 2012.

Quienes en su momento alentaron e hicieron propaganda a favor del préstamo para financiar la compra de los aviones Tucano no ha dicho esta boca es mía sobre los radares

“El proyecto involucra unos 46 millones de dólares, y apenas se ha saldado con la empresa suplidora un 40%  como pago inicial”, aseguró.

Explicó que en el presupuesto de las Fuerzas Armadas para el 2014 no hay partidas incluidas para esos fines, ni tampoco en el presupuesto contemplado para el año 2015, que el Poder Ejecutivo depositó en el Congreso Nacional.

El gobierno dominicano y el gobierno de Israel suscribieron en diciembre de 2009 un contrato para suplir a la Fuerza Aérea  Dominicana (FARD) de dos radares de última generación y un centro de Control de Mando, por un consto de US$ 34 millones. Luego se firmó una  adenda de casi 10 millones de dólares, de la cual no se pudo obtener mayor detalle.

Estos equipos de alta tecnología militar son vendidos por la empresa israelí Elta System LTD, avalada por el gobierno israelí, y que vendrían a reforzar la operatividad de los  aviones Súper Tucano. Además, de la falta de radares, después de 4 años de haberse comprado los 8 aviones Tucano es poco lo que se sabe de su eficiencia en la lucha contra el narcotráfico.

Los radares fueron adquiridos  durante la gestión en el Ministerio de Defensa (antiguo Ministerio de las Fuerzas Armadas), del mayor general Rafael Peña Antonio, uno de los militares de estrecha confianza del entonces presidente Leonel Fernández.

Sólo se construyó el centro de mando y control, y la instalación de los equipos se ha mantenido paralizada desde entonces. Quienes en su momento alentaron e hicieron propaganda a favor del préstamo para financiar la compra de los aviones Tucano no ha dicho esta boca es mía sobre los radares.

En esa ocasión, para promover la aprobación del proyecto, el general Peña Antonio advirtió que los aviones Tucano no podrían operar con eficiencia sin la instalación de una plataforma de radares tridimensionales para detectar los vuelos rasantes que realizan las aeronaves que incursionan en el espacio aéreo dominicano para bombardear cargamentos de drogas, casi siempre procedentes de Sudamérica.

Los aviones Tucano, un juguetito caro e inútil para el pueblo dominicano.
Los aviones Tucano, un juguetito caro e inútil para el pueblo dominicano.

Sin embargo, el proyecto ha sido excluido de la agenda de prioridades de las autoridades militares involucradas en la persecución del trasiego internacional de drogas  hacia la República Dominicana. Los radares, además de constituir un instrumento importante en el combate al narcotráfico, reforzarían la defensa en general del espacio aéreo dominicano.

En la práctica, las autoridades militares han dejado de referirse al tema de manera oficial, mientras los costosos equipos se encuentran almacenados en contenedores en la Base Aérea de San Isidro, sin fecha para su instalación y bajo de riesgo de deteriorarse y quedar obsoletos.

Desde el 2010, las Fuerzas Armadas vienen  presentando dificultades en los pagos, cuando  la compañía Alta Industrial Aeronáutica Israelí, suplidora de los radares, amenazó con rescindir el contrato por incumplimiento en los desembolsos.

Pero ni el propio presidente Fernández al final de su mandato ni el presidente Danilo Medina le dieron importancia a la búsqueda del dinero para concluir con la instalación del sistema de radares que completaría el proyecto de vigilancia concebido con la compra de los aviones Tucano

La plataforma en proceso cubrirá, según los técnicos, toda la parte Sur del país, con alcance al  litoral Sur de Haití, y por la costa Sureste hasta Puerto Rico.

Asimismo, la empresa suplidora afirma que se alcanzaría capacidad para cubrir unas 200 mil millas náuticas, pudiendo detectar aeronaves hasta en las costas norte de Sudamérica.

Pese a la importancia del proyecto  como complemento a  la inversión inicial  de 93 millones de dólares  en la compra de los aviones Tucano, el gobierno pareciera desinteresado en concluir la instalación de los radares.

La última partida consignada en el presupuesto de las Fuerzas Armadas para cubrir pagos del proyecto militar fue en el 20011, cuando se destinaron 400 millones de pesos, pero se ignora si estos recursos fueron trasferidos a la empresa suplidora de los radares.

Por otro lado, los representantes de la empresa suplidora extranjera recomendaron a las autoridades dominicanas que para poner en operación los equipos de última generación es necesario instalar una subestación eléctrica o un circuito privilegiado que suministre de energía segura y  permanente a la plataforma de radares, condición que aún no han podido resolver las autoridades militares dominicanas.

La compra de los radares fue declarada de Seguridad Nacional, mediante el decreto No. 211-12 del Poder ejecutivo, durante el último gobierno de ex presidente Leonel Fernández.

Pero ni el propio presidente Fernández al final de su mandato ni el presidente Danilo Medina le dieron importancia a la búsqueda del dinero para concluir con la instalación del sistema de radares que completaría el proyecto de vigilancia concebido con la compra de los aviones Tucano.