SANTO DOMINGO, República Dominicana.- Servio Tulio Castaños, vicepresidente ejecutivo de Finjus, alertó hoy que "no podremos evitar que en el futuro nos dediquemos a lamentarnos por haber perdido la tranquilidad, la convivencia pacífica y la seguridad", lo que previó sin  una depuración de candidatos.

La investigación abierta por el Ministerio Publico sobre el Caso Falcón  de narcotráfico y lavado de activos "refleja la urgencia de prestar atención al sistema de partidos y agrupaciones políticas dentro del régimen democrático dominicano", alertó Servio Tulio Castaños en un texto escrito.

Este caso, que involucra a miembros de los poderes Legislativo y Ejecutivo, y Judicial al nombrarse un juez especial dado el fuero parlamentario de algunos de los acusados, "pone en entredicho la calidad de la democracia dominicana", evaluó el directivo de Finjus.

"La calidad y fortaleza del régimen democrático están íntimamente vinculadas a los mecanismos de control, rendición de cuentas y sistema de consecuencias que existe sobre quienes se organizan para representar la voluntad y soberanía popular en los órganos del Estado" y "cuando la ciudadanía percibe que los partidos y agrupaciones políticas han promovido a personas que, en lugar de representarlos con dignidad son acusados de usar sus puestos y cargos para enriquecerse a costa del Estado, o para coaligarse con el crimen organizado, se desploma la confianza que depositaron al elegirlos", remarca.

El quiebre de la confianza en las instituciones, "uno de los elementos fundamentales de la cadena que garantiza la gobernanza democrática", es clave en este asunto, añadió Servio Tulio Castaños,

"Todo gira alrededor de esa confianza: la creencia de que el Estado se basa en la eficiencia, es decir, en la obligación de hacer más y mejor con menos; la convicción de que las recaudaciones fiscales sirven para promover el bien común y que la transparencia es la norma en el funcionamiento de todas las instituciones", agrega.

El texto del vicepresidente ejecutivo de Finjus remata sobre lo crucial que resultan los partidos "para la salud del sistema democrático" y también lo peligroso de no lograr convencer a la sociedad de que efectivamente "pueden depurar a sus candidatos, pedirles cuentas por sus acciones y, sobre todo, que son dignos de la confianza que el pueblo les deposita".