Washington, 8 jun (EFE).- El Senado de EE.UU. se alista para iniciar, a partir del próximo martes, el debate formal de una reforma migratoria para la legalización y eventual ciudadanía de la población indocumentada, con el objetivo de someterla a voto antes del próximo 4 de julio.
Se trata de la mayor reforma migratoria en EE.UU. desde la de 1986 cuando, bajo la presidencia de Ronald Reagan, tres millones de indocumentados consiguieron la legalización. La reforma migratoria ya había fracasado en 2007 en medio de pugnas partidistas.
El presidente Barack Obama aprovechó su discurso de los sábados para instar al Senado a que apruebe con celeridad el plan reformista, y pidió la ayuda del público para mantener la presión sobre el Congreso.
"Si verdaderamente vamos a corregir un sistema roto, necesitamos que el Congreso actúe de forma integral", por lo que el debate en el pleno del Senado a partir de la próxima semana "es muy importante", dijo Obama.
La mañana del martes, horas antes del debate, Obama participará en un acto en la Casa Blanca a favor de la reforma, acompañado de líderes de todos los sectores de la sociedad civil.
El Senado debatirá el proyecto de ley que elaboró el llamado "Grupo de los ocho" -cuatro demócratas y cuatro republicanos- y que aprobó el Comité Judicial de la Cámara alta el pasado 21 de mayo.
De acuerdo con el complejo entramado parlamentario, el Senado realizará la tarde del martes próximo dos votos de procedimiento clave para empezar el debate formal, si bien los senadores ya pronunciaron discursos el viernes.
El primer voto requerirá el "sí" de 60 senadores mientras que el segundo, el que arrancará el debate formal, necesitaría una mayoría simple de 51 votos.
El peligro es que los detractores de la reforma recurran a la figura conocida como "filibusterismo" para bloquear la legislación.
Varios republicanos, entre ellos el senador John Cornyn, han dejado en claro que impulsarán modificaciones al proyecto de ley para supeditar la legalización al "pleno control operacional" de la frontera sur.
La oficina del líder de la mayoría demócrata del Senado, Harry Reid, dijo que éste permitirá un proceso abierto y transparente para debatir enmiendas que mejoren, pero no descarrilen, la reforma migratoria.
"El senador Reid considera que la enmienda del senador Cornyn pretende derribar el camino a la ciudadanía dentro del proyecto de ley. Por ello, el senador Reid considera que esa enmienda es una píldora venenosa que busca hundir el proyecto en vez de mejorarlo", dijo a Efe un portavoz de Reid, José Parra.
El viernes, los senadores ofrecieron discursos a favor y en contra del plan reformista que fueron una repetición del acalorado debate en el Comité Judicial hace dos semanas.
El senador republicano por Alabama, Jeff Sessions, reiteró su conocida postura de que la reforma migratoria, tal como fue elaborada, no frenará el futuro flujo de indocumentados.
"El proyecto de ley es una amnistía primero, con la promesa de hacer cumplir las leyes después… debilita y mina la ley actual, de manera que nunca se realizará de forma eficaz", se quejó Sessions.
Entre sus principales componentes, la iniciativa establece el reforzamiento de la seguridad fronteriza; un período de 13 años para la legalización y eventual ciudadanía de los indocumentados; sanciones para empresas que a sabiendas contraten a trabajadores "sin papeles", y aumento de visas para extranjeros con altas destrezas laborales y para trabajadores agrícolas.
La meta de Reid es concluir el debate de la reforma migratoria antes del receso por el festivo del "Día de la Independencia" el próximo 4 de julio.
La versión que salga del Senado tendrá que ser armonizada con la que produzca la Cámara de Representantes, dominada por los republicanos y que aún no ha presentado su proyecto de ley. EFE