BRASILIA, Brasil.-Este miércoles 10 de mayo el expresidente Ignacio Lula da Silva comparecerá ante el Tribunal en Curitiba para responder por los delitos de los cuales se le acusa.

Pero Lula no tiene por qué tener miedo al interrogatorio del miércoles. Según lo explicado por el juez Sergio Moro, él tiene el derecho de mentir a voluntad:

"El juez, básicamente, hace preguntas, y el acusado responde, con derecho a permanecer en silencio, e incluso puede faltar la verdad. Nuestra legislación no prevé el delito de falso testimonio al acusado ir al tribunal y no decir la verdad. A diferencia del sistema estadounidense, donde el acusado declara si la defensa lo requiere, él no está obligado a decir la verdad bajo pena de perjurio".

"Brasil está en una encrucijada", dijo Moro la noche del lunes, en un evento en Curitiba. "Tiene dos caminos. Echarse atrás, como si no hubiera pasado nada, o seguir adelante. Ahí, realmente, el país necesita el apoyo de la ciudadanía civilizada".

En un editorial* del martes (hoy), el diario Estadão aborda la situación política actual que vive el país. Dice:

“La magnitud de la crisis que vive el país convierte en urgente el debate sobre las reformas del Estado, tales como las propuestas para el sistema político y las leyes laborales y de seguridad social −ya en el Congreso Nacional− e incluso la revisión del pacto federal y la necesidad de convocar una Asamblea Constituyente capaz de darle a Brasil una nueva Carta Política, más equilibrada y funcional, capaz de ofrecer soluciones a los problemas actuales.

“No menos importante es la discusión sobre el marco anémica de una verdadera dirección política, cuya falta no sólo hace que el proceso de transposición de la crisis más dolorosa, sino también establece un espacio peligroso para lo impensable, que nubla la visión del futuro de los brasileños.

“Con el pretexto de un supuesto fracaso de la ‘política tradicional’, comienza a ganar mayor espacio el discurso a favor de nombres ajenos al mundo de la política −los llamados outsiders (extraños)− como si este distanciamiento de la política por sí solo representara un certificado de buenos antecedentes o de vocación para la administración pública. Esto demuestra lo superficial que es el abordaje de la cuestión de los líderes públicos hoy.

“Cuestión central en el campo de estudios e investigaciones en el mundo de los negocios, la esencia del liderazgo parece pasar de largo el debate en el ambiente político. En todo caso, se trata superficialmente desde la perspectiva de la comercialización, la orientación del desempeño electoral de los candidatos y la imagen de los elegidos que está diseñado para la opinión pública durante sus mandatos. No es sorprendente que cuando se trata de "un nuevo liderazgo político", casi siempre se está tratando de personajes célebres de ocasión, animadores de auditorio, famosos, en general”.

Otro acierto de Moro

También el Estadão, en otro editorial, acusó a Lula de querer "convertir un tribunal inferior en una plataforma política y a Curitiba en un campo de batalla", comentó el Estadão.

Y continúa:

"Es fácil imaginar el precioso material publicitario que podrían significar las imágenes de la  ‘manifestación espontánea’ de militantes que, en las calles de Curitiba, harían lo posible por provocar una 'represión policial'. El PT estima que al menos 50,000 personas asistirán a la convocatoria de 'apoyo de Lula”.

“Hizo bien el juez Sergio Moro, por tanto, al difundir un vídeo en las redes sociales, desaconsejando que los partidarios de Lava Jato salgan a las calles de la capital del estado".

El portal O Antagonista, haciendo eco de estos razonamientos concluye:

“Brasil implosionará si se echa atrás. De hecho, sólo hay un camino: seguir adelante.” 

Fuente: Estado.com.br