SANTO DOMINGO, República Dominicana.- El Poder Ejecutivo dará a conocer esta semana uno de los retiros militares más significativos de los últimos 20 años. Fuentes bien informadas estiman que unos 40 generales y 300 coroneles fueron incluidos en los listados de pensiones de las Fuerzas Armadas.

Sin embargo, un grupo de generales y coroneles que cumplió su tiempo hábil en las filas, se resiste al retiro y cabildean con funcionarios y políticos su permanencia en los cuerpos armados, aun sea sin funciones.

Hay oficiales generales que tienen hasta 27 años en el rango y apuestan por más tiempo, mientras otros llevan más 10 años sin ofrecer servicio alguno a las instituciones militares, pero igual gozan de beneficios y privilegios.

La oficialidad joven sufre la consecuencia de un generalato que mantiene un “entaponamiento” que, por más de dos décadas, existe en el nivel alto de la oficialidad, impidiendo a coroneles jóvenes escalar y desarrollar su carrera.

Conforme a la Ley Orgánica de las Fuerzas Armadas actualmente hay 69 generales que están en las instituciones militares; sobrepasan la cantidad señalada en la Tabla de Organización y Equipos de las FF.AA.

Los cuerpos armados necesitan dar paso a oficiales jóvenes y con amplia formación militar para dirigir los puestos de mando, sin la necesidad de promoverlos al rango inmediato, al menos así lo consideran oficiales que han trabajo en planes de reformas militar.

Las autoridades estiman que para finales de este año el 80 % de los generales y almirantes activos cumplirán su tiempo hábil en las filas, bajo las tres condiciones para el retiro: tiempo en servicio, edad biológica y tiempo en el rango.

Además de formar parte de un generalato ilegal a la luz de la normativa militar, representan una carga económica para el presupuesto de defensa ya que tienen asignados vehículos, armas, escoltas, combustibles y otros beneficios colaterales.

Estos generales, que en su momento dirigieron comandancias generales, cuerpos especializados y de defensa, así como viceministerios, inspectorías y otras funciones, prefieren cobrar 41 mil pesos como oficiales activos que recibir una pensión de 200 mil y 250 mil pesos mensual, equivalente 2.4 millones y 3.0 millones al año.

Otro ingreso que obtienen por su retiro corresponde al sueldo por año de servicio,  de los fondos de ahorros acumulados durante su tiempo en las filas y que son administrados por la Seguridad Social de las Fuerzas Armadas.

Datos de la Junta de Retiros y Pensiones de las Fuerzas Armadas indican que actualmente allí reposan miles de solicitudes de pensiones de oficiales superiores y subalternos, pero ninguna corresponden a generales o almirantes; esto indica que no tienen planes de irse de manera voluntaria.