LIMA, Perú.- El electo presidente del Congreso de Perú, Francisco Sagasti, quien asumirá este martes la jefatura del Estado, afirmó que hará "todo lo posible por devolverle la esperanza a la ciudadanía" de su país, tras la grave crisis política y social desatada durante la última semana.

Luego de jurar como presidente del Legislativo, el parlamentario liberal, un ingeniero industrial de 76 años, señaló que el Congreso y el Ejecutivo peruano deben "demostrarle" a sus compatriotas "que pueden confiar" en ellos y que son "responsables".

"Soy un convencido de que solo podremos salir adelante trabajando juntos, colaborando", enfatizó antes de recordar que Perú está a pocos meses de celebrar el bicentenario de su independencia, el próximo 28 de julio.

"Que ese momento no sea una actuación de amargura, que sea un momento de alegría, de esperanza y de vislumbrar que nuestro país por fin pueda convertirse en una verdadera república, con igualdad de oportunidades para todos", remarcó.

Sagasti fue elegido este lunes como nuevo presidente del Congreso después de la renuncia de Manuel Merino en medio de masivas protestas ciudadanas que se desataron hace una semana en rechazo a la clase política y la decisión del Legislativo de destituir a Martín Vizcarra de la jefatura del Estado.

NO ES DÍA DE CELEBRACIÓN

El legislador, en un tono marcadamente pausado, conciliador y que buscó desde el inicio buscar la empatía entre los diputados y ante toda la nación, que aguardaba expectante las primeras palabras del que será su nuevo líder.

Sagasti inició su discurso dirigiéndose a sus compatriotas para decirles que "hoy no es un día de celebración", ya que han muerto dos jóvenes y decenas quedaron heridos por la represión policial de las protestas ciudadanas de los últimos días.

"Hemos visto la muerte de dos jóvenes en protestas expresando su punto de vista, democráticamente y prácticamente sin violencia", remarcó antes de homenajear a Inti Sotelo y Jack Pintado, los dos jóvenes muertos el sábado en Lima.

Sagasti lamentó que ahora no se pueda cambiar esa situación ni "volverlos a la vida", pero le dijo a los legisladores que sí pueden "desde el Congreso, desde el Ejecutivo, tomar las medidas para que esto no vuelva a suceder".

"Cuando un peruano muere, y más aún si es joven, todo el Perú está de luto, y si muere defendiendo la democracia al luto se suma la indignación", enfatizó.

ENCAUZAR LA INDIGNACIÓN

Sagasti dijo que las protestas en su país son una muestra de indignación ciudadana que los políticos deben "reconocer, aceptar y encauzar por caminos pacíficos", algo que consideró que es "una de las tareas centrales que tiene el Estado peruano".

"Estas manifestaciones son un poderosísimo llamado de atención. No bastó la pandemia, la crisis económica, los problemas de inseguridad, tuvimos que esperar a la muerte de dos jóvenes para que nos caiga encima toda la enormidad de la situación que estamos viviendo", sostuvo.

Por ese motivo, saludó a los jóvenes de su país y recordó que él también, a principios de los 60, "salía a protestar de manera pacífica" con la idea central de "la vocación de servicio, de entregar lo mejor que tiene cada uno de nosotros".

TAREA CORTA

El presidente del Congreso remarcó que la nueva mesa directiva del Legislativo tiene una "tarea corta", hasta el próximo 28 de julio, por lo que debe "concentrarse, definir tareas muy específicas", ya que en abril se celebrarán elecciones generales.

"Estaremos poniendo todo nuestro talento, todo nuestro esfuerzo al servicio de todos ustedes, para que el Congreso pueda funcionar de una manera que el país se sienta reconocido" agregó antes de pedirle a sus compatriotas que confíen en ellos.

"Actuaremos de la manera que decimos, estaremos cumpliendo nuestros planteamientos y promesas", sostuvo antes de también decir que "la empatía para sentirnos cercanos a la ciudadanía es importante, y la responsabilidad por el resto de personas", dijo.

SUCESIÓN CONSTITUCIONAL

Tras jurar como presidente del Congreso por su "país, por la juventud y por un mejor futuro para todos los peruanos", Sagasti tomó el juramento a Mirtha Vazquez, del Frente Amplio, como primera vicepresidenta y quien ejercerá la conducción del Legislativo cuando él asuma la jefatura del Estado, este martes.

Su mesa directiva es completada por Luis Roel Alva, de Acción Popular (AP) y Matilde Fernández, de Somos Perú (SP), quien juró como tercera vicepresidenta en idioma quechua.

El legislador del Partido Morado ocupará la presidencia de Perú tras la dimisión de Manuel Merino, cuyo corto mandato desató una grave crisis política y social, y ahora afronta investigaciones penales por graves violaciones a los derechos humanos.

Insultos adecuados, por favor: son "políticos de porquería", no "payasos"

"Son políticos de porquería, no payasos, por favor". Ese es el lamento del gremio peruano de payasas y payasos, ofendido por la comparación entre los representantes del poder público, denostados por la ciudadanía, y un sector profesional en lucha dolido por lo que pasa en su país.

Eso se desprende del pronunciamiento que el gremio de payasas y payasos de Perú, que pide a los ciudadanos que hagan "el uso de insultos adecuados" a la hora de referirse a los políticos que, atrincherados en el Congreso y reflejados en la figura del expresidente Manuel Merino, han conducido al país a su mayor crisis política y social en varias décadas.

Así, esta exigencia de propiedad en el improperio señala que los diputados y gobernantes que dejaron al país sin Ejecutivo, ni mesa directiva del Congreso, enfrascados en sus "repartijas" internas ajenas al interés común son cualquier cosa menos "payasos, clowns o trabajadores de circo".

"Creemos que 'político de porquería' puede ser una alternativa de insulto interesante", sugirieron los profesionales del humor.

DOLOROSO

"Nuestra idea era expresar nuestra opinión sobre la crisis que pasa el país, que redactamos el sábado y lo enviamos a todos los payasos que conocemos, grupos de circo e independientes. Es una queja por el uso que algunos hacen de la Constitución, con una vacancia que llevó al poder a un señor (Manuel Merino), que no reconocemos", explicó a Efe Milagros Mosqueira, de la agrupación Jarabe de Clown.

En su proclama, los payasos denuncian a la clase política que ha llevado "irresponsablemente" al país a una crisis política y ha destruido la poca "gobernabilidad construida en los últimos años" en Perú.

Mosqueira indicó que su queja, que hay que tomar con humor, surgió cuando entre las manifestaciones en las que los payasos participaron "de civil", es decir, "sin nariz", "se escucha mucho decir que esta gente es un payasa y que el Congreso es un circo, como si eso fuera un insulto despectivo".

"Nosotros también estamos en la lucha, como todos los peruanos, y no nos gusta ser comparados con los políticos. Decir que el Congreso es un circo… el circo es un lugar mágico, donde vas de niño a comer algodón dulce, no un nido de corruptos y gente realmente inaceptable. Decir que es un circo no corresponde", afirmó.

TRAGEDIA Y HUMOR

Ante el drama y el dolor que ha sufrido esta movilización ciudadana con la muerte de los jóvenes Jack Pintado, de 22 años, e Inti Sotelo, de 24 años, asesinados durante la represión policial, Mosqueira prefirió quedarse con el rasgo eminentemente festivo, joven y fresco que marcaron las protestas.

"Creo que es importante el humor en este caso, pues tiene que ver con la celebración… La comedia es una celebración de la humanidad. Cuando alguien se toma con humor algo, lo está aceptando. El humor es también protesta, eso es pacífico", añadió, en referencia a los miles de carteles que han sido una constante en las protestas.

"Merino, en ti me orino", o "Prefiero que me gobierne mi ex" fueron algunas de las propuestas más hilarantes que se vieron por las calles, una cosa que hay que celebrar y defender "pues son derechos ciudadanos. Y por eso salimos".

HUMOR NEGRO

Por otro lado, también se refirió a la "risa" que entre la población están causando las intervenciones de algunas de las figuras del efímero Gobierno de Merino, como su primer ministro Ántero Flores-Aráoz, o la furibunda diputada fujimorista Martha Chávez, cuyos exabruptos en el Congreso han sido legendarios.

Flores-Aráoz dijo seriamente que no entendía por qué la gente protestaba, pese al clamor multitudinario y evidente de decenas de miles de peruanos, y pidió que le enviaran "una comisión" para dialogar con ellos, aparentemente sin estar informado del carácter desconcentrado y espontáneo de las marchas.

En la noche del sábado, cuando en medio de la represión policial a las marchas sus ministros comenzaron a dimitir en riada, dio una entrevista telefónica en la que demostró que no sabía dónde estaba su Gobierno ni qué hacían. Tampoco sabía qué hacía Merino, a quien pidió por la radio que le respondiera el teléfono.

"Estas cosas van más hacia el humor negro. Clown no es, ni payaso. Un payaso no diría nada así. Causa gracia pues es ridículo, pero hay gente que lo toma en serio. Esa es la labor revolucionaria del humor. Cosas serias dichas en broma, entran fácil al sistema. Al revés no, y en esto hay que ver la responsabilidad", dijo.

Así, "ver a Ántero mostrando carteles que dicen que el comunismo internacional financia las marchas es ridículo, pero es algo que no haría un clown. Aunque cause humor, es desquiciado", culminó.

HUMOR PELIGROSO

Por su parte, Chávez ninguneó a los manifestantes y desde su escaño buscó torpedear el debate parlamentario por vía digital que buscaba un sustituto para Merino una vez que este dimitió, con improperios y teorías conspirativas sobre "el marxismo" o la "entrega al terrorismo del Estado" cada vez que tomaba la palabra.

También gritaba "ilegítimo", "ilegal" o "nulo" cada vez que se le abría el micrófono en el proceso de votación que terminó por poner al diputado Francisco Sagasti al frente del Congreso.

"Martha Chávez es todo lo que está mal en la política, por eso es graciosa. Para nuestro gremio, es ciertamente muy chistosa. Interrumpe, se mete, pone su cara en primer plano en el zoom. Es muy cómica y no solo lo que dijo, sino como lo hizo. Pero igual no es clown, ser clown es una profesión. Es como llamar doctor a quien te pone una curita", analizó Mosqueira.

En cualquier caso, la payasa apuntó que eso "no tiene que despistar a la gente", pues es un personaje "muy peligroso para la política peruana", pues mucha gente cree que sus dichos ridículos "son ciertos".

"Aquí juega la manipulación", concluyó. EFE, Álvaro Mellizo