NEW JERSEY, Estados Unidos.- El sacerdote Alexander M. Santora, de la Iglesia de Nuestra Señora de Gracia y San José en Hoboken, New Jersey, sugirió al senador Robert Menéndez renunciar a la posición de senador y dedicarse a ser el chanchullero que desee ser, debido a que siempre fue un arribista que utilizó a los hispanos para una carrera política que le consiguiera beneficios personales.
“Menéndez debería dimitir, para poder convertirse en el chanchullero y negociante que desea ser”, escribió el pastor en el periódico NewJersey.com
Traducido por Iván Pérez Carrión, a continuación el artículo:
Un sacerdote pide la renuncia del senador estadounidense Bob Menéndez
Por Rev. Alexander M. Santora*
Columnista Invitado
Una vez, un sacerdote recién ordenado sintió que el trabajo de la parroquia estaba muy por debajo de él. Y así, después de seis meses, se las arregló para que un monseñor bien relacionado lo transfiriera a algún cómodo trabajo de oficina. Y continuó su ascenso, con el apoyo de este monseñor.
Un día se enteró de que el monseñor estaba involucrado en algunas cosas indebidas y lo delató. El monseñor fue destituido de su cargo y el sacerdote continuó en su espiral ascendente. Con el tiempo, él siguió siendo demasiado grande para cualquier posición eclesiástica, por lo que renunció y asumió importantes puestos de trabajo en el mundo secular, y con ello ganó millones de dólares. Era un chanchullero de pura cepa
Recuerdo cuando Bob Menéndez comenzó a tantear las aguas de la política del gobierno estudiantil en el Colegio San Pedro, donde estudiaba, un año detrás de mí. Se congració con la maquinaria política de William Musto en Union City, donde al igual que sus padres muchos cubanos habían emigrado. Con el tiempo se apartó de Musto y comenzó a hacerse un nombre por sí mismo, y ascendió en las filas políticas.
Menéndez es inteligente y tenaz, y aprendió a navegar por la política feroz del condado de Hudson. Se ha convertido en el tipo de corredor de poder que Musto fue una vez, y hace valer su amplia influencia. Se dice que, recientemente, Menéndez bloqueó a un funcionario que perdió las elecciones, que buscaba un puesto de trabajo en la Autoridad Portuaria, porque una vez él se opuso a Menéndez.
Yo no conozco las cuestiones jurídicas específicas que rodean su acusación. Y todo el mundo, incluso un senador de Estados Unidos, se presume inocente a menos que se demuestre lo contrario. Pero sólo un selecto grupo de cien personas llegan al Senado de Estados Unidos, y eso no es por derecho propio.
Lo que el caso de Menéndez revela es que en realidad él pensó que era superior a la mayoría de la gente de Nueva jersey a quien él representa, y que ni siquiera podrían imaginarse las comodidades que su cargo le garantizó.
Menéndez ha hecho muchas cosas buenas por la gente de Nueva Jersey, pero eso no justifica su lujuria por la buena vida. Y ese acento británico ligeramente falso de su discurso está muy lejos del habla de los buenos cubanos que una vez lo apoyaron.
Tal vez, debería seguir el camino del sacerdote que superó a su sotana. Menéndez debería dimitir, para poder convertirse en el chanchullero y negociante que desea ser.
*Santora es el pastor de la Iglesia de Nuestra Señora de Gracia y San José en Hoboken y escribe l columna La fe importa para The Jersey Journal
Fuente: http://www.nj.com/opinion/index.ssf/2015/04/opinion_a_priest_and_us_sen_bob_menendez.html