Louis-Joseph Olivier/LE NOUVELLISTE
PUERTO PRÍNCIPE, Haití.-“Siento que hay muchas cosas por hacer. Pienso que mi agenda en Haití aun no está agotada”, confesó sin frenar la lengua el embajador que pasa sus últimos días en Haití, en su oficina de la Calle Panamericana de Pétion-Ville. “Me siento un poco intranquilo porque para mí hay un conjunto de cosas que debieron hacerse y no se han cumplido aún”, recalcó el embajador, quien recibió en exclusiva al periódico en la calle del Centro. “Para el beneficio de las relaciones dominico-haitianas hubiese querido hacer más cosas, pero eso no depende del embajador, sino más bien del contexto socio-político. Por eso me marcho con una agenda inconclusa”.
Sociólogo e historiador, es un intelectual que pasó su vida trabajando sobre Haití y quien llegó a Puerto Príncipe a principios de 2009, como embajador de su país. Antes de ocupar ese cargo, de joven Rubén Silié visitó Haití en varias ocasiones y hasta desempeñó un papel político. Junto a sus compañeros haitianos, el historiador luchó por la instalación de la democracia en Haití.
“Cuando llegué aquí, no me encontraba en territorio desconocido”, nos confesó quien conserva un gran recuerdo de sus amistades en Haití. De sus amigos, recuerda al fallecido Guy Alexandre, a quien le brindó un homenaje vibrante. “Fue alguien con quien construí en vez de una amistad, una fraternidad. Es con quien más comparto la visión de las relaciones dominico-haitianas”.
Algunos meses después de su instalación en el puesto, se produjo el terremoto que destruyó la capital y varias ciudades del país. Fue él quien dirigió la ola de solidaridad ofrecida por su país a Haití desde el día siguiente del terremoto del 12 de enero de 2010, una fecha que cambiaría el curso de las relaciones entre ambos pueblos.
A partir del 2010, un nuevo amo se instaló en la isla. Los jugosos contratos de construcción cosechados por las compañías dominicanas luego de la catástrofe, la predominancia del comercio dominicano en la frontera, cristalizaron en la hegemonía del país vecino en las relaciones bilaterales. Todo eso, con la presencia de Rubén Silié, como embajador.
“Cuando llegué aquí, no me encontraba en territorio desconocido”, nos confesó quien conserva un gran recuerdo de sus amistades en Haití. De sus amigos, recuerda al fallecido Guy Alexandre, a quien le brindó un homenaje vibrante.
El terremoto está lejos de ser el tema más candente conducido por el sociólogo al mando de la Embajada dominicana en Puerto Príncipe. El 23 de agosto de 2014, el Tribunal Constitucional dominicano emitió una sentencia que sublevó la opinión pública internacional e impactó al propio Embajador. “La sentencia del Tribunal Constitucional dominicano la viví muy mal, todos saben que no estoy de acuerdo con la sentencia del tribunal, porque no está a la altura”, nos confió el embajador.
“Si usted no quiere dominicanos de origen haitiano, entonces no pida trabajadores haitianos en República Dominicana, eso es todo”, recalcó el embajador Valdez. La sentencia tenía en la mira a la población dominicana de origen haitiano. “Es una población que se ha desarrollado en las peores condiciones sociales, en una dura y aberrante explotación económica, y son personas a las cuales se les debe respeto, porque no se debe olvidar que la economía dominicana se sustentó en el cultivo de la caña gracias a ellos”, agregó el Embajador.
“Apoyaron con su trabajo, con su sudor, la economía dominicana. No podemos negar esta realidad. Ellos están ahí, han dejado sus contribuciones materiales en la economía y trabajaron sinceramente, en las peores condiciones, no los podemos rechazar de esta forma. No es con la decisión de un tribunal que podemos borrar una realidad”, dejó saber el embajador, quien reveló haber ayudado personalmente al Presidente dominicano a encontrar una solución a esta situación que quisieron imponerle al presidente Medina.
En el punto más alto de la crisis, el diplomático fue recibido por el presidente Medina, con quien se conversó. “Me di cuenta de que el Presidente resolvería este problema, por eso tuve la certeza que saldríamos de esta situación, no eliminando la sentencia, eso es imposible, no se podía, pero creamos una situación desde el punto de vista legal y político para evitar que las personas resultaran afectadas, luchamos mucho para esto, dijo el embajador, quien fue atacado en muchas ocasiones por su posición. El episodio 168-13 fue el momento más difícil durante su mandato, reconoció el Embajador.
Más recientemente, la presencia de militares dominicanos en Puerto Príncipe, quienes canalizaban la ayuda después del huracán “Matthew”, generó una nueva tensión entre los dos pueblos. “No habíamos pensado en eso, pensamos en la urgencia y la necesidad de hacer llegar todos los vehículos lo más rápidamente posible”, nos dijo.
La crisis de todos modos cambió el plan del Gobierno dominicano quien ordenó a sus tropas regresar al país. “Solo nos quedamos una semana antes de repatriar a todo el mundo”, dejó saber el embajador, quien sigue deplorando esta situación que él considera una incomprensión.