Madrid (España).- Las escritoras dominicanas Rita Indiana y Kianny Antigua concitaron el interés de decenas de personas que acudieron al Espacio Cultural Dominicano de la Feria del Libro madrileña para la presentación y firma de sus obras.
Los primeros en adueñarse del escenario gestado por la Embajada de la República Dominicana ante el Reino de España y la Asociación Cultural y de Cooperación al Desarrollo Biblioteca República Dominicana (ACUDEBI) fueron Kianny Antigua y su libro de cuentos “Aquí hubo una mujer”.
“Kianny ha escrito literatura infantil, microcuento, ensayo, novela… Es una mujer dimensional. Podemos decir que en los 15 cuentos escogidos para el libro rige un hilo conductor: la cotidianidad. Ella incrusta una mirada incisiva y le imprime cierto resplandor que hasta convierte lo intrascendente en trascedente”, declaró Daniel Tejada, presidente de ACUDEBI.
La autora destacó que “Aquí hubo una mujer” está publicado tanto en los Estados Unidos (done reside) como en República Dominicana por dos editoras diferentes, producto de su interés de que el trabajo estuviera en ambos sitios.
Antigua explicó que realizar este libro de cuentos premiados le llevó casi diez años. “Mi primera mención fue en el Concurso Virgilio Días Grullón, Vendimia Primera, en el 2000. Luego me dieron un segundo lugar… y se iban acumulando”, detalló.
En ese sentido, Rodolfo Báez, editor del citado libro de Kianny en Santo Domingo, reveló que conoció el trabajo de Antigua desde “9 Iris y otros malditos cuentos”, donde se encuentra quizás el texto más famoso y antologizado de la escritora: “El pez de Ramón”.
“Kianny es una de nuestras mejoras autoras”, declaró orgulloso el editor general de “Últimos Monstruos Editores”.
Asimismo, el embajador dominicano Olivo Rodríguez Huertas valoró positivamente la calidad humana y profesional de Antigua.
Tras reconocer la labor que realizan los escritores dominicanos de la diáspora, principalmente en Estados Unidos y Europa, Huertas dio paso al editor Miguel de Mena, quien presentó a Rita Indiana.
“Hecho en Saturno”, por Rita Indiana
Miguel de Mena (fundador y editor de Cielo Naranja) señaló que, con sus obras, Rita Indiana hace una ruptura grande en la literatura dominicana, porque se plantea un nivel de cotidianidad muy lúdico dónde el objetivo no es enseñar ni mostrar sino disfrutar el texto.
Al preguntársele por el concepto de isla en sus obras, la escritora describió que uno se sienta en la isla a vivir precisamente en el “aislamiento donde no se puede coger un carro y cruzar una frontera”. “Al ir a otras islas y ver los vasos comunicantes del Caribe hispano, que es el que conozco, el aislamiento se convierte en algo compartido”, puntualizó.
La conversación también se paseó por la política criolla y la Revolución Cubana, temas que han marcado la obra de Rita. Tanto es así que recordó como, en sus años de colegio no se hablaba de todo lo que había ocurrido en periodos como los “12 Años de Balaguer”.
“Sólo se referían al bienestar económico o la consolidación de la clase media, pero no se hablaba de se había perseguido y asesinado a muchos periodistas, artistas, intelectuales. En la adolescencia empiezo a relacionarme con gente fuera de mi círculo familiar y mi colegio católico; adolescentes como yo que me empiezan a contar otra historia de esos 12 años y lo que sus padres había vivido. Es fue como entrar en otra dimensión. Era un país en el que yo no había vivido”, relató.
De sus inicios en el mundo de la literatura, en el que habitó antes de compartir ciudadanía con la música, Rita rememoró cuando a los 14 años ya decía que era escritora. “Escribía unas cosas feísimas, unos poemas malísimos. Imitaba a Gustavo Adolfo Bécquer. A partir de los 18 escribía cosas más pretenciosas”, afirmó.
Adelantó que actualmente se encuentra en el proceso de musicalización de la adaptación cinematográfica de su novela “Papi”, la cual dirige la puertorriqueña Noelia Quintero.
“Vivimos en un país donde todavía hay una analfabetismo brutal y poder llegar con una historia, una crítica, una idea a una persona que nunca va leerse un libro, pero sí aprenderse una canción, a partir de ver el mundo de otra forma, eso fue lo bonito de ese proyecto”, contó en referencia a su canción “El Castigador”.
De las fuentes de las que se ha nutrido mencionó Mitos y Leyendas (primer libro que recuerda en sus manos) y la compilación de poesía de la Enciclopedia Dominicana.
“Yo vendía poesía en el colegio y cobraba cinco pesos. Cogía un verso de uno y de otro y luego uno mío. Por accidente, en casa de mi abuela empiezo a leer algunos autores del sur estadounidense como Richard Wright, Mark Twain. Creo que ese sur con el espectro de la esclavitud tan fuerte como el nuestro me hizo identificarme y entender ciertas cosas que sucedían a mi alrededor”.
Concluyó enfatizando lo importante que es para ella la transmisión oral: “Trato de que esa potencia de la transmisión oral esté allí. Me nutro, más que de la literatura, de lo que me contaba mi abuela o el padre de algún amigo…”.