SAN JUAN, Puerto Rico.-Para Richard Cruz, oriundo de Santiago, República Dominicana, cuando se levantó como de costumbre a las 5 de la mañana el pasado 14 de junio iba a ser una jornada de trabajo normal. Salió de su casa en Carolina hacia su centro de trabajo, la panadería y repostería Kasalta, ubicada en el 1966 de la calle Mcleary , entre Isla Verde y el Condado (Ocean Park).
Ese día, en que Puerto Rico se encontraba literalmente “blindado” por la presencia del presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, el dominicano Richard inició como siempre su trabajo a las 5:30 de la mañana en la panadería Kasalta, a donde a diario acuden decenas de parroquianos a disfrutar de un desayuno o almuerzo.
El tema de discusión entre clientes y empleados del popular negocio giraba, como habría de esperarse, en torno al singular visitante a la Isla del Encanto, quien viajó desde Miami para asistir a dos actividades de recaudación de fondos para su campaña, con miras a las elecciones en Estados Unidos, que se efectuarán el martes 6 de noviembre del año 2012. De paso, Obama honraba su promesa de campaña, de visitar Puerto Rico una vez que lograra convertirse en presidente de los Estados Unidos.
Eran aproximadamente la 1:09 de la tarde del pasado martes, cuando Cruz, “tenía el cuarto lleno de agua, por el cúmulo de pedidos de sándwiches, sobre todo los “media noche”, los que más le piden los clientes a esas horas, según explica.
De repente, se percata de un movimiento inusual en su lugar de trabajo. Richard, quien ocupa el cargo de supervisor del área de lunch (almuerzo) donde también trabajan otros 4 dominicanos, pregunta inquieto: “¿qué está pasando ahí fuera?”. Sus compañeros de trabajo le dicen con asombro y casi incredulidad: “¡Llegó el presidente Obama a comer aquí!”.
En segundos todos los presentes quedaron semi paralizados ante el importante “cliente” que quería almorzar como un puertorriqueño o dominicano más en la panadería y repostería Kasalta.
Fue entonces cuando este dominicano, quien obtuvo su residencia permanente en Estados Unidos a través de una solicitud hecha por su madre, se convirtió en la persona que le preparó el ‘media noche’ al presidente Barack Obama.
Contrario a lo que podría creerse, los agentes seguridad del presidente norteamericano nunca fueron hasta la cocina a supervisar la manera en que Richard Cruz le preparaba el emparedado al principal inquilino de la Casa Blanca.
“Obama estaba allí, era un día normal para nosotros ¿Y quién se iba a imaginar que el presidente de la potencia más grande estaría ahí mismo y nos vendría a visitar? Se detuvo frente a la cajera de turno, ella casi se cae de la emoción, solicitó ver el menú y luego pidió 4 sandwichs media noche. Le preguntaron qué quería tomar y dijo que una botellita de agua. También preguntó qué cosa eran las croquetas”, narra Cruz.
“El sandwich que degustó Obama tenía pernil (pierna de cerdo asada), jamón dulce, una rodaja de queso suizo por encima, mostaza y pepinillo; y el pan que se hace directamente en esta panadería”, explicó Richard Miguel Cruz.
Ni tarjeta ni cheque, pago en efectivo
“El dueño de este negocio Don Jesús Herbón, es un gran ser humano, muy afable con todos sus clientes y empleados. Cuando el presidente entró al negocio y pidió su lunch, él le dijo que no pagara. Obama, se negó a ello y dijo que quería pagar como cualquier otro ciudadano. Entonces sacó un billete de US$100.00 y tres papeletas de US$20.00, el total de su pedido era como de unos 34.70, el dejó el resto de propina, es decir pagó con sesenta dólares”.
“Eso fue increíble, la panadería se vino abajo literalmente hablando, nadie lo creía” narró el joven de 26 años. “Nunca me imaginé que yo haría un sándwich para el presidente de los Estados Unidos”, expresó emocionado.
“Todos los pedidos de sándwiches que habían en ese preciso momento, se quedaron ahí, pues como es comprensible, debí atender al pedido del presidente Obama, incluso, una muchacha había pedido un sándwich de pavo, tuvo que esperar casi media hora, pero dijo que valió la pena, porque coincidió en su hora de almuerzo con el presidente de los Estados Unidos, un momento inimaginable para cualquier ciudadano común”, manifestó Richard Cruz.
Este joven, con marcado acento dominicano, ya mezclado con las características expresiones boricuas, narró:
“Obama llegó con el presidente del Partido Popular Democrático, Alejandro García Padilla, y de inmediato escogió él mismo la mesa donde compartió con su invitado. A su lado estaba un ciudadano peruano que ya estaba sentado en la misma mesa, pero que ningún miembro de su escolta, ni del servicio secreto, solicitó que se retirara”.
“Él se comió la mitad del media noche. Antes de irse de la panadería, nosotros quisimos tomarle una foto, pero el servicio secreto nos dijo, vengan todos que el presidente se va a tomar una foto con el propietario y ustedes. Fue una sorpresa para nosotros, en medio de un tumulto grandísimo de periodistas de todas partes”, explicó Cruz.
Cambios significativos
El acontecimiento le ha cambiado la vida a Richar Cruz, quien revela algo curioso, en Gurabo, el municipio de Santiago en donde tiene su casa materna, vivía cerca del ex presidente Hipólito Mejía, quien de nuevo aspira a gobernar la República Dominicana.
Bromea sobre la coincidencia de estar cerca de los presidentes. “En Gurabo, vivo cerca de Hipólito Mejía, me persiguen los presidentes y para mí esta experiencia es increíble”.
Está casado con la también dominicana Milka Martínez y espera su primer hijo para este año. Es estudiante de la carrera de medicina en la Universidad Sagrado Corazón de Puerto Rico. Su máxima aspiración es lograr ser un médico de renombre.
“Mi vida ha cambiado drásticamente, con mis amigos, con los que me han visto en televisión, me siguen a través de Facebook, y he recibido decenas de llamadas desde la República Dominicana y de muchos ex compañeros de la Universidad Tecnológica de Santiago (UTESA), donde estudiaba medicina al momento de venir a vivir a Puerto Rico. Soy otro antes de la visita de Obama y después de ella”, confiesa Cruz, quien se han convertido de la noche a la mañana en el dominicano más conocido y popular en Puerto Rico.
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