SANTO DOMINGO, República Dominicana (Traducción y redacción de Iván Pérez Carrión).-La República Dominicana se encuentra compitiendo por el primer lugar en las Américas entre los países que tienen más personas botellas (vagos que cobran sin trabajar) en su servicio exterior, según reporta la agencia de noticias británica Reuters.
En un despacho firmado por Ezra Fieser, fechado el 16, las misiones diplomáticas sirven como algunos de los trabajos más cómodos en muchos países pobres, pero el Servicio de Relaciones Exteriores de la República Dominicana parece tener pocos rivales en las Américas, cuando se trata de clientelismo político y dinero de los contribuyentes malgastado.
Indica que un conteo de los diplomáticos proporcionado por el gobierno del pequeño país caribeño enumera a 77 personas en la nómina de su misión de las Naciones Unidas, 63 en Nueva York y 14 en Suiza. Pero el “Libro Azul” del personal acreditado de la ONU sólo muestra 37.
Los gobiernos dan regularmente puestos diplomáticos a los partidarios políticos, sin embargo, el número de diplomáticos acreditados por la nación de 10 millones de habitantes ante la ONU en Nueva York, supera a otros países de la zona.
Además de la ONU, el servicio exterior registra 97 diplomáticos extranjeros en Nueva York, 56 en Miami, 28 en Boston, 14 en Nueva Orleans y 10 en San Francisco. Treinta más están en la Organización de los Estados Americanos, en Washington D.C
Por ejemplo Colombia, tiene más de cuatro veces la población (de RD) y una economía más de seis veces mayor, tiene 16 diplomáticos. México, el segundo país más grande de América Latina por población y PIB, tiene 21.
El clientelismo político es una queja de larga data en América Latina, donde los empleos “fantasma” en el sector estatal han sido el blanco de las instituciones de crédito, como el Banco Mundial, ansiosos por reducir la carga de las burocracias infladas.
El problema surgió otra vez en la República Dominicana en marzo, cuando los medios de comunicación informaron que los cónsules generales dominicanos en Nueva York y Boston fueron remplazados abruptamente, después que el Departamento de Estado de EE.UU se negó a aceptar sus credenciales porque ambos son ciudadanos estadounidenses. Los cónsules cancelados, Luis Lithgow y Ana Gratereaux, no pudieron ser contactados para conocer sus comentarios.
La República Dominicana es un caso raro, ya que hay más de 687,000 residentes nacidos en la República Dominicana en los Estados Unidos, de acuerdo con el censo de 2010 de EE.UU., que representan alrededor del dos por ciento de la población nacida en el extranjero.
Una organización anticorrupción estima que más de la mitad de los nombramientos diplomáticos dominicanos no laboran en esos puestos de trabajo, sin embargo, reciben salarios del gobierno. Se les conoce localmente como “botellas”.*
“Esto hace ver al Gobierno. Es un signo de la corrupción”, dijo Julio César de la Rosa, presidente de la Alianza Dominicana contra la Corrupción.
El cuestionamiento sobre el clientelismo se extiende más allá del servicio exterior. En la capital, Santo Domingo, dos de los edificios más grandes de oficinas del gobierno se conocen sarcásticamente “Huacal” y “Huacalito”, términos de la jerga para los cajones utilizados para entregar botellas a los centros comerciales.
A principios de abril, el gobierno del presidente Danilo Medina dijo que propondría una ley para modernizar el servicio exterior, aunque no especificó qué cambio se harían.
El canciller Carlos Morales Troncoso dijo que espera que la ley reduzca la nómina. Y mientras que los salarios representan una fracción de los RD$14,000 millones del gasto público del país de este año, se han convertido en un punto álgido del despilfarro del Gobierno
“Lo qué tiene que ocurrir es que el Gobierno peine cada cargo, evalúe a cada empleado, y averigüe cuáles son legítimos”, dijo De la Rosa, del grupo de lucha contra la corrupción.
Además de la ONU, el servicio exterior registra 97 diplomáticos extranjeros en Nueva York, 56 en Miami, 28 en Boston, 14 en Nueva Orleans y 10 en San Francisco. Treinta más están en la Organización de los Estados Americanos, en Washington D.C.
El Departamento de Estado de EE.UU. dijo en un comunicado que trabaja con el gobierno dominicano “para garantizar que se siguen los procedimientos adecuados”. Un cable de 2009 de la Embajada de EE.UU en Santo Domingo, dado a conocer por el sitio web Wikileaks, comentó sobre “un sistema amplio de clientelismo, mediante el cual decenas de ‘vicecónsules’ no acreditados son nombrados y pagados por decreto presidencial, pero actúan con independencia de la política del Ministerio de Relaciones Exteriores”.
Bernardo Vega, ex embajador dominicano en Washington, dijo que en países como España y Estados Unidos, los funcionarios consulares no acreditados superan en número a los acreditados por más de dos a uno.
“Hay gente que reciben sueldo como funcionarios consulares extranjeros pero nunca han salido de la República Dominicana”, dijo Vega.
El Gobierno dijo que paga aproximadamente US$32 millones al año en sueldos a los trabajadores de servicios en el exterior. Los diplomáticos ganan US$1,800 y US$6,000 al mes, según las estadísticas suministradas a Reuters bajo la ley de libertad de información del país.
Un salario promedio de oficinista oscila entre US$750 y US$1,000 al mes en la República Dominicana, que tiene un ingreso per cápita de unos US$5,470, según el Banco Mundial.
Un diplomático ausente que habló en condiciones de anonimato dijo: “Yo soy un vicecónsul, sí, pero nunca he trabajado en ese país”. Dijo que su familia tiene vínculos con el partido de gobierno, y que “me lo dieron (el nombramiento) gracias al trabajo de mi padre”.