SANTO DOMINGO, República Dominicana.-Trabajadores sanitarios admiten que hay desconocimiento en el sector salud para orientar y atender adecuadamente a las personas con VIH, especialmente a la mujer en edad reproductiva y, en ese sentido, responsabiliza al Ministerio de Salud Pública por no enfatizar en la preparación y capacitación de los profesionales.
Al consultar a servidores de distintas aéreas de la salud, particularmente en la especialidad de ginecología y obstetricia, que prefieren proteger su identidad, admitieron que hay cierto temor en las atenciones que se ofrecen a este tipo de paciente y lo atribuyeron a la falta de conocimiento.
Algunos entienden que es un fallo del sistema porque el sector salud no ha sido informado adecuadamente sobre el VIH o SIDA, y hay quienes afirman que en las universidades no se les enseña a los estudiantes de medicina sobre qué es el VIH y cómo se atiende a un paciente con esa condición, lo que propicia hoy día cierta discriminación.
No obstante, luego que son profesionales, tampoco el Estado se ha preocupado en informar a los proveedores de servicios de salud de cuáles son los derechos que le asisten a las personas que viven con VIH, y es por esto que hay desigualdad en el acceso a la reproducción asistida para las personas con VIH en general y las mujeres seropositivas en particular.
La ginecóloga Liliam Fondeur declaró que el Ministerio de Salud Pública está haciendo un trabajo muy tibio que todavía no ha logrado permear a la población proveedora del servicio de salud para que entienda y asuma los derechos de las personas que viven con VIH.
La doctora, también defensora de los derechos de las mujeres, explicó que Salud Pública, como autoridad total, está en la obligación de saber lo que pasa, cuáles son las pacientes que se esterilizan y por qué, quiénes se encargan de fiscalizar que al realizar la prueba haya pre y pos consejería y quién autoriza o firma esa esterilización.
En este caso, la especialista se refiere a la cantidad mujeres jóvenes que son esterilizadas en los centros de salud por "la falta de conocimiento que tienen muchos médicos, que no saben cómo atender a una mujer con VIH".
El ejemplo en cuestión es de la joven Ruth, que a sus 17 años, fue esterilizada por ser seropositiva en un hospital en Peralta, Azua, sin el consentimiento de sus familiares, incluso, de ella misma que para entonces desconocía sus derechos.
Fondeur entiende que es "una barbaridad, una crueldad, es inhumano, un atentado ante los derechos humanos. Toda persona tiene derecho a la información, a la calidad en el servicio de salud".
Enfatiza en que esa condición tampoco era indicación absoluta para una esterilización, por lo que entiende que fue una decisión que tomó la doctora arbitrariamente por la desinformación que puede tener y que habla de su discriminación hacia ese segmento poblacional.
Es por esto que la especialista pide que aumenten los esfuerzos para fortalecer el sistema de salud para asegurar acceso universal a tratamiento, a pruebas y consejería, con miras a cubrir las brechas existentes en los temas del conocimiento del status serológico; la necesidad de ARV, así como profilaxis para evitar la transmisión matero-infantil del virus.
Esta situación, amplia la doctora Fondeur, habla de cómo los médicos cuando "nos ponemos la bata nos creemos dioses o poseedores de la verdad, y puede ser que una gran parte de la población medica dominicana piense igual que esa doctora".
Sobre el particular, la Organización Mundial de la Salud y el Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/SIDA establecen que para tomar una decisión informada sobre si continuar con un embarazo o tener un aborto, las mujeres que viven con la infección deben saber los riesgos del embarazo para su propia salud, los riesgos de transmisión de la infección a su bebé y la eficacia y disponibilidad y costo de los medicamentos antirretrovirales para el tratamiento por VIH en bebés, así como la posible toxicidad de estos medicamentos. La mujer debe ser quien tome la decisión final de interrumpir el embarazo.