(EFE/ Pedro Alonso).- Varios precandidatos presidenciales y congresistas del Partido Republicano condenaron el anuncio del presidente de Estados Unidos, el demócrata Barack Obama, de que hará un viaje histórico a Cuba el próximo marzo.
Obama, que permanecerá en la isla el 21 y el 22 de marzo, se convertirá en el primer mandatario de EE.UU. en activo que visita Cuba desde 1928, cuando Calvin Coolidge asistió en La Habana a la Sexta Conferencia Internacional Anual de los Estados Americanos.
Sin embargo, la decisión del dirigente demócrata despertó un nulo entusiasmo entre destacados candidatos republicanos que pugnan por sucederle en la Casa Blanca en las elecciones presidenciales del próximo 8 de noviembre.
En un mensaje difundido en su cuenta oficial de la red social Twitter, el exgobernador de Florida Jeb Bush tildó de "desastroso" que el presidente norteamericano "legitime al régimen de Castro con una visita antes de que haya libertad para el pueblo cubano".
El senador por Florida Marco Rubio, de origen cubano, lamentó el viaje de Obama a un país que, en su opinión, sigue gobernado por un régimen "tan opresivo como siempre".
"El problema con el Gobierno cubano es que no es sólo un régimen comunista. Es una dictadura comunista antiamericana", comentó Rubio a última hora del miércoles, cuando se filtró el viaje de Obama a Cuba, en un foro organizado por la cadena televisiva CNN.
"Quiero que cambie la relación (entre ambos países), pero eso tiene que ser recíproco", subrayó el senador.
Preguntado si viajaría a Cuba en caso de ser elegido presidente, Rubio fue tajante: "No -respondió-, si no es una Cuba libre".
También se pronunció en el citado foro el senador por Texas Ted Cruz, igualmente de origen cubano, quien se declaró "triste" pero no "sorprendido" por la iniciativa de Obama.
Cruz cree que el presidente estadounidense "actuará como un apologista" del régimen castrista con su visita a la isla, que constituye un "verdadero error", y adelantó que no pisará suelo cubano "mientras los Castro estén en el poder".
En las últimas encuestas sobre la candidatura presidencial republicana, Cruz y Rubio figuran en segundo y tercer lugar, respectivamente, por detrás del magnate Donald Trump, mientras que Bush aparece rezagado y con pocas opciones de lograr la nominación.
De momento, Trump, líder por sorpresa en la carrera presidencial republicana, no ha opinado sobre el viaje de Obama, pero el pasado septiembre afirmó que "el concepto de abrirse a Cuba está bien", aunque abogó por un "acuerdo más sólido" para el deshielo bilateral.
La decisión del presidente estadounidense, que se reunirá con su colega cubano, Raúl Castro, también se topó con el rechazo de varios congresistas de origen cubano, como el influyente senador por Nueva Jersey Bob Menéndez, que tachó la visita de "inaceptable".
Según Menéndez, el viaje "marcará la primera vez que un presidente de EE.UU. visita una dictadura en América Latina desde la visita de Lyndon Johnson en 1968 a Nicaragua".
El representante por Florida Mario Díaz-Balart, por su parte, entiende el viaje de Obama como "la última adición a la letanía de concesiones a dictadores que ha venido caracterizando a esta Administración".
Gran descontento manifestó, asimismo, la congresista por Florida Ileana Ros-Lehtinen, presidenta del Subcomité del Medio Oriente y África del Norte de la Cámara de Representes, quien consideró "absolutamente vergonzoso" que el presidente se desplace a Cuba.
Ros-Lehtinen reprobó que "Obama recompense a los hermanos Castro con la primera visita de un presidente estadounidense aún en el poder desde que el reino de terror comenzara en La Habana".
La congresista se opuso al viaje porque "no hemos visto progreso en cuanto a los derechos humanos en la isla gulag de los Castro".
En un tono parecido, el representante por Florida Carlos Curbelo se preguntó en Twitter si la visita "servirá para que avancen los intereses de seguridad nacional de EE.UU.", a lo que respondió que será "probablemente otra concesión unilateral a los Castro".
El pasado diciembre, Obama ya anticipó en una entrevista con el portal Yahoo que esperaba poder visitar Cuba en 2016, en su último año de mandato, pero aclaró que solo haría ese viaje si se daban las condiciones para reunirse con disidentes en la isla.
Uno de los obstáculos que impiden la normalización bilateral plena es el embargo económico que pesa sobre Cuba y cuyo levantamiento completo depende del Congreso de EE.UU., controlado por la oposición republicana, que se niega a eliminar esa medida.
Con todo, Obama -que en diciembre de 2014 anunció, junto a Raúl Castro, el restablecimiento de las relaciones bilaterales tras más de medio siglo de enemistad- ha tomado medidas ejecutivas para flexibilizar los viajes y algunas transacciones comerciales.
Tras su escala en Cuba, Barack Obama viajará a Argentina para una visita oficial de dos días, del 23 al 24 de marzo. EFE