Washington, 1 nov (EFE).- El nuevo presidente de la Cámara de Representantes de EE.UU., Paul Ryan, aseguró hoy que el Congreso no impulsará ningún tipo de reforma migratoria para regularizar a los millones de indocumentados que viven en el país mientras el presidente Barack Obama ocupe la Casa Blanca.
"El presidente ha demostrado ser poco fiable en este tema, trató de reescribir unilateralmente la ley él mismo. Los presidentes no escriben las leyes. El Congreso lo hace", defendió hoy el republicano, legislador por Wisconsin, en el programa matutino de la cadena NBC "Meet the Press".
Ryan, de 45 años, se refirió así a las acciones ejecutivas que Obama firmó el 20 de noviembre de 2014 para regularizar a cinco de los 11 millones de indocumentados que viven en el país y que están ahora estancadas en una corte de Nueva Orleans (Lusiana) por la ofensiva legal de varios estados republicanos.
"El presidente ha probado que no podemos confiar en él en ese tema", aseguró Ryan, que con su elección esta semana se convirtió en el presidente de la Cámara Baja de EE.UU. más joven desde el siglo XIX y pasó a ser la tercera persona más poderosa de Washington, tras el presidente Obama y el vicepresidente Joe Biden.
De esta forma, Ryan aseguró que el Congreso no debatirá sobre una reforma migratoria hasta que Obama abandone el cargo en enero de 2017 y afirmó que él no impulsará ningún proyecto legislativo similar, salvo que los republicanos, mayoría en las dos cámaras, así lo acuerden.
"Creo que si llegamos a un acuerdo, por ejemplo, en seguridad fronteriza, seguridad interior, bueno eso es una cosa. Pero no creo que debamos de avanzar en una legislación integral sobre inmigración con un presidente que ha demostrado que no podemos confiar en él en este tema", subrayó Ryan, candidato a la Vicepresidencia en 2012.
Esta semana Ryan fue elegido "speaker", como se conoce al cargo en EE.UU., tras semanas de divisiones internas dentro del Partido Republicano y después de que las presiones de los ultraconservadores del Tea Party provocaran la salida de su antecesor, el congresista John Boehner.
El propio Boehner, que ocupó la presidencia de la Cámara de Representantes durante casi cinco años, reconoció hoy que le habría gustado haber impulsado una reforma migratoria durante su mandato, pero también culpó al presidente Obama de la negativa del Legislativo.
"El presidente hizo que fuera imposible someter un proyecto migratorio a votación", defendió Boehner durante el programa de la cadena CNN "State of the Union".
Cuando Boehner lideraba el Congreso, un grupo de republicanos y demócratas impulsó una ley bipartidista para cambiar el sistema migratorio, que aprobó el Senado en junio de 2013, pero que luego los republicanos en la Cámara de Representantes decidieron no someter a votación, bloqueando el proyecto.
Con los republicanos del Congreso en armas contra la reforma migratoria, la única esperanza que queda a los millones de indocumentados del país es que la Justicia de EE.UU. levante la suspensión temporal que pesa sobre las medidas migratorias que Obama anunció el año pasado.
Estas medidas beneficiarían a cinco millones de personas y están destinadas a los indocumentados con hijos ciudadanos estadounidenses o residentes permanentes y a los jóvenes indocumentados, que llegaron al país siendo niños y a los que se conoce como "dreamers" (soñadores). EFE