SANTO DOMINGO, República Dominicana.- REPÚBLICA FÉMINA, la plataforma académica de los «saberes» y de la «Genealogía» de las mujeres dominicanas, invitada «En nombre de la masa manifestante que se ha congregado por la democracia en la Plaza de la Bandera desde la suspensión de los comicios, el domingo 16 de febrero de 2020» (sic) al Diálogo político-ciudadano realizado el 6 de marzo en el Hotel Radisson de esta ciudad de Santo Domingo, entiende que:

En la inaudita coyuntura presente por la cual atraviesa la REPÚBLICA DOMINICANA, luego de observar -con prudencia- las distintas escalas de protestas y situaciones generadas que siguieron a la inesperada suspensión de las Elecciones Municipales del pasado 16 de febrero de 2020, consideramos y, externamos que: desafortunadamente existen altos niveles de desconfianza entre las instituciones, las organizaciones y los protagonistas del proceso, que al parecer son insalvables; además que existe entre las propuestas in situ orales y sustentadas por escrito en este «Diálogo» una disyuntiva entre lo que son demandas concretas y demandas abstractas y, que es importante tener en cuenta que, a las mesas de negociaciones se va a ponderar no desde el empuje de las pasiones desbordadas sino de la racionalidad, y por supuesto sin adoptar discursos de posturas levantiscas.

Es cierto que, los resortes de nuestra sociedad muestran un agotamiento de su «contrato social», por lo cual consideramos que lo urgente y necesario en este momento es coadyuvar a logar e impulsar una TRANSICIÓN POLÍTICA lo menos traumática posible. Sin embargo, para que esto ocurra – es decir, la transición política- se requiere de liderazgos ciertamente confiables, no contaminados.

Recordemos que, es una ecuación invariable, en la historia de los pueblos que, todos los procesos sociales de confrontaciones requieren de liderazgos que se enfoquen en respetar: [1] la diversidad de opiniones; [2] el disenso y [3] el pluralismo para examinar las alternativas más favorables, y de articulaciones, para construir, en principio, una atmósfera positiva donde se pueda alcanzar una solución al caso.

Sin embargo, ocurre –y esto es irrefutable- que, al «igual que ayer», en procesos similares ocurridos en el pasado siglo XX, y que se repite de manera cíclica en el presente, el “liderazgo” patriarcal ha asumido de manera absoluta, «para-sí», y «por-sí», abrogarse el derecho de ser los protagonistas de este enrarecido ambiente que puede empujar hacia un abismo a la paz y la tranquilidad del país. La desconfianza sembrada –por distintos sectores y con distintas causales- y, esparcida como un semillero en terreno fértil e infértil a la vez, no permite que, al parecer, ningún “liderazgo” patriarcal pueda accionar de manera legal, y por supuesto menos aún de manera legítima. Lo que hace entendible, aunque no justificable por ninguna de sus aristas, el porqué de esta crisis.

Tradicionalmente, las leyes y la Constitución han sido convertidas en letra muerta por ese mismo “liderazgo patriarcal”. Y esto es la causa de que, a través de ese “liderazgo patriarcal”, enquistado en el Estado y en todas las instituciones, no se vislumbra la manera de «salir» de este laberinto, creado por él mismo, alimentado por él mismo, provocado por él mismo y responsable también de todo lo que acontece.

Recordemos que, todo tiene su porqué o razón de ser. Creemos entonces que, este desencanto provocado a la ciudadanía, a 7.4 millones de sufragantes, es para que la REPÚBLICA DOMINICANA comparezca ante la Historia, ante su Historia No-Oficial al inicio del siglo XXI, para que el pueblo dominicano pase balance a su existencia y, el detonante para que colocara al desnudo –sin más vendas en los ojos- el despertar de un pueblo del largo letargo en el cual estaba, para no darle la espalda y, denunciar al mundo la crisis de institucionalidad que ha resquebrajado los cimientos del Estado y, por ende, de la sociedad.

REPÚBLICA FÉMINA entiende que, la juventud dominicana ha protagonizado una de las más hermosas hazañas que quedará grabada en la memoria de todas las generaciones. No solo han elevado sus voces, desafiando mordazas, y manipulaciones subliminales de quienes desean imponer sus agendas ocultas y sus discursos ideológicos para la subordinación colectiva, sino que, además, la juventud ha emprendido el reemplazado de las facciones ortodoxas en sus demandas colectivas.

Es la juventud dominicana –de hoy-, la «Generación del 20», la única masa crítica con la cual cuenta y dispone el país para que la libertad no perezca en medio de los odios y las querellas de sectores obstinados y ofuscados con el poder político que han dejado a un lado (esos sectores) el interés nacional, colectivo y de las mayorías excluidas económicamente.

Lo que hemos visto –de manera objetiva, sin ser necesario auxiliarnos de un simple prisma o caleidoscopio- es, que en las dos últimas semanas concentraciones multitudinarias de jóvenes SE HAN HECHO OÍR A OÍDOS SORDOS; que han estremecido (a pesar de los sordos) a las conciencias, a las subconsciencias, y al alma nacional, RESTAURANDO las esperanzas a un pueblo al que habían hecho creer que era conformista y, estaba vencido. Sabemos que es, una juventud que se manifiesta con convicciones propias, que tiene como mecanismo de resistencia la creatividad gestual y, comunicativa. Ha hecho, ésta juventud, la primera protesta global y virtual de la REPÚBLICA DOMINICANA, y es un mérito que nadie le puede quitar.

Son jóvenes que se han impuesto, y escogido con una admirable dignidad, una gran tarea sobre sus hombros; son jóvenes cuestionadores de las canalladas que urde el poder político; son jóvenes que llevan en su interior la lealtad a sus principios.

REPÚBLICA FÉMINA se une al liderazgo juvenil, a las nuevas visiones que en conjunto han empezado a construir sobre cómo debe visibilizarse y transparentarse la voluntad delegada por los representados a los representantes en las funciones del Estado.

REPUBLICA FEÉMINA no desea un nuevo proceso electoral viciado (para usar un eufemismo elegante), ni como el anterior que impactó (sin aún conocerse las causas) de manera determinante negativa a la ciudadanía. Llama a la participación/negociación a las instituciones, a las organizaciones y a los protagonistas del proceso para hacer posible una TRANSICIÓN POLÍTICA respetando el disenso y la diversidad, a partir de los principios de la igualdad con respecto a la equidad.

REPUBLICA FÉMINA reconoce que la juventud dominicana ha abierto un nuevo portal de luz sobre esta tierra que tanto amamos. Asume como suya la solicitud a viva voz de que es urgente que se produzca un relevo generacional, pero es necesario que ESCUCHE también (la juventud para alcanzar ese anhelo) las enseñanzas de quienes les antecedes, de aquellos y aquellas mujeres y hombres que tiene una trayectoria confiable en valores éticos: a sus padres, a sus madres, a sus abuelos y a sus abuelas, por ser la «Genealogía» que les antecede la base del «affidamento».

REPUBLICA FEÉMINA considera que, bajo el actual clima de desconfianza, es necesario articular –con árbitros creíbles- una conexión entre a quienes, constitucionalmente le han sido vulnerados en sus derechos, y la organización como tal de la sociedad, es decir: Estado-ciudadanía.

Cuando los modelos del orden y/o jerarquías de las estructuras y/o instituciones en que se sustenta la convivencia pacífica de los pueblos son alteradas, se hace necesario examinar cuáles roles o papeles desde la CULTURA DE LA GOBERNANZA se deben asumir, y quiénes pueden llevar por delegación esos roles de manera potable, y nos desvirtuar las tareas que van a ser puestas a su cargo.

Si no se logra –en el presente- definir roles y escoger a quiénes llevarán a cabo RACIONALIZAR LA GOBERNANZA que ha sido agrietada, tendremos consecuencias impredecibles para la REPÚBLICA DOMINICANA, lo cual sólo se podrá evitar si se conforman Mesas de Negociaciones Sectoriales para buscar las mejores vías de hacer menos traumática la renovación de nuestro CONTRATO SOCIAL y, por ende, la TRANSICIÓN POLÍTICA.