SANTO DOMINGO, República Dominicana.- El convenio de la Organización Panamericana de la Salud/Organización Mundial de la salud (OPS/OMS) para prevenir enfermedades transmitidas por vectores como la malaria, el dengue, el zika y la enfermedad de Chagas cuenta desde ahora a la República Dominicana entre sus firmantes.
El ministro de Salud dominicano, Rafael Sánchez Cárdenas, firmó durante el desarrollo de la LVI reunión del Consejo Directivo de la OPS/OMS celebrada estos días en Washington el acuerdo que compromete al país y a otros del continente a fortalecer las acciones para prevenir estas y otras enfermedades transmitidas por vectores.
El ministro Sánchez Cárdenas presentó en la capital estadounidense el Plan de Acción sobre Entomología y Control de Vectores 2018-2023 y, además, el Plan de Acción para la Salud de la Mujer, el Niño, la Niña y Adolescentes 2018-2030.
Acciones para un control más efectivo de los vectores
El Ministerio de Salud Pública informó que los asistentes al encuentro de Washington convinieron implementar en los próximos cinco años una serie de acciones para un control más efectivo de los vectores, con el objetivo principal de prevenir y reducir la propagación de las enfermedades transmisibles en todos los países de América.
El plan de acción sobre entomología y control de vectores se centra en la prevención, vigilancia y control integrado de los vectores que transmiten arbovirus, malaria y algunas otras enfermedades infecciosas desatendidas, a través de intervenciones eficaces, sostenibles, de bajo costo y fundamentadas en la evidencia.
El plan sobre entomología y control de vectores plantea diferentes líneas de acción para los países, y establece fortalecer el trabajo multisectorial a nivel de varios programas y sectores para que colaboren en la prevención y el control de los vectores.
Se trata de involucrar y movilizar a los gobiernos junto a las comunidades locales, incluidos los servicios de salud, para mejorar coordinadamente la vigilancia de los vectores. La evaluación de las medidas de control, incluido el monitoreo y el manejo de la resistencia a los insecticidas, forma parte integral de este acuerdo, así como capacitar de manera continua a los trabajadores de la salud pública.
Durante las semanas previas a la celebración de la cita de Washington, el director de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, afirmó que en el caso de la malaria se había verificado que la enfermedad registra en Venezuela el mayor incremento mundial debido, principalmente, a la "drástica reducción de las campañas” de fumigación en ese país suramericano.
A los problemas se suman en este y otros países variables adicionales como el incremento de las temperaturas por el cambio climático, lo que ha motivado que los vectores transmisores de esa y otras enfermedades -los mosquitos "Aedes"- se hayan propagado a lugares donde antes no existían.
También ha incidido la alta resistencia a insecticidas y fármacos desarrollada por ese mosquito y por el parásito de la enfermedad. La movilidad de las personas también contribuye, en concreto, a diseminar la malaria.
Tedros Adhanom reconoció que el programa contra la malaria de la OMS ha atravesado una fase de parálisis, aunque recordó que recientemente se acordó "redefinir" la respuesta del órgano a la enfermedad y aseguró que "el mundo está preparado a dar más énfasis al control de la malaria" y a destinar a ello los recursos necesarios.
Preguntado por enfermedades de transmisión vectorial como el dengue, el zika o el chikunguña, opinó que en estas patologías es aplicable la misma problemática que se da con la malaria: “ha faltado una mayor atención a prevenir la transmisión, pues los esfuerzos se han dirigido al tratamiento médico de la enfermedad una vez contraída”, admitió.
A la vez, mencionó la existencia de la "muy efectiva" vacuna contra la fiebre amarilla, por lo que "no hay excusa" para no acabar con esa patología, si bien reconoció que la producción actual de ese producto no alcanza para cubrir la demanda, por lo que es necesario aumentarla.
PREMIO PARA EL PRESIDENTE DE URUGUAY POR SALUD PÚBLICA
Durante el desarrollo de la reunión de Washington, el presidente uruguayo, Tabaré Vázquez, fue declarado "Héroe de la Salud Pública de las Américas", galardón anual que la OPS creó el año 2002 y que, desde entonces, recibieron otras quince personas. Entre ellas, el doctor estadounidense Donald Henderson, por su contribución en relación a la viruela, y el brasileño Ciro de Quadros, por su trabajo en torno a la poliomielitis.
Al recibir el premio, Vázquez, médico y político, defendió la salud pública como una responsabilidad colectiva: "La salud es asunto de la sociedad en su conjunto, es responsabilidad de gobiernos, de ONG, de trabajadores, de empresarios… La salud es un compromiso de toda la sociedad para lograr una vida más digna", aseveró el presidente uruguayo.
Vázquez defendió que la vida saludable es un derecho de todas las mujeres y hombres del planeta" y apeló a la sociedad en su conjunto como "responsable" de la salud de la población.
"No he trabajado para ser héroe y no sé si lo soy. Pero continuaré trabajando para que el oficio de vivir sea el mejor oficio del mundo", aseguró y dijo que la política y la ciencia son dos caminos para conseguir mejorar las vidas de las personas, dos vías que "cuando se encuentran, ambas se benefician para terminar beneficiando a la sociedad".
La directora de la OPS, Carissa Etienne, resaltó la "contribución excepcional a la salud pública en las Américas" realizada por Vázquez, especialmente por su "postura firme contra las empresas tabaqueras multinacionales".
"Vázquez ha ejercido un liderazgo demostrado en la protección de la salud, no solo en su país sino también fuera de él, con la elaboración de políticas para controlar enfermedades no transmisibles", argumentó Etienne.
El ahora presidente ingresó en 1963 a la Facultad de Medicina de la Universidad de la República, de la cual se graduó en 1969 como médico general, y en agosto de 1972 como especialista en oncología y radioterapia. Fue médico de Sanidad Policial entre 1969 y 1971. Obtuvo una beca del gobierno de Francia que le permitió especializarse en el Instituto Gustave Roussy de París. En 1981 se hizo cargo de la dirección del Departamento de Radioterapia del Instituto Nacional de Oncología del Uruguay (INDO), dependiente del Ministerio de Salud Pública.