SANTO DOMINGO, República Dominicana.- Los eventos de sabotajes, robos y vandalismo en el perímetro del Aeropuerto Internacional de las Américas, José Francisco peña Gómez (AILA-JFPG) ponen al país bajo la lupa de la Administración Federal de Aviación (FAA) de Estados Unidos y demás autoridades aeronáuticas de países que operan rutas aéreas comerciales hacia la República Dominicana.

Las embajadas de Estados Unidos, España, Canadá y Francia dan seguimiento a las indagaciones que realizan los organismos de investigaciones del Estado y la Fiscalía de estos casos, que ponen en riesgo la seguridad de la aviación civil y comercial.

Estas representaciones diplomáticas vienen solicitando información a las autoridades criollas de la situación provocada por el corte intencional de los cables eléctricos que provocó el apagón de las luces en la pista de aterrizajes el pasado domingo 23 de mayo.

Los casos de sabotaje y vandalismo a las instalaciones del AILA-JFPG pudieran afectar los procesos de negociación de permisos de explotación de rutas áreas que las autoridades dominicanas discuten con países de Europa, Asia, Medio Oriente y Latinoamérica.

El desplome en los sistemas de seguridad perimétrica en el principal aeropuerto dominicano se produce precisamente cuando el país inicia la recuperación del turismo, afectado por la pandemia del covid-19 desde marzo de 2020.

También en momento en que se registra un aumento en las operaciones de vuelos regulares y chárter desde distintas partes del mundo, principalmente de Estados Unidos y Europa, que se mantuvieron suspendidos desde el inicio de la pandemia de la covid-19.

A más de una semana del sabotaje del sistema eléctrico de las pista de aterrizaje y a tres meses del robo de una parte de la verja perimetral, las autoridades no dan con los responsables, mientras los controles de seguridad siguen siendo cuestionados por sectores vinculados a la aviación comercial.

Una eventual sanción por parte de la FAA a República Dominicana podrían incluir restricciones en los viajes de aeronaves norteamericanas hacia los aeropuertos del país, cuya seguridad depende del ya cuestionado Cuerpo Especializado de Seguridad Aeroportuaria y de la Aviación Civil (CESAC).

Desde el 2017, cuando las autoridades del CESAC decidieron desmontar el sistema de cámaras térmicas de las áreas perimétricas, se inició el desplome de los controles y de seguida permitieron que desaprensivos cometieran robos y acciones vandálicas contra instalaciones aeroportuarias, que ponen en riesgo las aeronaves que entran y salen de la terminal.

El último ataque o interferencia ilícita al sistema de luces de la pista es investigado por oficiales del Departamento Nacional de Investigaciones (DNI), la Dirección de Inteligencia-J2- del Ministerio de Defensa, la Dirección Central de Investigaciones Criminales (DICRIM) de la Policía Nacional y representante del Ministerio Público, de la provincia Santo Domingo.

Las autoridades han reportado dos detenidos y más de 20 empleados civiles y militares interrogados en relación con el caso; mientras una comisión de técnicos realiza un levantamiento del sistema de cableado de la pista.

El domingo 23 de mayo, desaprensivos lograron burlar nuevamente los controles de seguridad del CESAC y penetraron hasta áreas restringida de la terminal, donde cortaron los cables eléctricos de las torres de luces de la pista, lo que provocó desvíos, retrasos y cancelaciones de al menos 15 vuelos internacionales.

La zona donde está instalado el cableado de las luces de la pista, solo un reducido personal está autorizado para ingresar a esa área, pero el bajo nivel de seguridad y las malas condiciones de la valla perimetral, permiten que intrusos ingresen con facilidad y provoquen daño a las instalaciones.

Una semana después del incidente, aún persisten versiones contradictorias entre las propias autoridades oficiales: por un lado, la vicepresidenta de la República, Raquel Peña, informó que se trató de un sabotaje planificado al sistema eléctrico, y por otra parte, el director del CESAC, mayor general Carlos Febrille, sostiene que fue un cortocircuito en los cables eléctricos que provocó el apagón.

Mientras las autoridades se ponen de acuerdo, las agencias que tienen que ver con el comercio aéreo dominicano temen una reacción de los eventos por parte de la FAA y organismos similares en Europa y otros países que tienen vuelos hacia República Dominicana.

A inicio de la década de los 90, la Administración Federal Aviación de Estados Unidos aplicó sanciones contra la República Dominicana que prohibió el ingreso aviones de matrícula criollas aterrizar en sus aeropuertos, esta sanción se mantuvo hasta agosto de 2007.

Expertos consultados por acento aseguran que estos organismos internacionales emitirán en cualquier momento una alerta o posible restricción en contra del aeropuerto las Américas o del sistema aeroportuario, tan pronto concluyan las investigaciones de las autoridades dominicanas.