SANTO DOMINGO, República Dominicana.- La parcela número 40 del distrito catastral 03 de Enriquillo, Provincia Pedernales, se encuentra ubicado en la playa de Bahía de las Águilas, y forma parte de una litis judicial donde unos supuestos propietarios reclaman derechos desde  hace más de 16 años.

Así lo denunció el administrador del Parque Nacional Jaragua, Julio César Ortiz, quien afirmó que la repartición ilegal de esas tierras abarca incluso el terreno más próximo a la playa de Bahía de las Águilas, constituyendo el peor de los atentados que se busca cometer.

Ortiz, afirmó que esas parcelas son la “panacea” en este caso de repartición, ya que implicaría una privatización de un patrimonio de todos los dominicanos.

Desde hace unos 16 años un grupo de personas aseguran ser dueños de cientos de tareas de tierra perteneciente al parque que lleva más de 30 años siendo una reserva protegida por el Estado.

A base de marcas de pintura, quema de importantes y centenarios árboles,  cercas con alambres y con supuestos títulos, cientos de personas buscan que un tribunal los reconozca como los poseedores incluso de la parcela número 40 la cual ha causado gran revuelo por corresponder precisamente a la playa de Bahía de las Águilas.

Según informó el administrador del Parque Jaragua, casi el 90 por ciento del área protegida ha sido invadida por personas que afirman ser propietarios.

Aseguró que quienes han delimitado terrenos afirmando que son de su propiedad, son moradores en la zona de Pedernales y sus municipios, pero también personas que no tienen ningún vínculo con esa provincia sureña.

Ortiz  advirtió que de los supuestos propietarios lograr un reconocimiento de sus títulos “falsos” se correría el riesgo de que desaparecieran las especies nativas y endémicas, y dejaría de ser un refugio de varias especies que reposan allí, en algunas temporadas, lo que calificó como un “atentado a la vida que se desarrolla en la zona”.

Sin embargo dijo estar totalmente de acuerdo con que el área sea desarrollada turísticamente pero en consonancia con el ecosistema, “lo que deseamos es un desarrollo ecoturístico que vaya en armonía con el medio ambiente”.

“Estamos de acuerdo con el desarrollo  en la provincia pero no con que se dañe el medio ambiente ni tampoco que esas tierras sean tomadas de manera ilegal” es la opinión común de los pedernalenses.

Resaltó además que con la toma de posesión de esos terrenos se está violando la Ley general del Medio Ambiente 64-00 y la Ley de Áreas Protegida 202-04, así como algunos tratados de organismos internacionales que luchan por la protección del medio ambiente a nivel mundial.

Actualmente el Parque Nacional Jaragua recibe más de mil visitantes cada mes, quienes, según dijo han mostrado oposición a que esa reserva natural sea dañada de alguna manera, según dijo el administrador del Parque.

Ortiz dijo además que es “insólito” que se piense que esos terrenos fueron adjudicados para supuestos asentamientos agrícolas ya que, según dijo, y según pudo constatar Acento.com.do, son terrenos rocosos en los que no podrían producirse ningún tipo de producto agrícola.

Uno de los miembros del Grupo Jaragua, Ernst Rupp, afirmó que la posición de esa entidad es de no oposición al desarrollo de algunas zonas del Parque pero de una manera sostenible.

“No podemos destruir el patrimonio que tenemos aquí porque después de destruido no se puede jamás reconstruir, el desarrollo que hay que hacer es un desarrollo que tome en cuenta eso y a las comunidades que está alrededor del parque” expresó.

Dijo además que el Ministerio de Turismo tiene un plan de desarrollo eco turístico en esa zona, “Pero es un plan que se ha perdido en el camino”.

“Yo creo que es un plan que da una dirección a algo que puede ser una solución, yo personalmente no estoy de acuerdo con todo lo que está en ese plan porque hay algunas preguntas que habría que responder, por ejemplo ¿cómo se va a llevar el agua a esa zona?, ¿Cómo será el manejo de las aguas negras, la basura?, esas cosas hay que establecerlas” expresó.

Sin embargo dijo que de manera general es un plan que ve un desarrollo “muy bueno” de Pedernales y las comunidades aledañas.

Rupp resaltó el caso de la instalación de una cementera dentro del Parque, pese a la oposición del Grupo Jaragua, la cual según dijo ha afectado en gran manera las especies del parque.

“Es una actividad minera que saca lo que hay ahí, destruye los farallones, ahí se van especies como la jutía, desaparecen muchas especies que habían, el polvo que se distribuye en la zona afecta el agua del mar” expresó.

Habitantes en Pedernales  expresan su entusiasmo con el hecho de  que se explote turísticamente esa provincia sureña, para generar nuevas fuentes de trabajo y enriquecer la provincia,  sin embargo no están de acuerdo con que se dañe la riqueza medioambiental de esta reserva natural y mucho menos con la apropiación ilegal de estas tierras.

Los más jóvenes proponen que se construyan hoteles fuera del Parque Nacional Jaragua con opción a que se lleven a cabo excursiones hacia Bahía de las Águilas, Cabo Rojo, el Hoyo de Pelempito, y otros atractivos del Parque, sin que este se vea afectado por la mano del hombre.

Varios entrevistados por Acento.com.do coincidieron con los más jóvenes en que se desarrolle pero sin afectar el ecosistema propio del parque.

Sin embargo, todos albergan la esperanza en que un desarrollo turístico sostenible en esa provincia sería el gran empuje para el cambio de vida de cientos de habitantes en esa pobre provincia del llamado sur profundo de la República Dominicana.

El director provincial del Ministerio de Medio Ambiente, Leovigildo Méndez, afirmó que ya fueron hechos los estudios medioambientales necesarios para no desarrollar la zona sin causar daños mayores.

“Nosotros le pedimos a Dios todos los días para que ese desarrollo se dé porque ese sería el medio de vida de muchos pedernalenses que han tenido de que irse a trabajar fuera de la provincia por falta de empleo, si Dios nos dio agua y sol esa es nuestra riqueza” expresó.

Méndez expresó además “Yo soy un abanderado de la protección de los parques nacionales y tengo mi visión clara de lo que implica el desarrollo, pero soy de lo que cree que hasta las mujeres cuando paren deterioran un poco su salud y existe la medicina para resarcirla, yo pienso que si algo puede caminar mal existen las formulas para resarcir la naturaleza”.

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Acerca del Parque Nacional Jaragua

El Parque Nacional Jaragua se encuentra a unos 300 kilómetros de Santo Domingo, en la provincia de Pedernales, al sur de la República Dominicana.

El parque Nacional Jaragua fue declarado reserva natural a través del decreto presidencial 1315 del 11 de Agosto de 1983.

Por su gran reserva de ecosistemas marinos y terrestres, fue declarada por la UNESCO una de las zonas núcleo de la Reserva de la Biosfera Jaragua-Bahoruco-Enriquillo.

El parque tiene una extensión de 1, 543 kilómetros cuadrados de los cuales 900 kilómetros corresponde al mar y unos 638 a tierra.

Unas 400 diferentes especies de plantas, 130 de aves, 44 reptiles, endémicos y exóticos, forman parte del variado ecosistema del Parque Nacional Jagua.

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Según las informaciones del administrador, en el Parque Nacional Jaragua se encuentra el lagarto más pequeño del mundo, el cual en su máximo  tamaño cabe en una moneda de un peso dominicano.

El parque está compuesto además por un conjunto de playas y lagos entre los que están: Bahía de las Águilas, Playa Blanca o Larga, Trudillé, Lanzalo, Laguna de Oviedo, Laguna Bucandebase, El Seco, Laguna de Mano Armato entre otras.

La Isla Alto Belo con una dimensión de 1.5 kilómetros y Isla Beata con una dimensión de 42 kilómetros cuadrados y los cayos Los Brailes y Piedra Negra, también forman parte del Parque Nacional Jaragua.

El posible desarrollo turístico de esta zona ha despertado una controversia en el país ya que expertos consideran que muchas de las especies y recursos naturales existentes en la reserva podrían ser afectadas.

La sociedad dominicana está atenta y a la espera de que las autoridades tomen la mejor de las decisiones tomando en cuenta sobre todo el sentir de un pueblo que reclama justicia y desarrollo, respetando sobre todas las cosas los recursos naturales.