SANTO DOMINGO, República Dominicana.- Algunas especies del mundo animal, como los lagartos o los cangrejos, son capaces de regenerarse por sí mismas. No ocurre lo mismo con la rana africana conocida con el nombre científico de Xenopus laevis, a quien los científicos estadounidenses les regeneraron las patas.
El trabajo que reveló este gran logro consta en la edición de noviembre de la revista científica Cell Reports https://www.cell.com/cell-reports/fulltext/S2211-1247(18)31573-0 donde se explica que para el efecto se utilizó con éxito una combinación fármaco-dispositivo.
Para inducir la regeneración de extremidades en esta especie no regenerativa de ranas se echó mano de un tratamiento con progesterona mediante un biorreactor portátil acoplado al lugar de la herida que dejó la amputación.
"Nos fijamos en la progesterona porque parecía prometedora para promover la reparación y regeneración de los nervios. También. porque modula la respuesta inmune para fomentar la curación y desencadena que vuelvan a crecer los vasos sanguíneos y los huesos", indicó la neurocientífica Celia Herrero-Rincón, autora del estudio de esa universidad privada ubicada en Sommerville/Meedford, cerca de Boston, en Massachusetts.
La progesterona es una hormona sexual conocida por sus funciones en el inicio y desarrollo del embarazo, pero también se ha demostrado que promueve la reparación de nervios, vasos sanguíneos y tejido óseo.
Los hallazgos de esta investigación pueden, efectivamente, ser un modelo para nuevas terapias de estimulación celular y permitir avances en el tratamiento de las lesiones por amputación en humanos.
“Muchos animales poseen una capacidad notable para la regeneración del apéndice, que no se encuentra en los humanos a pesar de un alto grado de homología genética”, se lee en el estudio
Lo que se hizo con las ranas
Los investigadores dividieron a las ranas en tres grupos para realizar su experimento y a todas ellas les cosieron el biorreactor portátil justo en el lugar de la herida dejada por las amputaciones que les hicieron.
Solamente las ranas de uno de los grupos recibieron progesterona a través del biorreactor durante un periodo de 24 horas y los investigadores observaron en ellas, a lo largo de nueve meses, una regeneración parcial de sus extremidades no vista en los otros dos grupos.
"Una aplicación muy breve del biorreactor y su carga útil (de progesterona) provocó meses de crecimiento y patrones de tejido", explicó Michael Levin, uno de los autores del estudio y biólogo en el Allen Discovery Center de la Universidad de Tufts.
Las ranas tratadas con la progesterona mostraron con el tiempo unas patas parcialmente regeneradas, con huesos, inervación y vascularización, y podían nadar al ser puestas en el agua como si no hubieran sido amputadas.
Lo ideal: activar las vías nativas de construcción de extremidades in vivo
Este tipo de rana acuática sí es capaz de regenerar sus extremidades en las primeras etapas de su vida, pero pierde esa facultad en la edad adulta.
“La reparación de las extremidades y órganos dañados en los seres humanos es de suma importancia. Aproximadamente 2 millones de estadounidenses viven con amputaciones de extremidades”, se lee en el trabajo que admite que “una solución ideal” sería poder activar “las vías nativas de construcción de extremidades in vivo, para restaurar una extremidad funcional de las propias células del paciente”.