Bangkok, 3 ene (EFE).- Los equipos de rescate han recuperado 30 cadáveres procedentes del avión de AirAsia siniestrado el pasado domingo con 162 personas en el mar de Java, en Indonesia, mientras que investigan si dos grandes piezas localizadas de 7 y 9 metros de largo pertenecen al aparato, indicaron fuentes oficiales.
Además, el Ministerio de Transporte indonesio informó hoy de que el avión de AirAsia tenía autorización para volar algunos días de la semana pero no el domingo, cuando ocurrió el siniestro, por lo que ha suspendido la ruta, entre la ciudad indonesia de Surabaya y Singapur.
Hasta el momento, los equipos de rescate han recuperado 30 cadáveres procedentes del Airbus en el mar de Java, entre la isla de Borneo y la de Java, así como algunas piezas o partes del equipaje.
Los servicios médicos están realizando la autopsia a algunos de los cuerpos en Surabaya, mientras que algunos familiares se han negado por razones culturales o religiosas.
El jefe de la Agencia Nacional de Búsqueda y Rescate (Basarnas) indonesia, Henry Bambang Soelistyo, afirmó que un vehículo submarino está siendo utilizado para confirmar que las dos grandes piezas halladas pertenecen al Boeing Airbus 320-200 del vuelo QZ8501, según la agencia local "Antara".
Los objetos, detectados por radares a 30 metros de profundidad, miden 7,2 por 0,5 y 9,2 por 4,6 metros.
"Puedo decir que los objetos son parte del avión que estamos buscando. Estamos tratando de bajar un ROV (vehículo operado a distancia) para capturar una imagen de los objetos en el fondo marino", señaló Soelistyo, quien agregó que el fuerte oleaje dificulta las operaciones.
Cerca de 60 navíos y 20 aeronaves de países como Estados Unidos, China, Rusia, Malasia, Singapur e Indonesia, entre otros, participan en la búsqueda del vuelo QZ8501.
En un informe, la Agencia Indonesia de Meteorología, Climatología y Geofísica señaló que la causa más probable del accidente fue un daño en el motor causado por formación de hielo al atravesar una nube, aunque las autoridades aún buscan las cajas negras que expliquen lo ocurrido.
Una de las cajas, que en realidad son de color naranja, recoge la conversación en cabina y otra los datos de vuelo.
Tras la desaparición en marzo de 2014 del Boeing 777 MH370 de Malaysian Airlines y el accidente del Airbus de AirAsia, algunos expertos demandan que se actualice la tecnología para localizar a los aparatos con mayor precisión en alta mar.
"La industria de la aviación vive con el hecho de que es muy difícil localizar grandes objetos en el agua desde el alba de los vuelos transoceánicos en 1919″, indicó Dave Majumdar en un reciente artículo en la revista "MIT Technology Review".
"En las recientes décadas han surgido nuevas tecnologías de localización por satélite, pero la mayoría están consideradas como demasiado costosas por la industria", agregó Majumdar, quien no obstante precisó que hay algunos proyectos en marcha.
El vuelo QZ8501 de AirAsia despegó de la ciudad de Surabaya, en la isla de Java, el 28 de diciembre y tenía previsto aterrizar unas dos horas después en Singapur, pero se estrelló en el mar de Java a medio camino.
Transportaba 155 indonesios, tres surcoreanos, un británico, un francés, un malasio y un singapurense, entre 155 pasajeros y una tripulación de 7 miembros.
El piloto llamó a la torre de control en Indonesia cuando sobrevolaba el mar de Java por el sur de Borneo y solicitó permiso para virar a la izquierda y subir desde los 32.000 pies de altitud (9,76 kilómetros) hasta los 38.000 (11,59 kilómetros) para eludir una tormenta.
La torre de control aprobó el viraje en el momento pero cuando unos minutos después llamó al piloto para aprobar un ascenso, solo hasta los 34.000 pies, no pudo establecer contacto.
El día del accidente, había formaciones de cumulonimbus, nubes en forma de espiral con aire cálido y húmedo que generan fuertes aguaceros y rayos.
Sin embargo, hasta que los expertos no encuentren las cajas negras no se sabrá si siniestro ocurrió debido a un error humano, mecánico, a las condiciones meteorológicas o a una combinación de varios factores. EFE