SANTO DOMINGO, República Dominicana.- Transcurría el año 2022 y como siempre las actividades del sábado en la mañana se desarrollan de manera cotidiana con la llegada del buque turístico de gran calado al puerto de San Diego, situado en plena avenida Francisco Caamaño Deñó, en la extensión que ocupa el lado occidental de la Primada de América: Santo Domingo de Guzmán.

Ansiosos por llegar y redescubrir donde se asentó por primera vez toda la cultura del Viejo Mundo, y desde donde se irradió hacia todos los puntos cardinales de nuestra América India y Morena, los visitantes se aprestan a tocar tierra para percatarse de los lugares más emblemáticos relativos a nuestros orígenes.

Se detiene todo el tráfico para dar paso a la gran masa humana que cruza la importante avenida que serpentea el ya rescatado río Ozama. Por esta ya se puede pasear; sus verdes parques bordeando sus riberas invitan a hacerlo, lo mismo navegar por sus limpias aguas en catamaranes y yates de lujo.

Inmediatamente los visitantes atraviesan la avenida y proceden a subir las escalinatas que conectan la columna vertebral de la Zona Colonial: la calle El Conde de Peñalba, antigua calle Separación, calle Real,  y en otra época de la ocupación francesa la calle Imperial.

La misma , ya rescatada con el sabor de un gran boulevard peatonal , repleto de tiendas de artesanía netamente dominicana, con sus áreas de descanso al aire libre, pero con una vegetación profusa y grandes velarias de extremo a extremo transversalmente, cuya función es la de matizar las entradas del intenso sol, para , junto con la profusión de aspersores de agua fría bajar la temperatura de la misma, y hacer de la vía una experiencia memorable de frescura y confort.

Aparte de estas muestras de nuestra cultura, y como parte del conjunto de actividades coordinadas por el Ministerio de Cultura y de Turismo, así como la Alcaldía de la Zona, se sitúan a través de la vía unos cafecitos con muestras permanentes de los dos bailes principales autóctonos: el merengue y la bachata, declarados recientemente como Patrimonio Intangible de la Humanidad por la Unesco. Es parte de la oferta para que el visitante disfrute de sus melodiosas notas musicales y de su cadencioso ritmo contagioso.

Las ofertas gastronómicas no se hacen esperar, ya con un refinamiento y fusión creativa de nuestros más afamados chefs, de modo que nuestras raíces se hicen presente a través de estas expresiones y montajes de platos que son verdaderas obras de arte para la vista y para el paladar.

La importancia de esta rescatada calle no se limitó solo a la adecuación de sus espacios urbanos para hacerlos más vivibles. Se destacó la parte de la arquitectura que nos habla de la evolución histórica a través de todas las épocas, comenzando por la colonia, siguiendo por la era republicana y llegando al modernismo de principio del siglo veinte para caer en el movimiento racionalista de los 50’s en edificios tan emblemáticos como el Copello o el Jaar, CHM , el Hotel Comercial y el Conde 15. Esta última, una antigua edificación de oficinas que, mediante su restauración, ahora se usan como sede para las oficinas del Ministerio de Turismo en la Zona Colonial, todo con el propópisto básico de fomentar las actividades de carácter turístico.

Este inmueble queda frente a la Antigua Plaza de Armas, hoy Parque Colón, rodeado de un entorno bien interesante. Comenzando en su área sur por la Catedral Primada de América, Nuestra Sra de la Encarnación Santa María La Menor, de estilo plateresco tardío, con toques del gótico a través de algunos de sus ventanales y, sobretodo, con sus bóvedas interiores que conducen al Altar Mayor en una profusión de estilos dadas por las sucesivas modificaciones de que fue objeto en varios períodos. Su origen se remonta a uno de sus grandes precursores como lo fue el obispo Federico Geraldini, siendo uno de los hitos históricos de mayor relevancia debido a la primacía concedida por la bula papal  a principios del 1521.

En el lado este de la Plaza encontramos el antiguo Palacio de Borgellá, sede en una ocasión de la casa de gobierno durante el gobierno de Santana, y luego del Congreso en la era republicana. En tiempos relativamente moderna se usó como la Escuela Nacional de Bellas Artes.

En el lado oeste encontramos el Palacio Consistorial, que hasta la época reciente sirve de Sede a la Alcaldía , antes del Distrito Nacional, ahora de la Zona Colonial. Esta edificación fue remodelada por el Ing Osvaldo Báez en 1910, y responde a un esquema del arquitecto Antolín Nechodoma, autor del antiguo Parque Independencia, espacio abierto que,  con su glorieta neoromántica de principios del siglo 20 deleitó a los capitalinos de manera ostensible.

Luego del ciclón de San Zenón de 1930, edificios como el Cerame, el Baquero, y el Diez, diseñados por Benigno Trueba, sustituían las antiguas edificaciones coloniales de la época, para dar paso a lo que ellos llamaron modernidad, pero que hoy forman parte del interesante tablero patrimonial de la zona. Hay que mencionar la contribución Art-Decco en algunas de las edificaciones mas emblemáticas de la zona, como lo fueron el Edificio Saviñón , obra de la arquitecta Gloria Iglesias Molina, el antiguo cine Leonor, cine Olimpia, casa de los Mondesert en la calle José Reyes,  así como la casona de la 19 de marzo, propiedad de la familia Vicini , que aunque no era art decco, convive en perfecta armonía con la zona, exhibiendo un estilo neoclásico del ya mencionado arquitecto Nechodoma , allá por el  1912.

Antiguos nombres de calles  que ostentaron muchas de ellas durante el período colonial y que ya hoy tienen otros , le confieren al entorno de esta columna vertebral que es la Calle El Conde un aire de misterio. Fue el caso de la Calle Del Truco , hoy calle Las Mercedes, que cambió de nombre varias veces, incluso durante la época de Lilís, cuya casa era lo que hoy es La Casa de las Academias obteniendo el nombre de Calle de Lilís dado por el alcalde de la época para congraciarse con el gobernante, o la calle del Clavao cuyo nombre de hoy es la calle 19 de Marzo, o la del Comercio, que es hoy Isabel La Católica , o la de los Plateros que es la Arzobispo Meriño.

El visitante puede adentrarse dentro de un insospechado mundo de experiencias sensoriales que van desde lo histórico, lo cultural, lo gastronómico, lo costumbrista  hasta llegar a la recreación misma con zonas de baile para todas las edades y gustos. No hay que dejar de mencionar el enclave que representa en la calle Hostos , antigua Calle del Hospital y Callejon del Convento sitios como El Sartén, los antiguos y ya desaparecidos Helados Imperiales, El Mesón de Bari, Lucía y otros sitios de diversión no menos importantes.

Redistribuirse por todas las calles y callejones de nuestra bella Zona Colonial nos pone en contacto con la historia misma, con nuestra cultura hispánica y prehispánica, ya que el recién remodelado Monumento a Fray Antón de Montesinos nos lleva hasta este famoso Sermón de Adviento por parte de los monjes dominicos, representado por Montesinos, y que es un reclamo a viva voz del respeto a los derechos Humanos , esencialmente a los indios taínos, de quienes heredamos un rico legado en la artesanía,vocablos de nuestro idioma, la gastronomía y los estilos de vida.

En otras entregas, hemos señalado la experiencia que representó el tránsito a pie por la calle Las Damas, con sus primeras mansiones de familias acaudaladas, que atraídas por el negocio de la caña de azúcar, entre otras cosas , migraron a Cuba, pero que nos dejaron importantes muestras patrimoniales.

Parte de la remodelada  calle El Conde para el 2022 , lo constituye su peatonización de las vías perpendiculares en el tramo comprendido entre la calle Arz. Nouel y la calle Las Mercedes, dejando solo algunas vías norte-sur conectivas como la José Reyes hasta la Ave Mella en direccion sur-norte y la Ave Isabel La Católica en dirección sur norte también y la Arz Meriño norte-sur. Esto creó un circuito que incentivó el desarrollo y expansión de toda la actividad comercial-recreativa-turística y cultural de la misma.

El hito Parque Independencia, ahora abierto completo, solo confinado el Altar de la Patria, en polarización con la Casa de la Rectoría, ubicada en las mismas escalinatas del Conde en su lado mas oriental crearon la esencia que nos permitió , nos solo disfrutar de nuestros espacios públicos abiertos, sino  proyectarnos hacia el mundo con todas las expresiones culturales nuestras, producto de la conjunción de tres elementos : el taíno, el negro africano y la riqueza cultural hispánica, las que sin lugar a dudas, nos marcaron y dieron orígen a lo que hoy somos.

Ya para este año que mencionamos, somos capaces de tener  una ventana al mundo, con un aumento sustancial en el número de turistas que nos visitan, creando de alguna manera el eje Antillano conformado por Santo Domingo, La Habana y San Juan de Puerto Rico, cunas de los primeros asentamientos europeos, que marcaron un antes y despues, llevando como estandarte principal el nombre de Quisqueya la Bella, Madre de todas las Aguas , y cuyo legado ya se extiende infinitamente en el tiempo y por siempre como la bella Primada de América.

***El autor es Arquitecto, egresado de la Facultad de Arquitectura y Artes, Escuela de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad Nacional Pedro Henriquez Ureña, Santo Domingo, Rep. Dominicana. Miembro del CODIA y de la Sociedad de Arquitectos de la República Dominicana (SARD)