SANTO DOMINGO, República Dominicana.- En su mayoría, las personas que se autocalifican “provida” (que están en desacuerdo con la aprobación de las tres causales) se apoyan en la idea biologicista de que las mujeres deben ser definidas esencialmente como madres.

Así lo expresó la maestra Lusitania Martínez, coordinadora de la cátedra de Filosofía y Género “Simone de Beauvoir, de la Escuela de Filosofía de la Facultad de Humanidades de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD).

La profesional señaló que esa visión de la mujer como “mujer naturaleza”, “ser para otros”, ha asfixiado la vida y los talentos femeninos, como dijera Virginia Woolf.

Explicó la manera en que, desde la perspectiva filosófica, el feminismo aborda tanto las causas como la historia y la ideología anticientífica del biologicismo, subrayando especialmente a Aristóteles, Rousseau, a los filósofos románticos (Hegel, Kierkegaard, Nietzsche, Schopenhauer ), el positivismo, Darwin y Freud.

“Simone de Beauvoir, representante del feminismo de la igualdad, nunca ha considerado que “el sexo siempre ha sido género”, sino que más bien analizó todo lo contrario: que los biologicistas se apoyan en la existencia de la capacidad biológica de la mujer (un hecho objetivo) para asignarle roles genéricos secundarios que la definen el tipo ideal de “mujer naturaleza”. A esto es que se refiere la filósofa francesa cuando dice “la mujer no nace, se hace”, es decir que nacemos hembra, ciertamente, y desde aquí nos construyen culturalmente pecho que amamanta”, dijo.

Enfatizó que si se conoce medianamente bien a la reconocida internacionalmente filósofa y se tiene clara esta distinción, “sabemos que en la pensadora, el cuerpo, la sexualidad, y por tanto, la biología, existen, pero que se vive “en situación”, lo que significa en el enfoque fenomenológico que el cuerpo no es mero dato sino naturaleza viva, atenta generosamente al reconocimiento de las libertades del “otro”, especialmente a la trascendencia de las mujeres, las cuales, culturalmente no pueden ser vidas con proyectos a causa de que el esencialismo biologicista imperante en los intelectuales y profesionales de las iglesias, partidos e instituciones como la familia les impiden decidir sobre su libertad existencial y su vida reproductiva”.

Mientras que la filósofa e investigadora Graciela Morales, explicó cómo en la sociedad capitalista el concepto de feminidad se constituye como una función-trabajo, que enmascara la producción de la fuerza de trabajo bajo la enunciación de un destino biológico, creando la división sexual del trabajo y las tareas que se relacionan con la reproducción de la vida cotidiana, haciéndolas propia de las mujeres.

Afirmó que los análisis teóricos del feminismo han visibilizado y puesto al descubierto las estrategias y la violencia por medio de las cuales los sistemas de explotación han impuesto disciplinar y apropiarse del cuerpo femenino. Los cuerpos de las mujeres han sido los principales objetivos para el disciplinamiento social y la exposición de las relaciones de poder.

“En la sociedad capitalista, el cuerpo es para las mujeres lo que la fábrica es para los trabajadores asalariados varones: el principal terreno de su explotación y resistencia, en la misma medida en que el cuerpo femenino ha sido apropiado por el Estado y los hombres, forzados a funcionar como un medio para la reproducción y la acumulación de trabajo. En este sentido, es bien merecida la importancia que ha adquirido el cuerpo, en todos sus aspectos —maternidad, parto, sexualidad—, tanto dentro de la teoría feminista como en la historia de las mujeres”, señaló Morales.

Se informó que el Campamento 3 Causales, instalado frente al Palacio Nacional, es una iniciativa de la Coalición por la Salud y la Vida de las Mujeres y más de 88 organizaciones sociales, políticas y religiosas que se han integrado para demandar la inclusión en el Código Penal de la despenalización del aborto en tres excepciones: cuando peligra la vida de la mujer embarazada, cuando el embarazo es fruto de una violación sexual o un incesto y cuando el producto de la concepción no es compatible con la vida.