NUEVA YORK, Estados Unidos.- El embajador dominicano ante el Consejo de Seguridad de la de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), José Singer, expresó que la República Dominicana entiende que el plan de apoyo a Haití será insuficiente para lograr objetivos.
"El objetivo, entendemos, debe ser el fortalecimiento político e institucional que permita contar con un Haití estable, económicamente próspero e inclusivo y resiliente a los constantes embates del cambio climático y los desastres naturales".
Estas declaraciones se enmarcan en la intervención de República Dominicana ante el Consejo de Seguridad que votaría hoy por un proyecto de resolución que detalla la transición de la Misión de las Naciones Unidas para el Apoyo de la Justicia en Haití (MINUJUSTH) a una misión política especial una vez que el mandato de MINUJUSTH expire el 15 de octubre.
Sin embargo, Singer entiende que sobre la base de la complementariedad, esta nueva Misión junto al Equipo País de las Naciones Unidas en Haití, pudo haber iniciado sus labores persiguiendo todos estos aspectos que requieren de acciones urgentes.
"En definitiva, nuestra posición en este debate siempre ha sido la misma: impulsar una misión fuerte, con amplias capacidades y con el suficiente financiamiento. Una misión capaz de llevar realmente paz y estabilidad duraderas a Haití. Una misión que refleje realmente la solidaridad de la comunidad internacional con el pueblo haitiano".
Lea íntegra la intervención de José Singer, embajador dominicano ante el Consejo de Seguridad de la de la ONU
Explicación de voto sobre la situación en Haití.
25-6-2019
Muchas gracias señor Presidente,
Como ya hemos expresado anteriormente, la situación política, económica y social en Haití continúa siendo precaria. Ello amerita un apoyo multidimensional de la comunidad internacional, basado en las prioridades nacionales.
El objetivo, entendemos, debe ser el fortalecimiento político e institucional que permita contar con un Haití estable, económicamente próspero e inclusivo y resiliente a los constantes embates del cambio climático y los desastres naturales.
Durante meses, hemos participado del proceso de discusión y posterior negociación de los términos del mandato de la misión política que reemplazará a la MINUJUSTH en Haití. Deseábamos una conversación más extensa y horizontal, para lograr un mandato robusto y multidimensional, especialmente ahora, ante el evidente deterioro de las condiciones en Haití y la frustración de la comunidad internacional.
La situación de seguridad en Haití es frágil, no sólo porque la capacidad institucional que soporta el aparato de seguridad lo es, si no porque las condiciones sociales no permiten una dinámica que genere un círculo virtuoso de desarrollo y esperanza.
Además, no podemos dejar de indicar que la situación económica se complica día a día, lo que augura una profundización de la crisis y, con ella, aún más inestabilidad social y violencia.
A nivel regional, la Organización de los Estados Americanos (OEA) acaba de concluir una visita a Haití, y el Consejo Económico y Social (ECOSOC) hizo lo propio el mes pasado. Las conclusiones preliminares de ambas visitas son dramáticas y desalentadoras. Una parte importante de la comunidad internacional clama por una respuesta integral a la situación en Haití. Nosotros nos sumamos a esa posición.
Entendemos que la Misión Política que reemplazará a la MINUJUSTH, debe ser fuerte, amplia y financiada adecuadamente. La propuesta del Secretario General no ha sido lo suficientemente específica a nivel de objetivos, ni lo suficientemente amplia para preservar la estabilidad en el tiempo y reconducir a Haití al desarrollo.
Consideramos que para dar respuesta a los retos que enfrenta Haití, el enfoque basado exclusivamente en la seguridad pública no es suficiente.
Desde la República Dominicana entendemos que es necesario que la misión en Haití incluya también otros aspectos clave para garantizar la paz y la estabilidad.
En concreto, consideramos que debe apoyar al gobierno a fortalecer el sistema político electoral, el estado de derecho, y contribuir a viabilizar las condiciones para que el gobierno disponga políticas para atender la desigualdad social, la gobernabilidad y los efectos adversos del cambio climático y los desastres naturales.
En cuanto al sistema electoral, coincidimos con el Secretario General en la necesidad de que se establezca el Consejo Electoral Permanente para la organización y gestión de los procesos electorales, con independencia, credibilidad y un marco legal adecuado que permita al menos un registro de electores confiable, la observación electoral internacional y resultados en tiempo prudente. El texto propuesto para la resolución no captura esta idea ni especifica mandato alguno acerca de la institucionalidad que debe crearse en torno a esto.
Al hablar de la desigualdad y su relación con la seguridad pública, la República Dominicana propuso la necesidad de que la Misión Política se involucrara directamente en ayudar a crear las capacidades necesarias en el gobierno para que éste pudiera coordinar iniciativas de desarrollo económico y social. Entendemos que esto es clave para mejorar los estándares de vida en las zonas más vulnerables, así como la convivencia en los espacios públicos. En definitiva, es el camino para que sean atendidas las raíces de las problemáticas sociales que generan violencia e inestabilidad social.
El fortalecimiento de las instituciones nacionales, particularmente del sistema político, continúa siendo uno de los mayores retos para la conquista de la estabilidad y desarrollo sostenible de la República de Haití. Entendemos que la Misión Política debe jugar un rol primordial en este ámbito a los fines de facilitar la continuidad de las políticas públicas.
Señor Presidente, otro aspecto fundamental para nuestra delegación es la vulnerabilidad de Haití al Cambio Climático y a los desastres naturales.
Como saben bien, nuestro país y la República de Haití compartimos un mismo ecosistema: la isla Hispaniola. Esto nos coloca en una posición única para tratar este tema.
Nuestra isla es un ecosistema frágil, con recursos limitados y que se encuentra entre los de más alta vulnerabilidad ante el cambio climático. No hay discusión de que las condiciones de la ecología haitiana son realmente precarias y esto también es fuente real de desplazamientos, sufrimiento y amenaza a la paz, la estabilidad y la seguridad de ese país.
Entendemos que sobre la base de la complementariedad, esta nueva Misión junto al Equipo País de las Naciones Unidas en Haití, pudo haber iniciado sus labores persiguiendo todos estos aspectos que requieren de acciones urgentes.
En definitiva, nuestra posición en este debate siempre ha sido la misma: impulsar una misión fuerte, con amplias capacidades y con el suficiente financiamiento. Una misión capaz de llevar realmente paz y estabilidad duraderas a Haití. Una misión que refleje realmente la solidaridad de la comunidad internacional con el pueblo haitiano.
La experiencia y la complejidad de la situación actual nos llevan a concluir que con este mandato será insuficiente para lograr esos objetivos.
No podemos dejar de ver con desaliento cómo esta oportunidad de contribuir activamente a mejorar el futuro de Haití y mostrar nuestro verdadero compromiso con una de las comunidades que más sufre en nuestro continente, se queda reducida a una misión con atribuciones y recursos limitados.