LA HABANA, Cuba (EFE).- El gobierno de Cuba ha alquilado más de 2.000 pequeños negocios a sus antiguos trabajadores estatales, que ahora ejercen como privados y que han aumentado sus ingresos y la calidad del servicio, aunque los impuestos y la falta de un mercado mayorista son sus principales dificultades.
Esta nueva forma de gestión no estatal, incluida en el plan de reformas económicas del presidente Raúl Castro, comenzó de manera experimental en 2009 en pequeñas barberías y peluquerías, para después extenderse con carácter definitivo a 47 actividades económicas en un proceso que culminó en 2012.
Según datos del Ministerio de Comercio Interior (MINCIN), hasta el momento se han arrendado ya 2.041 locales a un total de 5.479 empleados.
La mayor parte de esos arrendamientos son peluquerías y barberías (1.344) aunque el modelo también funciona en otras actividades como relojerías, manicura, zapateros o aparcamientos.
Con este sistema, el gobierno cubano arrienda por diez años los locales donde antes era el estado quien gestionaba esos servicios, dando prioridad para el alquiler a los trabajadores de esas unidades.
Ahora convertidos en "cuentapropistas" según el argot local, los empleados se encargan de organizar el negocio, proveerse de los materiales y recursos necesarios, mantener o mejorar el local, y asumen todos los pagos de alquiler, electricidad, teléfono, gas y agua.
También fijan, en función de la oferta y demanda, los precios de los servicios que prestan.
El propio gobierno cubano reconoce que con esta fórmula se ha mejorado el servicio y el trabajo, han aumentado los salarios y los nuevos autónomos se sienten más motivados hasta el punto de que se ha reducido el absentismo laboral, frecuente en el sector estatal dado los exiguos salarios y la falta de incentivos.
"Hay actividades que pueden desarrollarse mucho mejor por los individuos que por el estado (…) Es una verdadera muestra de que no todo lo tiene que regular el estado", aseguró Mirurgia Ramírez, directora nacional de servicios personales y técnicos del MINCIN, en un reciente encuentro con medios extranjeros.
Amplía subsidios para construir y reparar viviendas
El Gobierno de Cuba anunció una ampliación del plan de subsidios para construir o reparar viviendas por esfuerzo propio, tanto en la cuantía de las ayudas como en el número de beneficiarios y posibilidades de pago, según publica la Gaceta Oficial de la isla.
Una las nuevas disposiciones incrementa la cantidad de dinero de las ayudas, según explicó Anselmo Pagés, miembro de la Comisión Permanente para la Implementación y Desarrollo de las reformas económicas emprendidas por el Gobierno de la isla, citado por el periódico oficial Granma.
El subsidio para la compra de materiales de construcción y el pago de mano de obra para reparar, conservar y construir viviendas por particulares aumenta ahora la cifra de dinero prevista para la construcción de espacios básicos de 25 metros cuadrados.
Antes, la ayuda podía ser de hasta 80.000 pesos cubanos (unos 3.300 dólares) y solo se permitía pagar materiales de construcción y mano de obra, pero con las nuevas modificaciones se pueden añadir hasta 5.000 pesos cubanos más (unos 200 dólares) para gastos del transporte de materiales.
En caso de que se solicite el subsidio para realizar acciones constructivas de "conservación mayor y menor" el monto máximo de la financiación ascendería a 11.000 pesos cubanos (unos 450 dólares) y 5.500 pesos cubanos (228 dólares), respectivamente.
Entre otros cambios, la ayuda para construir viviendas ubicadas en zonas de actividad sísmica también pueden ampliarse hasta 90.000 pesos cubanos (3.750 dólares) con el fin de respaldar la adquisición de los materiales para estructuras resistentes a esos fenómenos naturales.
Otra de las novedades es que se diversifican los beneficiarios del subsidio, al que solo accedían los propietarios de las viviendas y que ahora se extiende también ahora a los arrendatarios de inmuebles estatales y quienes habiten en ciudadelas, si bien en estos dos nuevos casos solo podrán realizar acciones de conservación y no de ampliación de la vivienda.
También podrán obtener ayudas las personas que necesiten recuperar o terminar la construcción equivalente a 25 metros cuadrados, y dará prioridad a quienes pretendan solucionar problemas de obstrucciones o fugas hidrosanitarias.
La vivienda es uno de los problemas sociales en Cuba que admite, según los últimos datos oficiales disponibles, un déficit habitacional de 600.000 casas, a lo que se une el mal estado de conservación de muchos inmuebles: unos 8,5 de cada 10 edificios en la isla necesita reparaciones.
Para paliar en parte esa situación, el Gobierno de Raúl Castro abrió en 2010 la concesión de licencias de construcción y liberó la venta de materiales.
Desde enero de 2012, cuando entraron en vigor los nuevos subsidios para la construcción y reparación de viviendas por esfuerzo propio, y hasta el pasado 31 de marzo se habían otorgado más de 566 millones de pesos (unos 23 millones de dólares) en ayudas para realizar acciones constructivas.
Dentro de sus reformas para reanimar la precaria situación económica del país, el presidente Raúl Castro también eliminó en 2011 la prohibición que impedía a los cubanos vender y comprar casas de forma particular. EFE