SANTO DOMINGO, República Dominicana.-Cuando los medios de comunicación acudieron a San Cristóbal el pasado lunes, día 11 de noviembre, para conocer de las medidas de coerción que se le impondrían al teniente coronel Johan Emilio Liriano Sánchez (« El arbitrario »), acusado formalmente por la Policía Nacional de pertenecer a una banda de narcotraficantes y matones por encargo, los reporteros se sorprendieron cuando la fiscal provincial dijo que « aún » la fase investigación está en proceso.
La fiscal Diomelis Soto Valdez el lunes: "Hemos estado investigando, estuvo en San Cristóbal el día 7, y durante una investigación el final es que te dice si se deberá conocer medida de coerción, y aún no hemos finalizado".
Las explicaciones de la fiscal de San Cristóbal contrastan con las del jefe de la Policía Nacional, mayor general Manuel Castro Castillo, quie declaró al día siguiente, martes 12, que la investigación policial presentó pruebas que demuestran la supuesta vinculación del teniente coronel Johan Emilio Liriano Sánchez con una banda sicarios y narcotraficantes que operaba en el Este.
Ante las preguntas de los periodistas, el jefe policial reiteró
"Ya la Policía hizo su trabajo, corresponde ahora al Ministerio Público y a la Justicia aplicar las sanciones correspondientes, para nosotros el caso está cerrado”.
Al explicar que la investigación se llevó a cabo en coordinación con la Fiscalía de San Cristóbal, el general Castro Castillo precisó:
“Hay una complicidad, hay una vinculación”, precisó Castro Castillo, para reiterar que el teniente coronel Liriano Sánchez pertenecía a la banda de narcotraficantes y asesinos por paga.
Por otro lado, la Fiscal de San Cristóbal, Diomeris Soto, declaró ese mismo día que el teniente coronel Johan Liriano Sánchez ha sido “entrevistado” en varias ocasiones con relación a la matanza llevada a cabo en una finca de caña en Yaguate.
Según las informaciones dadas por la Policía Nacional, el oficial Liriano Sánchez se reunía frecuentemente en su finca de El Porquero, San Cristóbal, con sicarios y narcotraficantes, entre los cuales estaba Juan Félix Cordero Febles, alías Copelín, asesinado en Yaguate.
Aunque este jueves, finalmente, fue cancelado, Johan Emilio Liriano Sánchez ha gozado de un trato privilegiado, tanto en la Dirección Nacional de Control de Drogas (DNCD), donde tuvo como defensor a quien fuera presidente de esa entidad, mayor general Rolando Rosado Mateo, como en el Ministerio Público, quen ha tratado la acusación hecha por la Policía Nacional como un caso cualquiera, a pesar de que se trata de una investigación sobre asesinato por encargo y narcotráfico.
Cuando en marzo de 2011, el ex jefe de operaciones de la Dirección Nacional de Control de Drogas (DNCD), general Francisco Antonio Hiraldo Guerrero, fue entregado en extradición a las autoridades de los Estados Unidos, el teniente coronel Johan Emilio Liriano Sánchez acudió personalmente a despedirse de su amigo, sin que este hecho llamara la atención de ninguna autoridad.
El general retirado Francisco Antonio Hiraldo Guerrero fue Jefe de operaciones de la DNCD, formó parte de la Marina de Guerra, y enfrenta juicio en Estados Unidos bajo al acusación de distribuir drogas entre Suramérica y los Estados Unidos, además de proteger a narcotraficantes en República Dominicana.
El alto militar, que según las autoridades estuvo asociado al narcotraficante Quirino Ernesto Paulino Castillo, y habría ganado millones de pesos y dólares a cambio de dar soporte y protección a los narcotraficantes en el territorio dominicano. Pero su amistad con Liriano Sánchez no mereció ninguna atención de las autoridades.
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