América Latina y el Caribe enfrentan desafíos comunes, realidades sociales que condicionan su desarrollo y la garantía de los derechos humanos, en ese sentido la seguridad ciudadana es una de las asignaturas pendientes de nuestros países, teniendo como resultado los altos índices de criminalidad e inseguridad. Los países de la región no han trazado los lineamientos necesarios para la prevención y control de la criminalidad, esto lo reafirmamos por la ausencia de políticas públicas y el compromiso de los Estados en entender la seguridad ciudadana desde la dimensión de los derechos humanos y de la seguridad humana. La falta de prioridad en este tema ha provocado la debilidad institucional en los cuerpos policiales y la desconfianza hacia los actores encargados de preservar la seguridad de los/as ciudadanos/as. La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) señala en el informe sobre “Seguridad Ciudadana y Derechos Humanos” que: “La seguridad ciudadana debe ser concebida como una política pública, entendiendo por esta los lineamientos o cursos de acción que definen las autoridades de los Estados para alcanzar un objetivo determinado, y que contribuyen a crear o transformar las condiciones en que se desarrollan las actividades de los individuos o grupos que integran la sociedad”. Partiendo de este planteamiento, pero sobre todo del contexto social de la región y de los altos niveles de criminalidad, violencia y vulneración de los derechos humanos, podemos afirmar que las políticas públicas, la responsabilidad y las acciones de los estados no son integrales. La República Dominicana no ha sido la excepción, y en materia de seguridad ciudadana las grandes protagonistas han sido la ausencia de voluntad política y la falta de compromiso por parte de las autoridades en establecer objetivos claros que de manera eficaz contrarresten la inseguridad ciudadana.
SAN JOSÉ, Costa Rica.-Al retardar sin ninguna justificación la creación de la figura del Defensor del Pueblo, un mecanismo fundamental en las democracias modernas para garantizar los derechos cívicos y humanos a la ciudadanía, constituye una deuda de las autoridades dominicanas con su pueblo, según expone el especialista Roberto Cuéllar, director ejecutivo del Instituto Interamericano de Derechos Humanos (IIDH).
En una entrevista exclusiva concedida a Acento.com.do, el Dr. Cuéllar expone: “El defensor/a del pueblo ha sido un engaño, es una burla, es un fraude legal y político. La República Dominicana está en deuda. República Dominicana tiene una deuda no con América Latina, ni con el Caribe o con la democracia hemisférica, la deuda es con su gente, que merece un defensor/a del pueblo, porque es un país noble”.
En el marco de la celebración del XXIX Curso Interdisciplinario en Derechos Humanos “Justicia y Seguridad”, Acento.com.do entrevistó al Dr. Roberto Cuéllar, director ejecutivo del IIDH, quien ofreció una introspectiva sobre los principales desafíos de la región.
1-¿Cuáles reflexiones o prácticas han dejado de poner en marcha los estados para que la seguridad ciudadana sea una asignatura pendiente en nuestra región?
“Estamos a mitad de camino y hemos retrocedido, este es mundo muy complicado y la región de América Latina y el Caribe donde vivimos, sufrimos y tenemos angustias ha sabido pasar la crisis. Sin embargo, al pasar la crisis hay grandes sacrificios y los sacrificios son la gente más relegada, y pobres donde desafortunadamente se continúa ensanchando la brecha.
"Sin dudas que América Latina y el Caribe han pasado la crisis, pero hay mucha gente sobrenaturalmente rica, esta no es una frase inventada, es una frase que la he oído de alguien que ha trabajado con gente en extrema pobreza el padre Cela de la República Dominicana, le conocí cuando fue director de Fe y Alegría donde ha realizado un excelente trabajo, ahora lo designaron en Cuba con la labor de los jesuitas.
"El problema no es sólo la condición de extrema pobreza, también está el problema de que no son nadie, entonces los Estados no se han puesto a pensar que hay mucha gente que deja de ser nadie a principio de la vida. No estoy de acuerdo que sea el destino, es un problema de derechos humanos, toda política pública que no comprenda derechos, responsabilidad y obligaciones queda en el vacío o se queda a mitad de camino”.
2-¿Cómo lograr que las estructuras policiales en América latina y el Caribe sean eficientes y estén enlazadas con los derechos humanos?
“Lo he mantenido a lo largo de mi trabajo en el Instituto Interamericano de derechos humanos que empezó desde el año 1997 no hay que responsabilizar a la policía, la policía es parte estructural del gobierno y son los/as político/as quienes confunden las carta de juego, las cartas democráticas y manipulan con ellas dependiendo de los votos que tienen, que quieren y que anhelan conseguir.
"No defiendo a la policía, sin embargo, creo que la política de seguridad no es una política de golpes de suerte, sino una política estratégicamente bien planeada, que toque el sistema circulatorio tan deteriorado de la igualdad y del desarrollo social. En segundo lugar se necesita dignificar la profesión de la policía yo no veo más que a tres o cuatro países de América Latina dignificando como se debe la profesión de la policía y la profesión del magisterio.
"Hemos acumulado muchas críticas, mucho odio contra la policía y a veces contra el magisterio y son probablemente las dos profesiones más útiles que han hecho grande a varios países. Estados Unidos, Finlandia y Noruega ¿En que se basó su democracia? Los/as jóvenes se disputan por tener un lugar en los cuerpos policiales como profesión, en el centro de Estados Unidos ¿Quiénes fueron los pensantes y servidores?
"Sin dudas que América Latina y el Caribe han pasado la crisis, pero hay mucha gente sobrenaturalmente rica, esta no es una frase inventada, es una frase que la he oído de alguien que ha trabajado con gente en extrema pobreza el padre Cela de la República Dominicana, le conocí cuando fue director de Fe y Alegría donde ha realizado un excelente trabajo"
"El Sheriff, la policía del condado que protegía a la gente, que garantizaba derechos, que acercaba y que mediaba. La mayoría de la policía en Estados Unidos, Europa y Canadá media en el conflicto, acerca a la ciudadanía, tratando de reparar daños y heridas sociales o con intervenciones comunitarias no disparan como pasa frecuentemente en América Latina, no jalan el gatillo fácilmente, pero eso no es sólo problema de la policía, es un problema de las políticas del gobierno.
"Necesitamos políticas públicas en las cuales los gobiernos conozcan la apuesta que hacen y por otro lado la responsabilidad y obligación en derechos que están comprometiendo al implementar políticas garantistas y de seguridad. Una policía bien dotada, una policía bien entrenada, una policía con proyección comunitaria, una policía formal requiere de dinero y eso ni los gobiernos, ni las empresas privadas están dispuesto a hacerlo, prefieren pagar empresas privadas de seguridad. Cuando vea que un país realmente está invirtiendo en la policía y en el magisterio voy a creer que estamos empezando a cambiar".
3-¿Qué balance puede hacer sobre el crimen organizado y el narcotráfico en la región? ¿Cómo han respondido los estados?
“Es preocupante, es grave, son mafias muy bien preparadas, bien entrenadas, y con códigos especiales que no solamente penetran en la política sino que quieren más democracia porque las democracias les sirven. A estas mafias no les interesa derrocar a ningún gobierno, lo que les interesa es penetrar a los entresijos financieros, fiscales y de la empresa privada. Hay muchas empresas privadas que son stickers del tráfico ilícito, del blanqueo y del descontrol financiero.
"La empresa privada es corresponsable de esta situación. Sin duda alguna no se ha perseguido como se debe a la corrupción y nuestros/as fiscales se quedan lentos/as y timoratos para no llegar arriba, caiga quien caiga. Las mafias se han aprovechado de los espacios de la democracia para sin atentar, ni tumbar gobiernos moverse en esos escenarios, por lo tanto se requiere de instituciones más fuertes, con coraje y sin miedo, fiscales que no le tengan temor de llegar hasta arriba en el combate a la corrupción.
"Todo aquel pastor, sacerdote o ente religioso que envíe un mensaje falso y de manera sublime hable de la desigualdad está cometiendo un fraude espiritual con la gente. Todo/a aquel banquero y empresario/a que sirve mal o que juegue con el dinero ilícito está cometiendo un fraude financiero, toda aquella persona que sirve públicamente y que defrauda en el servicio está defraudando a la población.
"El problema nuestro es un fraude brutal al servicio público ante la gente. Necesitamos más fiscales, hombres y mujeres que lleguen hasta arriba y que no tengan miedo, más policías decentes y cumpliendo su deber y una empresa privada corresponsable de la democracia, una democracia que nos permita avanzar como lo han hecho otros países de Europa y América Latina. Un ejemplo es Uruguay un país que tiene problemas, y ha sabido salir adelante.
"Chile con todo y las revueltas es un país que va animándose a dar saltos de calidad. Costa Rica que ha sido uno de los países de América Latina más apreciados y respetados tiene que hacer esfuerzos para no quedarse atrás y no relegarse. Costa Rica no es lo que era antes, pero hay que preservarle, todavía está a tiempo.
"El poder de estas mafias es descomunal, hay por otro lado que señalar la responsabilidad que tienen los Estados ricos que trasiegan con el dinero de lo ilícito, la droga, trata de personas, migración y que nos han convertido en la ruta de la muerte, que sean corresponsables, responsables penalmente y no ser cómplices de este trasiego que ha hecho la ruta de la muerte en el Caribe, la ruta de la muerte en Centro América y buena parte de Suramérica.
"Las cárceles están reventando, las cárceles son las franquicias del infierno y son el séptimo círculo del engranaje del mal. Recordemos los casos planteados en la exposición del Dr. César Barros en el Curso Interdisciplinario en derechos humanos sobre “El Funcionamiento de las Instituciones penitenciarias y derechos humanos”, el cual planteaba los casos que se suscitan en las cárceles: El interno que con su cabeza jugaron fútbol, él que vendieron violado y termino con sida y matando a su esposa. Son historias de la realidad de las cárceles latinoamericanas que se quedan cortas.
"En mi país, El Salvador es dantesco y descomunal el escenario de las cárceles. Es un problema de todos/as, la empresa privada tiene que ayudar a contrarrestar esta situación para mantener su carta de decencia, de lo contrario también está colaborando con encubrimientos a una mafia que es poderosa".
4-¿América Latina y el Caribe más que en desarrollo económico deben pensar en una economía del conocimiento? ¿Considera que la clave está en la educación?
"En el campo de la educación el Instituto Interamericano de derechos humanos (IIDH)está trabajando fuertemente. El país que más invierte al año por cabeza en educación primaria es Chile con $750 dólares; con eso usted no educa, y ahí podemos confirmar la deserción escolar ¿Cuánto invierten los estados en contener la deserción escolar? En el Instituto Interamericano de derechos humanos creemos que la escuela es el indicador que más cabalmente puede demostrar el grado de desigualdad de nuestras sociedades.
"En cada país de América Latina encontramos que hay de 100 a 225 escuelas públicas de alto riesgo afectadas por la criminalidad. En México las escuelas se han convertido en las zonas de reclutamiento de las mafias, por igual en El Salvador, Guatemala y Honduras son el escenario de reclutamiento de las mafias y de grupos muy preparados que les ofrece dinero a los/as jóvenes a cambio de la tarea ingrata de matar, para que los/as jóvenes se llenen de sangre y se ensucien de impunidad, no olvidemos que a los 18 años los/as jóvenes no pueden ser juzgados, entonces es perverso lo que están haciendo con nuestra juventud.
"No solamente el problema de la adicción, de la comercialización, del tráfico y de lo que queda de droga en nuestros países sino el reclutamiento de los/as jóvenes para ser parte de la ruta de la muerte. La escuela hay que preservarla, la escuela hay que trabajarla y también la policía, sería una firme garantía para la preservación de la armonía y de lo poco de democracia que todavía tenemos en la región".
5-¿Cómo evalúa el trabajo de las organizaciones de derechos humanos? ¿Cuáles aspectos claves deben tener en cuenta para seguir generando un impacto positivo en la sociedad basado en resultados?
"Tengo esperanzas en la sociedad civil, tuve la dicha enorme de trabajar con el arzobispo Oscar Romero en El Salvador, en 1980, él nos enseñó que había que respetar, valorar y promover la institucionalidad pública como servicio a la gente, que había que hacer en el servicio a la gente un área de derechos.
"En aquel momento no habían Institutos, no había Corte Interamericana, lo que había era un derecho interno tímido y limitado, tampoco habían redes sociales (Twitter, Facebook). Sin embargo, las comunidades se organizaron con dos o tres ideas de vida digna, con dos o tres ideas de defensa de sus derechos, con la idea de acercar un poco más la justicia a la gente. Ojalá que no se pierdan esas fuentes dentro de la sociedad civil, que logren entender que el gran reto es promover la dignificación de la profesión de la escuela y del magisterio, ahí hay derechos que construir.
"En segundo lugar que hagan que la gente vote conscientemente, que erradiquen las conductas populistas en materia electoral, estas conductas lo que hacen es generar un optimismo desmesurado, hipócrita. Un/a candidato/a que dice “yo voy a cambiar el país” está mintiendo. En tercer lugar que dignifiquen, que ayuden no solamente a dignificar el servicio público, sino también a la propia policía, que logren hacer planes concurrentes con la entidad policial en acercarse a las comunidades.
"No estoy diciendo expectativas que no se puedan lograr, veamos el ejemplo de Nicaragua un país pobre que tiene una policía muy respetada en toda América latina ¿Por qué? Porque apostó por la policía comunitaria, sin transar con el uso de la fuerza, sin perder el monopolio legitimo del uso de la fuerza, usando la fuerza racionalmente como último recurso y lo ha logrado, sin perder el cordón umbilical con el servicio comunitario con una parte de la sociedad civil que sabe lo que está pasando en sus comunidades.
"En cuarto lugar, que no cambien la formación especializada, la ética por cursitos express o light para la formación. Tengo la esperanza que este XXIX Curso Interdisciplinario en Derechos Humanos “Justicia y Seguridad” lleve un mensaje de optimismo y esperanza para quienes sin ninguna duda arriesgan en las instituciones públicas, para los/as que luchan, para los/as que anhelan transformar un mundo muy complejo y excluyente , un mundo en donde hay derechos para unos/as cuantos y no hay derechos para muchas personas en la regióny para quienes anhelan que triunfe un poco más la democracia, los derechos de la gente más sufrida y relegada de Latinoamérica que la tenemos por montones, gente que sufre el problema del desfavorecimiento de la democracia.
"No estoy diciendo expectativas que no se puedan lograr, veamos el ejemplo de Nicaragua un país pobre que tiene una policía muy respetada en toda América latina ¿Por qué? Porque apostó por la policía comunitaria, sin transar con el uso de la fuerza"
"La República Dominicana está cerca de Haití el país más pobre de Latinoamérica, ustedes saben lo que es el problema de la solidaridad, relaten más esa historia que es lo que ha perdido el periodismo, esas historias personales. El Instituto Interamericano de Derechos Humanos ha ido tratando de que el periodismo refleje historias de derechos humanos desde la base con los/as sin tierra y con los/as sin trabajo. Lo he repetido en otras ocasiones no necesito disfrazarme de pobre para trabajar por ellos/as porque lo aprendí del arzobispo Oscar Romero quien me dijo: “ A usted lo he traído acá para que si viene de una familia acomodada sirva en conciencia no para que se disfrace, para que ponga su coraje y lo que tiene de conocimientos de la justicia en favor de los desfavorecidos” Los derechos humanos no son realizables sino entendemos desde donde vienen, de que mayorías populares estamos hablando y de que derechos fundamentales estamos hablando".
6-¿Cuál es el rol que debe desempeñar un/a defensor/a del pueblo en el contexto socio-político?
"La República Dominicana está en deuda y en una deuda desde hace 12 años. Ayer hable con alguien de la República Dominicana que quedo en los 6 finalistas para defensor/a del pueblo, pero eso es un engaño, es una burla, es un fraude legal y político, mientras no le sirva a las cámaras legislativas no habrá defensor/a del pueblo. El defensor/a del pueblo es para el pueblo, representa una función pública y tiene que seguir las reglas de la democracia. Considero que sería mejor organizar una comisión de defensoría del pueblo en lugar de una persona, porque a veces creemos los/as que trabajamos en derechos humanos que somos los/as indignados/as, que somos los/as divos/as de los derechos humanos y eso no es cierto.
"Siempre en derechos humanos hay que contradecir y considerar otras opiniones antes de tomar decisiones y determinaciones. Se juega mucho con los derechos humanos de la gente no sólo con la vida sino con el servicio eficiente y público, por tanto con todo respeto les digo que la República Dominicana tiene una deuda no con América Latina, ni con el Caribe o con la democracia hemisférica la deuda es con su gente, que merece un/a defensor/a del pueblo porque es un país noble, tuve la oportunidad de conocerlo y conocer a su gente de todas las clases sociales. Aunque la corte ha establecido algunos planteamientos sobre la situación haitiana la República Dominicana tiene gente solidaria. Considero que la República Dominicana es una democracia formalmente avanzada, creo que se terminó la época del fraude electoral.
"Ojalá que en las elecciones del próximo año las cosas se hagan mejor y con mayor eficacia, que sea un escenario que sirva para que esas deudas pendientes de la comisión de la defensoría del pueblo se cumplan. Mi opinión es que el defensor/a del pueblo debe ser una comisión de tres personas para tener varias accesiones no solamente jurídica sino sociológica, psicológica, y educativa, hay defensores/as que desde la educación hacen más que desde el punto de vista de las leyes porque la educación es transformadora. Espero que la República Dominicana de una muestra de lo que sería una nueva etapa de una defensoría organizada y colectiva en derechos humanos.
"En nuestras sociedades hay mucho cinismo, estamos perdiendo el tiempo en si hay fórmulas desde el capitalismo, del socialismo, de centro derecha, y lo que hace falta es humanismo. Hace falta servicio a la gente no servilismo, hace falta que las democracias se pongan las pilas como dicen en Nicaragua, que se conecten con la gente. Hace falta una atenta escucha a la ciudadanía por parte de los partidos y entidades políticas, y de la sociedad civil más lucidez.
"Hay que levantar las grandes luces que hicieron buena parte de América en justicia, en educación, solidaridad y no perder de vista los derechos humanos desde la dimensión de la extrema pobreza y la desigualdad. No me disfrazo de pobre, no necesito hacerlo.
"Sin embargo, el pensamiento es insobornable, esa fue parte de una invalorable enseñanza que adquirí en los tres años y veintidós días que tuve la dicha enorme de servir al más mundialista de todos nuestro centroamericanos el arzobispo Oscar Romero. No soy cura y tampoco un creyente ferviente, en lo que creí fue en las ideas de justicia del arzobispo Romero que antepuso todo su poder eclesial y bajo a la tierra. Ojalá que tengamos más políticos/as que bajen a la tierra y que escuchen atentamente los clamores de la ciudadanía y que tengamos partidos políticos más cercanos a la sociedad civil”.
(*) Serie especial de entrevistas con juristas dominicanos e internacionales.