SANTIAGO, República Dominicana.-Erika Toribio, de 17 años, se presentó como un ejemplo de perseverancia y esfuerzo. Ella representa a la juventud que va dirigido el programa Alerte Joven de la Asociación Pro Bienestar de la Familia (PROFAMILIA), que cuenta con el auspicio de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID).
A Erika la embargaba una alegría que apenas le permitía hablar. Con alegría describió lo positivo del programa Alerta Joven, que a su juicio le devolvió las ganas de vivir junto al hijo que espera. Antes de conocer Alerta Joven creía que el mundo se le derrumbaba encima.
“Estudiaré y me esforzaré para que mi hijo tenga mi ejemplo”, dijo la adolescente, que hoy es parte de Alerta Joven.
Al explicar lo relativo al proyecto Alerta Joven /Profamilia, Magaly Caram, ejecutiva de Profamilia, dijo que tiene como meta la creación de una red sostenible de servicios multidisciplinarios, así como generar oportunidades y protección para jóvenes que se encuentran en situaciones de riesgo.
En el desarrollo del programa Alerta Joven Profamilia centrará su objetivo en contribuir a satisfacer las necesidades de salud sexual y de salud reproductiva de la población en la República Dominicana.
En el caso de Santiago, explicó, se ha puesto énfasis en mujeres y jóvenes, razón que llevó a la presentación del programa este martes.
“La estrategia de salud que se ejecutará en Santiago a través de Alerta Joven comprende: salud sexual y salud reproductiva con especial énfasis en prevención de embarazos y de infecciones de transmisión sexual incluyendo el VIH. También vacunaciones a grupos meta en riesgo, servicios primarios básicos a Jóvenes en riesgo e inserción escolar y laboral de Jóvenes viviendo con el VIH”, dijo Magaly Caram, ejecutiva de Profamilia.
Caram explicó que el programa, que abarcará 22, 500 jóvenes en Santiago y sus municipios, tiene como eje central la población adolescente y joven entre 10 a 24 años, en las comunidades Cienfuegos, La Otra Banda, Camboya, Buenos Aires, La Yagüita de Pastor, Camboya, Hato del Yaqué, Los Salados, Los Cruelitos, La Joya y El Hoyo de Elías.
“En estos sectores, en los cuales pretendemos alcanzar unos 2,600 jóvenes, las condiciones de vida no favorecen el desarrollo integral de las personas jóvenes y facilitan su exposición a vivir en condiciones de riesgo”, dijo Magaly Caram.
En ese orden agregó que el programa se implementará a través del modelo de educación de pares, el cual se sustenta en una red de 240 educadores de pares voluntarios (80 por zona de trabajo), de ambos sexos.
Los ejecutivos de Profamilia, explicaron que los primeros jóvenes captados, actuarán como agentes de cambio, con otros jóvenes de su entorno comunitario a través del desarrollo de acciones de información, educación y referimiento a servicios de salud.
Las cifras
La población del municipio de Santiago (no la provincia) es de 700 mil personas, según la ONE, 2010, el 47% es menor de 25 años y el 29% corresponde al rango entre 10 y 24 años de edad.
El inicio temprano de las relaciones sexuales y de la vida sexual activa obligan a que este sea un tema prioritario en la educación de los y las adolescentes y jóvenes.
A nivel nacional, siete de cada diez hombres de 18 a 24 años y el 51% de las mujeres de este grupo iniciaron su vida sexual antes de cumplir los 18 años.
La precocidad en la vida sexual se asocia a una alta tasa de embarazos en la adolescencia. A nivel nacional, el 20.6% de las adolescentes ha estado alguna vez embarazada (Endesa, 2007) siendo la gran mayoría de estos embarazos no deseados y con consecuentes efectos en la deserción escolar, limitaciones para su inserción en el mercado laboral, lo que favorece la reproducción del círculo de pobreza en el que vive.
La prevalencia de VIH en la población en general se estima en 0.8% mientras las mujeres sin escolaridad adultas es de 3.7% y en las de jóvenes 15 y 24 años sin escolaridad alcanza 3.9%.
Un estudio sobre Estigma y discriminación en personas que viven con el VIH realizado por Profamilia (2009) mostró que entre el 24 y 34% de mujeres que viven con VIH ha enfrentado manifestaciones de violencia física por parte de su pareja. El 30.9% ha sufrido violencia emocional
La violencia contra la mujer es un problema de salud pública y la más generalizada y socialmente aceptada violación a los derechos de las mujeres.
En 2007 se reportó que una de cada 5 mujeres entre 15-49 años había sufrido alguna vez violencia física. La mitad de esas agresiones entre mujeres provino de su pareja.