Bucarest, 13 jul (EFE).- El primer ministro de Rumanía, Victor Ponta, fue imputado hoy oficialmente por delitos de fraude, evasión fiscal y lavado de dinero, y se convierte así en el primer jefe de Gobierno rumano en ejercicio en ser acusado de corrupción.

Ponta evitó hoy pronunciarse abiertamente sobre la dimisión que le reclaman sus críticos y el presidente del país, Klaus Iohannis, pero dejó entrever que continuará al frente del Gobierno, tras dimitir ayer de su cargo de presidente del Partido Socialdemócrata (PSD).

El primer ministro anunció que con esa renuncia temporal quiere evitar dañar a su partido, confió en que podrá demostrar su inocencia y criticó que, en su caso, "no ha funcionado la presunción de inocencia prevista en la Constitución" de Rumanía.

Los hechos de los que la Fiscalía Anticorrupción (DNA) acusa a Ponta habrían ocurrido entre 2007 y 2011, cuando el político socialdemócrata era diputado del Parlamento rumano y trabajaba de abogado junto a su amigo, y luego ministro Dan Sova, que fue imputado en 2014.

La Fiscalía asegura que Ponta recibió del bufete de Sova unos 50.000 euros en 2011, el año antes de ser elegido primer ministro.

La acusación sostiene que para justificar esos ingresos, Ponta emitió facturas falsas con fecha de 2007 y 2008 por supuestos trabajos de asesoría legal para el bufete de Sova para dos empresas energéticas.

Tras salir hoy de la sede de la DNA, donde estuvo media hora, Ponta apeló a su derecho a guardar silencio y rechazó declarar ante la Fiscalía que, a la espera del juicio, se ha incautado de parte de su patrimonio.

"¿No queréis que hablemos de política en otro lugar y no frente a la DNA?", dijo el primer ministro. "Nos vemos cuando esté lista (la investigación), en agosto", agregó el líder rumano.

Ponta restó importancia al proceso iniciado por la Fiscalía, al calificarlo de "prueba de contabilidad financiera".

El PSD apoyó hoy con rotundidad al primer ministro.

"Ponta no va a dimitir de su cargo de primer ministro, de ninguna manera", aseguró su portavoz, Gabriela Firea, que ha apelado a la mayoría parlamentaria que sostiene al líder socialdemócrata para justificar su continuidad.

El pasado 9 de junio esa mayoría sirvió para rechazar la petición de la Fiscalía de levantar la inmunidad parlamentaria al primer ministro, lo que habría facilitado la investigación.

El presidente de Rumanía, el conservador Klaus Iohannis, volvió a pedir hoy la dimisión del primer ministro.

"Mantengo lo que dije el 5 de junio" (la fecha en la que exigió la renuncia de Ponta), declaró escuetamente Iohannis, de visita oficial en Madrid, en una conferencia de prensa junto al presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy.

El conservador Iohannis afirmó hoy que seguirá "colaborando de manera institucional" con el gabinete socialdemócrata.

Por su parte, el expresidente Taian Basescu, declarado enemigo político de Ponta, se ha mostrado convencido de la veracidad de las acusaciones contra el primer ministro y ha pedido su marcha.

"En mi opinión, cada minuto que pase sin que anuncie su dimisión es un error", declaró el ex jefe del Estado.

La mayoría parlamentaria leal a Ponta rechazó el 9 de junio una petición de la DNA para que levantara la inmunidad de la que goza el primer ministro y le permitiera avanzar en la investigación contra él por conflicto de intereses, lavado de dinero, falsificación y evasión fiscal.

El presidente Iohannis -que ha hecho de la lucha contra la corrupción una de las banderas de su mandato desde que tomara posesión el año pasado- acusó entonces al Parlamento de obstruir a la Justicia y pidió después la dimisión de Ponta.

El primer ministro tiene impunidad para delitos como el conflicto de intereses, pero no para otros como el lavado de dinero o la evasión fiscal, por lo que la DNA ha podido imputar a Ponta por algunos de estos cargos. EFE