WASHINGTON, EEUU.- El presidente de EEUU, Donald Trump, se mostró "triste" por la detención este jueves de Steve Bannon y se desmarcó de la campaña privada para construir el muro en la frontera con México con la que su polémico exasesor supuestamente defraudó cientos de miles de dólares.

"Me siento muy mal (…) muy triste", aseguró Trump al ser preguntado por la detención y enjuiciamiento de su exasesor en una breve comparecencia en el Despacho Oval de la Casa Blanca, antes de reunirse con el primer ministro de Irak, Mustafa al Kazemi.

El gobernante aseguró que no ha estado en contacto con Bannon "desde hace mucho tiempo" y dijo que él "no sabe nada" del proyecto por el que han sido acusados su exasesor y otras tres personas, conocido como "We Build the Wall" (Nosotros construimos el muro), que recaudó unos 25 millones de dólares.

"No he estado tratando con él para nada (…) No sé nada sobre el proyecto", aseguró Trump.

Bannon fue detenido este jueves y acusado de defraudar cientos de miles de dólares de donaciones a una campaña para construir el muro en la frontera con México prometido por el presidente de Estados Unidos. EFE/CLAUDIO PERI/ARCHIVO

También, sobre la iniciativa objeto del proceso judicial, a través de la cual los acusados supuestamente defraudaron cientos de miles de dólares de donantes, aprovechándose de su interés por financiar el muro fronterizo, el gobernante dijo que no le gustaba.

"No me gusta ese proyecto. Pensé que se estaba haciendo como un alarde", agregó el presidente, que aseguró que siempre le pareció "inapropiado" sufragar la construcción del muro fronterizo, que prometió a sus electores, con fondos de donaciones privadas.

Por su lado, la portavoz de la Casa Blanca, Kayleigh McEnany, aseguró que "como todo el mundo sabe, el presidente Trump no está involucrado en este proyecto y creía que solo se estaba haciendo como un alarde y quizás recaudar fondos".

"El presidente Trump no ha estado involucrado con Steve Bannon desde la campaña y la primera parte de la Administración, y no conoce a las personas involucradas en este proyecto", dijo.

McEnany recordó unas declaraciones de Trump de julio pasado en las que aseguró que "no estaba de acuerdo" con que se construyera la sección "minúscula" del muro contemplada en el proyecto de Bannon por parte de "un grupo privado que recaudó dinero mediante anuncios".

"Solo se hizo para hacerme quedar mal", dijo entonces Trump al preguntarle los periodistas sobre la calidad de la obra construida, que presenta problemas de cimentación.

"El presidente Trump siempre ha sentido que el muro debe ser un proyecto del Gobierno y que es demasiado grande y complejo para manejarlo de manera privada", agregó la portavoz.

Bannon, que debe comparecer este jueves ante un tribunal de Nueva York, supuestamente recibió junto a los otros tres implicados cientos de miles de dólares procedentes de donaciones, que usaron para gastos personales y fines que no tenían nada que ver con lo prometido en su campaña de recaudación.

Los cuatro afrontan cargos de conspiración para cometer fraude electrónico y conspiración para el blanqueo de dinero, dos delitos que pueden acarrear penas máximas de 20 años de cárcel cada uno.

Bannon, considerado uno de los grandes artífices de la llegada de Trump a la Casa Blanca con su apuesta populista y apoyos en la extrema derecha, dejó la Administración en agosto de 2017.

Ascenso y caída del populista que aupó a Trump

ue el principal asesor en el despegue electoral Donald Trump aupado en el populismo y la extrema derecha, un provocador ideólogo que soñaba con dinamitar desde dentro las estructuras del poder estadounidense.

Paradójicamente, ha sido imputado por su  papel en un supuesto fraude en torno a la iniciativa "We Build the Wall" ("Nosotros construimos el muro", en inglés), que recaudó unos 25 millones de dólares, y vinculada a la gran promesa de Trump de reforzar la barrera fronteriza con México.

El que fuera estratega jefe de la Casa Blanca se consideró siempre un forastero en el Ala Oeste, un revolucionario que había llegado al poder y debía navegar entre elementos hostiles para cambiar radicalmente el partido republicano y combatir a los burócratas y las regulaciones que, según él, estaban descarrilando al país.

EL CAPITÁN DEL DESENCANTO

Astuto y discreto, y con 66 años, el asesor más populista de Trump se convirtió en los primeros días del mandato en un blanco fácil para la oposición demócrata, dada su reconocida influencia en el polémico veto migratorio del mandatario y su presencia temporal en las exclusivas reuniones sobre seguridad nacional en la Casa Blanca.

El que fuera último jefe de campaña de Trump y que supo traducir en votos el desencanto de los blancos de clase trabajadora, se instaló en una pequeña oficina cerca del Despacho Oval, la despojó de muebles y colgó en una de sus paredes una pizarra blanca.

En ella anotó todas las promesas que Trump hizo durante la campaña, con la idea de ir tachándolas según las cumpliera y convertirse en el guardián de los votantes a los que el mandatario había convencido con un discurso redactado, en buena parte, por Bannon y otros profetas de la derecha populista llamada "alt-right".

Aunque no pudo tachar muchas de esas promesas por el poco tiempo que estuvo en la Casa Blanca, sí que tuvo el placer de dibujar una gran cruz sobre la palabra "París" cuando Trump anunció la retirada del acuerdo sobre cambio climático firmado en esa ciudad, una decisión que supuso, probablemente, su mayor triunfo.

MAQUIAVELO DE LA DERECHA

La imagen maquiavélica que tanto repugnaba a los demócratas acabó desgastando poco a poco a Bannon, que en el programa "Saturday Night Live" aparecía parodiado como un ángel exterminador que ocupaba el escritorio del Despacho Oval y obligaba a Trump a sentarse en una mesa más pequeña, como de niño.

En ese entonces, a Trump le irritó especialmente una portada de la revista Time, que tituló una entrevista con Bannon con la frase "El gran manipulador", algo que le restaba independencia y, sobre todo, protagonismo a un presidente ávido de atención y elogios.

En una Casa Blanca marcada por las luchas de poder, a Bannon le perjudicó el deterioro de su relación con el gran protegido de Trump, Jared Kushner.

En un discurso en una conferencia conservadora en febrero de 2017, Bannon declaró que su objetivo era la "deconstrucción del Estado administrativo", es decir, el sistema de regulaciones y acuerdos comerciales que, a su juicio, han limitado la soberanía y el crecimiento económico de Estados Unidos.

Su discurso contra las élites tuvo difícil encaje en una Casa Blanca que se llenó de millonarios, y su oposición a recortar los impuestos a los ricos chocó con los republicanos en el Congreso.

Nacido en 1953 en Norfolk (Virginia), en las inmediaciones de una base de la Marina, Bannon se alistó de joven y pasó cuatro años a bordo de un destructor, antes de obtener un puesto en el Pentágono.

Formado en las universidades de Georgetown y Harvard, Bannon trabajó en Goldman Sachs antes de crear su propia firma de inversiones, y a finales de los noventa saltó a Hollywood, donde produjo varias películas y programas.

Tras dirigir varios documentales sobre el expresidente Ronald Reagan, el movimiento Tea Party y la republicana Sarah Palin, Bannon se hizo cargo en 2012 de la página de noticias de ultraderecha Breitbart News, que respaldó fervorosamente la campaña de Trump. EFE