Orlando, Florida (Reporte de Rose Mary Santana, agencia EFE y otros servicios de Acento.com.do).- El presidente de los Estados Unidos, Barack Obama y el vicepresidente Joe Biden, viajaron desde las primeras horas de la tarde de este jueves a esta ciudad para manifestar de manera personal “ las condolencias del gobierno de los Estados Unidos, a los familiares de las personas que murieron en la masacre ocurrida en el Club Nocturno Pulse”, dirigido a la comunidad LGBT.
Entre las familias que estarán presentes en el encuentro privado con el Primer Ejecutivo de la nación norteamericana y el vicepresidente Biden, también figuran los padres de Oscar Aracena Montero y Juan Ramón Guerrero, éstos últimos, dominicanos que perdieron la vida durante la matanza que se produjo la madrugada del domingo en Orlando.
La madre de Aracena Montero viajó hace dos días a Orlando, luego que, por gestiones del Ministerio de Relaciones Exteriores en la República Dominicana, la Embajada de los Estados Unidos en el país caribeño, otorgara una “visa de carácter humanitario a Altagracia Montero.”
Además de familiares de víctimas de la peor masacre ocurrida en Estados Unidos, luego del 9-11, también estuvieron presentes en el Amway Center, sobrevivientes del ataque ocurrido el pasado domingo y personal del FBI, policías y médicos de los centros hospitalarios que atendieron a la emergencia.
"Aquellos que fueron asesinados y heridos aquí lo fueron a manos de un único asesino con una poderosa arma de asalto", recordó Obama, y aseguró que no es posible detener a todos los individuos "desquiciados" que quieran perpetrar un ataque, pero sí puede limitarse "la cantidad de daño que hacen".
El mandatario de Estados Unidos urgió a "acabar con la discriminación y la violencia contra la comunidad LGTB" (lesbiana, gay, transexual y bisexual) afectada por la masacre.
La agencia español de noticias (EFE) informó que el presidente de EE.UU., Barack Obama, se reunió con supervivientes y familiares de las víctimas del tiroteo del domingo en Orlando (Florida) para aportar algo de consuelo a su "indescriptible" dolor, y urgió al Congreso a actuar para alejar las armas de asalto de los terroristas en el país.
Cuatro días después del peor tiroteo en la historia de Estados Unidos, que dejó 50 muertos -incluido el atacante, Omar Mateen, un estadounidense de origen afgano de 29 años- y 53 heridos, Obama viajó a Orlando para expresar apoyo a los afectados por la masacre.
"Hace cuatro días, esta comunidad se vio sacudida por un acto malvado y lleno de odio. Hoy, recordamos lo que es bueno. Que hay compasión, empatía y decencia, y sobre todo, que hay amor. Ese es el Orlando que hemos visto en los últimos días", afirmó el mandatario en declaraciones a periodistas.
De las cuatro horas que pasó en Orlando, Obama dedicó dos a reunirse con los afectados por el tiroteo, entre ellos los policías, agentes de seguridad y equipos de emergencia que respondieron al tiroteo; pero también con los propietarios y el personal de la discoteca gay Pulse que estaban trabajando cuando ocurrió el ataque.
También se reunió, en pequeños grupos, con familiares de las 49 víctimas mortales del tiroteo y con algunos de los supervivientes de la tragedia, que afectó sobre todo a la comunidad hispana y homosexual de la ciudad del centro de Florida.
"Estas familias podrían ser nuestras familias. De hecho, son nuestra familia, parte de la familia estadounidense. Hoy, el vicepresidente (Joseph Biden) y yo les dijimos, de parte del pueblo estadounidense, que nuestro corazón también está roto", dijo Obama.
Obama y Biden depositaron sendos ramos de flores con 49 rosas blancas en total, una por cada fallecido en el tiroteo, ante el edificio Doctor Philips de Orlando, donde el lunes hubo una ceremonia en honor a las víctimas y donde decenas de personas han depositado fotos, globos y mensajes de apoyo.
El presidente prometió que Estados Unidos seguirá siendo "implacable" contra grupos terroristas como el Estado Islámico (EI) o Al Qaeda, pero advirtió de que la vía militar no será suficiente para prevenir masacres como la ocurrida el domingo.
"Aquellos que fueron asesinados y heridos aquí lo fueron a manos de un único asesino con una poderosa arma de asalto", recordó Obama, y aseguró que no es posible detener a todos los individuos "desquiciados" que quieran perpetrar un ataque, pero sí puede limitarse "la cantidad de daño que hacen".
"Nuestra política ha conspirado para hacer que sea lo más fácil posible para un terrorista o una persona perturbada comprar armas extraordinariamente poderosas, y que puedan hacerlo legalmente", lamentó el mandatario.
"Una vez más he abrazado a familias de luto y me han preguntado por qué esto sigue ocurriendo. Y nos han pedido hacer más para acabar con las masacres. No les importan los aspectos políticos, y a mí tampoco. Este debate (sobre las armas) tiene que cambiar", dijo.
Obama se ha visto obligado en varias ocasiones durante su Presidencia a viajar a localidades afectadas por un tiroteo masivo, y ha asegurado que la mayor frustración de sus dos mandatos ha sido la incapacidad de sacar adelante en el Congreso una reforma para un mayor control de las armas de fuego.
"La idea de que la respuesta a esta tragedia sería asegurarnos de que más gente en una discoteca está armada de forma similar al asesino es algo que desafía el sentido común", subrayó Obama, aludiendo a un argumento popular entre algunos políticos republicanos y miembros de la Asociación Nacional del Rifle (NRA).
El mandatario valoró que los líderes republicanos del Senado se comprometieran hoy a votar sobre dos propuestas demócratas para "prevenir que los individuos con posibles lazos terroristas puedan comprar armas, incluidas armas de asalto".
"Verdaderamente espero que los senadores estén a la altura del momento y hagan lo correcto. Espero que los senadores que votaron 'no' a los controles de seguridad (a compradores de armas) después de Newtown cambien de idea", sostuvo en referencia al tiroteo de 2012 que dejó 20 niños muertos en una escuela de Connecticut.
"Si no actuamos, seguiremos viendo más masacres como estas, porque estaremos eligiendo permitir que ocurran. Habremos dicho que no nos importan lo suficiente como para hacer algo al respecto", advirtió Obama.
El mandatario urgió también a "acabar con la discriminación y la violencia contra la comunidad LGTB" (lesbiana, gay, transexual y bisexual) afectada por la masacre.
Para muchos homosexuales y mucha gente "cuya familia era originaria de Puerto Rico", la discoteca Pulse de Orlando era un lugar de "refugio", según Obama, que instó a "reflexionar sobre cómo nos tratamos los unos a los otros".