El presidente electo de Filipinas, Rodrigo Duterte, llamó este domingo “hijos de puta” de "hipócritas" a los obispos católicos, por oponerse a su propuesta de limitar temporalmente el número de hijos a 3 por familia, para hacer frente al problema de la superpoblación del país.

Duterte mantiene contradicciones con la Iglesia Católica no sólo en asuntos de población, sino en el restablecimiento de la pena de muerte, la legalización del divorcio y la distribución de anticonceptivos.

Duterte calició a la Iglesia Católica como la “institución más hipócrita”.

Asimismo, les enrostró que se entromete en las políticas del gobierno y dijo que algunos obispos se enriquecen a expensas de los pobres. “Hijos de puta, no os da vergüenza? Pedís muchos favores, incluso de mí”, dijo Duterte en una entrevista transmitida por el canal de televisión GMA, citado por la agencia Reuters.

Rodrigo Duterte dijo que no tomará en cuenta las presiones de la Iglesia Católica, y que impondrá la política de los 3 hijos, según informó la agencia de noticia Reuters.

Monseñor Oliver Mendoza, portavoz de la Arquidiócesis de Lingayen, cuyo líder es el presidente de la Conferencia Episcopal de Filipinas, dijo que la Iglesia respeta la opinión de Duterte, pero seguirá oponiéndose a las políticas del gobierno que sean contrarias a la enseñanza de la Iglesia

“Sólo quiero tres niños por cada familia…Soy cristiano, pero soy realista, tenemos que hacer algo con nuestra superpoblación. Voy a desafiar a la opinión o la creencia de la Iglesia Católica”, advirtió el recién electo presidente de Filipinas.

Alrededor del 80 por ciento de los 100 millones de habitantes de Filipinas es católico. Este porcentaje de católicos es el más grande de Asia.

La Iglesia Católica se opone a cualquier tipo de aborto y de prevención de la concepción.

Por su lado, monseñor Oliver Mendoza, portavoz de la Arquidiócesis de Lingayen, cuyo líder es el presidente de la Conferencia Episcopal de Filipinas, dijo que la Iglesia respeta la opinión de Duterte, pero seguirá oponiéndose a las políticas del gobierno que sean contrarias a la enseñanza de la Iglesia. “Porque si no somos capaces de hacer eso, si cerramos los ojos, si cerramos los labios, cerramos los oídos, ¿cuál será el papel de la Iglesia?”, dijo.

Analistas políticos afirman no estar sorprendidos por las declaraciones de Duterte debido a que algunos obispos se pronunciaron en su contra durante la campaña electoral.

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