Brasilia, 10 may (EFE).- El presidente interino de la Cámara de Diputados de Brasil, Valdir Maranhao, ha decidido apoyar que se siga el proceso de destitución contra la presidenta, Dilma Rousseff, horas después de haber optado por lo contrario, informaron hoy medios locales.
Maranhao cambió de opinión después de que su formación, el Partido Progresista (PP-MA), le amenazara con expulsarle, según el diario O Globo.
El presidente de la Cámara de Diputados comunicó anoche su nueva postura en un escrito enviado al presidente del Senado, Renan Calheiros, en el que anuncia que deroga la anulación del juicio político a Rousseff en la Cámara aunque no explica este cambio.
Maranhao explicó que había anulado esa votación por una petición de la Abogacía General del Estado, que indicaba que existen "vicios que declaran nula de pleno derecho" esa sesión de la Cámara.
Los principales partidos de la oposición en Brasil dijeron ayer que iban a recurrir la decisión de Maranhao ante el Tribunal Supremo, mientras que Calheiros indicó que esa cámara seguiría adelante con el proceso.
El presidente interino de la Cámara de Diputados anuló ayer la sesión en la que el pleno de la Cámara Baja aprobó la apertura del juicio político contra Rousseff y anunció que convocaría una nueva votación.
La sesión de la Cámara de los Diputados anulada por Maranhao tuvo lugar el 17 de abril pasado cuando 367 de los 513 parlamentarios dieron vía libre al juicio político destituyente contra Rousseff y trasfirieron la decisión definitiva al Senado.
Maranhao explicó que había anulado esa votación por una petición de la Abogacía General del Estado, que indicaba que existen "vicios que declaran nula de pleno derecho" esa sesión de la Cámara.
La decisión de ayer de Maranhao creó una gran incertidumbre sobre el futuro del proceso contra Rousseff, que finalmente se aclaró con la determinación del Senado de concluir hoy con los trámites del "impeachment", que debe comenzar mañana y concluir el jueves, cuando la presidenta puede ser separada del cargo durante 180 días.
Brasil atraviesa una grave crisis institucional debido al procesamiento de la presidenta del país por su presunta vinculación con las corruptelas ligadas al caso Petrobras en las que se han visto implicados numerosos políticos. EFE