México, 13 jun (EFE).- El presidente del Senado mexicano, Roberto Gil, pidió hoy frenar el "discurso de odio" en EE.UU. y fortalecer el control de armas en ese país, tras la muerte de 49 personas en un ataque perpetrado por un hombre armado en una discoteca gay de Orlando (Florida).

En declaraciones recogidas por un comunicado, el senador del conservador Partido Acción Nacional (PAN) apuntó que la elección presidencial de Estados Unidos "está alimentando el discurso de odio", y expresó la necesidad de no dejarse llevar por el "discurso radical" que "alimenta separaciones y divisiones".

"Yo creo que el fundamentalismo radical y, sobre todo, este tipo de discurso de odio, estas expresiones de intolerancia conducen a una situación violenta", alegó Gil, haciendo referencia a que el presunto autor de los hechos, Omar Seddique Mateen, tenía "un perfil homofóbico".

Asimismo, animó al país vecino a iniciar una reflexión sobre el control de armas, a reactivar la discusión sobre este asunto y a poner límites al comercio de estos artefactos, "sobre todo de armas de asalto".

"Cuánta gente más tiene que morir para que se den cuenta de que esta política de absoluta disposición libre de armas de fuego en Estados Unidos sólo conduce a muertes y tragedias de esta naturaleza", se preguntó el titular del Senado.

"Ojalá que este crimen atroz (…) lleve ya a una conclusión definitiva en Estados Unidos de que tiene que poner límites al uso de armamento y a la disposición de armamentos en su sociedad y para sus ciudadanos", acotó.

Gil concluyó expresando su solidaridad a los familiares de las víctimas, a los supervivientes y su respaldo a la sociedad estadounidense "en este momento muy doloroso".

El Gobierno mexicano confirmó la noche del domingo que el ciudadano Javier Nava Coria, originario de la Ciudad de México, resultó herido en el ataque.

El padre del sospechoso, Mir Seddique Mateen, indicó este domingo al canal NBC News que su hijo se puso furioso hace dos meses cuando, durante una visita a Miami, vio a dos hombres besándose y tocándose en la calle. EFE