El presidente del Colegio Americano de Cardiología (ACC), Richard Kovacs, abogó por la aplicación de atención primaria, por la prevención y guías dirigidas a que médicos e instituciones trabajen para enfrentar la epidemia de enfermedades cardiovasculares que afecta tanto a los países desarrollados como aquellos en vías de desarrollo.

Asimismo, el presidente del prestigioso gremio estadounidense llamó a establecer políticas públicas para lograr que todos los pacientes con un infarto tengan las mismas oportunidades a tratamiento de calidad sin importar origen social, diferencias socioeconómicas o si tiene o no seguro médico.

Dr Gustavo Restrepo, Presidente de la Sociedad Interamericana de Cardiologia; Dr. César Herrera, director de Cedimat, Dr Kovacs, y el Dr Daniel Pineiro, miembro del Board del Colegio Americano de Cardiologia.

El renombrado cardiólogo habló junto al doctor César J. Herrera, gobernador del capítulo dominicano del ACC y Director del Centro Cardiovascular CEDIMAT en sesiones científicas simultáneas de los congresos Interamericano y Dominicano de Cardiología.

“En Estados Unidos, hemos logrado sistematizar la atención al infarto. Y se debe trabajar a fin de reducir las disparidades evidentes en el proceso de atención de esta condición y de la salud cardiovascular en el resto el mundo”, asegura.

¿Cómo impactan los factores socioeconómicos en las enfermedades cardiovasculares?, se preguntó al reputado profesional. El estatus socioeconómico contribuye al menos en un 25-30% en su aparición; la genética es importante al igual que los aspectos dietéticos, el estilo de vida sedentaria y los tóxicos, como sería el cigarrillo.

A su juicio, no se puede obviar que las políticas de salud afectan directamente el desenlace de patologías agudas, como el mismo infarto.

El presidente de la ACC precisó que las enfermedades cardiovasculares no solo son la primera causa de muerte en Estados Unidos sino también en la mayoría de los países.

Aseguró que una de las iniciativas del ACC de alcance global es la diseminación de pautas de tratamiento, coordinación y sistematización de atención al infarto agudo al miocardio (el ataque al corazón), la cual ya se ha lanzado y de la que forma parte el dominicano César Herrera.

“Se trata del proyecto GHATI (Global Heart Attack Treatment Initiative), por sus siglas en inglés, y se ha concebido partiendo de la premisa que el tratamiento correcto de esta condición empieza con su reconocimiento y diagnóstico temprano y continúa con las terapias efectivas ya probadas que reducirán la tasa de mortalidad inicial y tardía, dijo el cardiólogo norteamericano.

“Estas intervenciones persiguen abrir la arteria ocluída por un coágulo, que es el causante del infarto, de la manera más rápida y efectiva teniendo en cuenta la disponibilidad del medio”, dijo, al señalar que ello puede lograrse con fármacos fibrinolíticos o a través de un stent, que es la manera ideal. Añadió que todo esto se realiza seguido de tratamientos con fármacos, educación, ejercicio, modificación del estilo de vida a través de dietas más sanas. Señaló que todos esos factores impactarán positivamente en la supervivencia del enfermo.

Empero, el profesional estadounidense explicó que no se trata únicamente de aplicar los tratamientos efectivos sino también de ser capaz de medir y monitorear las intervenciones a fin de identificar las deficiencias y corregirlas. “Si no medimos, no podemos mejorar, razón por la que trabajamos intensamente en la creación de un registro global del infarto”, insistió.

Para el presidente del ACC, los indicadores de calidad son fundamentales en la implementación y mejoría de la atención de salud, lo considera un punto importantísimo para el proyecto GHATI.

El Dr. Herrera concuerda con el Dr. Kovacs cuando afirma que en muchas naciones la idea de medición de calidad no forma parte de la cotidianidad: “en ocasiones significa un cambio radical en la manera como el médico ve su propio ejercicio profesional, pero no olvidemos que si no medimos no conocemos nuestras dificultades y problemas, y sin conocerlos no podremos mejorarlos”. 

La experiencia del ACC deja claro que la relación entre el Estado y las organizaciones médicas puede ser muy productiva. “América Latina debe interesarse en las iniciativas globales del ACC debido a que el mundo es plano y cada vez más pequeño, pero, además, porque su perspectiva es global y busca impactar y reducir la epidemia de enfermedades cardiovasculares tanto en Estados Unidos como en el resto del mundo”, concluyó Kovacs.