SANTO DOMINGO, República Dominicana.-Tras haber participado en la 77ª Feria del libro de Madrid,el ensayista y destacado cardiólogo dominicano conversará sobre su más reciente obra, De fugas y visiones. Textos atemporales, publicada por Ediciones Cielonaranja a cargo de Miguel de Mena.
Después de dar a luz varios ensayos en los que disecciona el cuerpo a partir de la filosofía, el ámbito médico, literario, y artístico, Herrera se adentra en esta ocasión en reflexiones alrededor de la memoria y la imaginación sin dejar a un lado la confesión personal cuasi autobiográfica y la insularidad surreal seña de la dominicanidad posmoderna.
En las notas introductorias de esta cuidada y elegante edición el autor afirma que “(…) Los párrafos que conforman este fajo son reconstrucciones de historias y eventos que en ocasiones aspiran a una atrevida pretensión filosófica y en otras, a catárticas narraciones de muchachas robadas por los ojos de Borges en rincones tan insólitos como las Galápagos, un barrio de Santiago, o las calles del sempiterno Buenos Aires”.Y sentencia que “(…) La memoria, y sus habitantes sucedáneos (el deseo, la imaginación y la aventura), alojados en el lecho de los sueños, son atemporales por no estar sometidos al yugo del reloj. Entre fugas y visiones, florecen en el entorno isleño a golpe de suspiros y de viajes donde el tiempo no es norma sino locura y renacimiento”.
El evento, pautado para este miércoles 18 de Julio a las 730 pm en la sala Aida Cartagena Portalatín de la Biblioteca Nacional, estará moderado por Yanela Hernández y la obra será presentada por el Licenciado Rafael Emilio Yunén.De fugas y visiones está siendo dada a conocer en una serie de conversatorios que se iniciaron en la Sociedad Cultural Renovación de Puerto Plata, en la Tertulia de Marcela Mirabal del Gran Teatro Regional del Cibao en Santiago de los Caballeros, en New York y Miami,finalizando en Chicago, hogar de Herrera por tres décadas, el próximomes de agosto.
A propósito de este trabajo, el poeta y ensayista José Mármol ha dicho lo siguiente: “El placer de leer este nuevo libro estriba en descubrirse uno, como lector, en el intersticio del argumento científico, por ejemplo, en torno al cuerpo, y el argumento creativo que lo reconstruye como obra de arte; entre el hecho físico de viajar y la fuga espiritual que el viaje envuelve; en la hendidura gozosa que media, en un instante borgeano, entre un verso de Enriquillo Sánchez, un trazo pictórico de El Bosco, Durero, Cézanne o Münch, unos tacos mejicanos en Arizona, la arquitectura en Vitruvio, la sabiduría médica de González Crussí, la especulación del cuerpo en Comte-Sponville y una melodiosa canción de Aute; en la brecha que une la melancolía y la belleza, la fotografía de Singh y el surrealismo dominicano. Herrera tiene el acierto, poco común, de escribir textos que los lectores desean”.