RÍO DE JANEIRO, Brasil.- Las altas temperaturas en puntos de la Antártida "no son una novedad" en el continente helado, que tuvo un pico de calor hace 120,000 años, pero son "preocupantes" para el hábitat humano, afirmó Heitor Evangelista, del Departamento de Biofísica y Biometría de la Universidad del Estado de Rio de Janeiro (UERJ).

El 9 de febrero hizo 20,7 grados en la isla Seymur (también conocida como isla Marambio), que se encuentra al final de la península antártica occidental, frente al extremo meridional de América del Sur. Tres días antes, el termómetro había subido por primera vez hasta 18,3 grados en la base argentina Esperanza.

Evangelista advirtió, en declaraciones enviadas por un audio de Whatsapp a la AFP, que esas medidas se registraron "en un punto muy aislado de la Antártida", en una región "con una variación muy grande de temperaturas, sujeta a varios sistemas, con una acción muy grande de El Niño, de ciclones, de aire caliente, de aire frío".

Aun así, "ese valor de 20 grados es un valor nuevo, un valor preocupante, muestra que algo está sucediendo", afirma, aunque sin pronunciarse sobre las causas del fenómeno.

"Es una zona de tal complejidad climática que no me arriesgaría a decir que (las temperaturas registradas en esos puntos) son producto de la acción humana", indica.

Además, se debe considerar que "en la historia climática de la Tierra hay fases frías, o glaciares, y fases cálidas o interglaciares", prosigue el científico.

"El último interglaciar ocurrió hace 120.000 años. En esa época, el nivel del mar estaba unos 9 metros por encima de su nivel actual. Entonces, para la Antártida, esto no es una novedad".

En cambio, apunta, "para nuestro bienestar como seres humanos, que vivimos en zonas costeras y tenemos una gran dependencia del clima, es algo preocupante", pero "lo importante es dar seguimiento" a la investigación de esos temas.

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Otro investigador declara desde la Antártica

Previamente y asimismo desde la Antártica, el científico también brasileño Carlos Schaefer, que realizó sus mediciones en la isla Marambio (o Seymour), dijo que "carece de valor como tendencia de un cambio climático".

Es solo una señal de que algo diferente está sucediendo en esa zona", precisó el científico especializado en permafrost (suelos congelados), en una conversación por Whatsapp.

El dato "no permite anticipar cambios climáticos. Es un dato en una investigación", pero "nunca se vio en la Antártida un registro de ese tipo", subrayó.

Tras una década de récords en aumento de las temperaturas, que cerró con 2019 como el segundo año más caluroso del que se tenga registro, el decenio 2020 comenzó con la misma tendencia. El mes pasado quedó como el enero más caluroso que se haya registrado. Agence France-Presse